Todo empieza cuando salí de mis estudios, yo, todo un bachiller, recién salido del colegio, dedicado a trabajar los fines de semana y el resto de la semana a vagar, pero todo cambió cuando mis necesidades de dinero fueron aumentando y me vi obligado a buscar otros medios de ingresos extras, uno de ellos es dando clases o nivelando a estudiantes que vayan mal en el colegio, también sirve como guía tutor de proyectos de grado, no quiero lucirme pero no soy un no nerdo típico ratón de biblioteca, soy inteligente y siempre quiero aprender más y más, razón por la cual, con uno de los chicos pasó algo muy inusual.

Su nombre es Róger, tiene 16 años, es de tez blanco, pelo liso-crespo, ojos color café, delgado, un tanto alto, es un chico muy hermoso. Yo le daba clases de nivelación todos los días por la tarde, todo era normal, nuestra confianza estaba creciendo y cada vez éramos más amigos, a veces cuando acabábamos un tema rápido nos pongamos a jugar con su XBOX o a jugar en su compu.

Un día como cualquier otro día, el decidió prender el DVD y puso un video porno de bisexuales que tenía en un CD, no voy a relatar lo que miramos pero eso nos puso muy arrechos, yo miraba que el se tocaba con furia su pene lo cual a mi me puso más éxitado viéndolo a el y no podía dejar de pensar en como sería su pene, a que sabe, que se sentiría tenerla en mi mano.

Ya cuando acabó el video le dije que sigamos estudiando que aún nos falta mucho y el acepto, nos sentamos y el cuando caminaba parecía como sí llevara un palo metido entre sus piernas xq su erección no se le ocultaba nada de nada y el no hacia el intento de hacerlo. Se sentó a mi lado y empezamos pero el sólo me miraba a la cara fijamente mientras yo le explicaba, de un momento a otro me dice:

— wow, sí fueras mujer, serias la nena más linda del mundo.
— ¿perdón, hablas conmigo? o estas leyendo tus pensamientos?
— olvidalo mejor, por ahora no quiero alegar contigo.
— está bien. Yo quedé muy pensativo y un poco desconcertado por lo que me dijo, tanto que me perdí en lo que le estaba explicando, como el no sabía, ni cuenta se dio, jejeje.

Después de un rato, yo seguía concentrado en lo mío y pensando lo que le iba a explicar a el, el se levanta del escritorio va para algún sitio de la casa, no me fije cual, yo aún estaba sentado cuando el llega por atrás y apoya su cabeza encima de la mía y me abraza por otras, no le dije nada xq su calor me encanto.

Yo le seguía explicando y sólo decía, aja, si, haaa, pero mientras respondía me abrazaba más duro y eso me gustaba, al rato siento algo en mi oreja, me la estaba mordiendo muy suavemente que me retumbaba todo el cuerpo, en uno de esas caricias, yo inclino mi cabeza hacia el y el muy malo aprovecha y me da un beso lo más de rico, que yo lo seguí besándo.

Ya terminado el beso, él deja de abrazarme y me dice.
— perdón, me deje llevar por el momento.
— no, tranquilo, más bien sigamos que aún nos falta mucho. Y de nuevo se lanza hacia mi a besarme de otra vez.
— perdóname de nuevo, es que quería comprobar sí lo que decía Jonathan era cierto.
— que decía Jonathan?

— que tú besabas tan rico, tan delicioso.
— ¿y qué tal te pareció?
— tenía razón.
— espera, Jonathan y tú se cuentan esas cosas?
— claro, ambos nos contamos nuestras cosas personales.
— osea que tú también eres…?
— no, aún no soy gay, me estoy descubriendo, quiero probar de todo y luego me quedó con lo que me guste, y tú?
— ps…mmm…yo sí soy del todo bis, olle, sí querías un beso, xq no me lo pediste?
—xq no estaba seguro de lo que dijo mi primo fuese cierto.
— mmm…ya
— ahora sí podemos seguir estudiando?
—claro como quieras.

Volvimos a seguir estudiando como sí nada hubiera pasado, el no decía nada al respecto y ni yo pensaba hacerlo. Acabamos de estudiar mucho antes de lo normal y yo decidí irme para la casa, ya que siempre que terminabamos temprano nos poníamos a jugar. El me acompaña hasta la puerta de su casa y me dice:

— entonces mañana nos vemos.

Le doy la mano para hacer nuestro saludo-despedida del grupo, y cuando me disponía a partir, me jala muy fuerte del brazo haciéndome entrar de un estirón, tiro la puerta muy duro y me tira sobre un sillón que estaba junto a la puerta, el se me tira encima y nos comenzamos a besar salvajemente como a querernos comer el uno al otro. 

Para mala suerte de nosotros, llega la tía de el que había oído el golpe de la puerta y hasta allá a preguntar, cuando se fue la tía, otra vez Róger se me lanza encima y otra vez nos pusimos a besar con mucha más emoción que la última vez, me acuerdo tanto, que yo le hize unos chupones en el cuello, por el pecho, le deje mi marca personal en su hermoso cuerpo, después de tanto besarnos y abrazarnos, nos fuimos de lado y caímos en el suelo, por suerte había alfombra, y continuamos hay nuestra escena erótica.

Ya era mucha la exitacion que nos comenzamos a desvestir, el se separa de mi y ambos nos quitamos toda la ropa excepto el boxer en menos de un minuto, esta vez yo me le monte encima a besarnos, nos restregábamos nuestro penes que para ese punto ya estaban completamente parados y el mío ya goteaba, no me pude aguantar más y bajé hasta su pene, lo saqué y lo metí en mi boca, lo movía de un lado a otro dentro de mi boca, le pasaba la lengua por la cabeza, mientras que con mis manos le hacáa un masaje en las bolas que yo las sentía que iban a reventar, el sólo se retorcia y gemia del gusto, del placer que le causaba mi boca, mi lengua en su pene, en un rato el se cambio a la posición del 69, sí ustedes lo han hecho es lo mejor que se puede sentir, yo sentía un cosquilleo muy placentero en mi estómago y en mi pene, al rato siento algo en mi ano, no era un dedo, era su lengua, no se como, pero en esa posición él se abrió pasó hasta el.

Era la primera vez en mi vida que me hacían cierta cosa, me hacia retorcer, gemir, gritar, llorar, tantas emociones que me hizo sentir en un leve momento, lo que podía hacer yo era meterme su pene en mi boca para no gritar del placer pero aún así era imposible evitarlo, yo de tanto disfrutar empiezo a tener movimientos bruscos, llegó la hora del semen, el se separó de mi rápidamente y eso me hizo parar mi derramada, después de calmarme, respiré hondo, y el se me monto encima a besarme, le empiezo a decir cosas como, que arrecho eres, tú sí que sabes como complacer a un hombre, etc,

Él sólo reía y me besaba mucho, nuestro penes aún seguían erectos, yo lo puse debajo de mío me le acosté encima, le cogí de las manos y cruze sus dedos con los míos, después me senté en su estómago y con una mano guíaba su pene hacia mi ano hasta que entró, yo a pesar de haber tenido sexo antes, por alguna razón cada vez que tengo sexo, me duele mucho cuando me lo meten.

Eso mismo me pasó en ese momento, el espero a que se me pasará el dolor, cuando de repente el levanta su cadera un poco y se va dentro mío más de la mitad de su pene, me hizo pegar un grito que casi de los reflejos del dolor lo suelto y le pegó un golpe pero me contuve, el me vio y me dice:

-tranquilo, no lo vuelto hacer
-más te vale sino quieres ganarte un puño en el estómago.

El se puso a reír y sin sacar su pene de mi ano me acuesto encima de él y me abraza muy duro, yo estaba con las piernas abiertas y medio atravesado por su pene, otra vez, volvió a mandarlo duro, pero esta vez se salvo del puño porqu no pude dárselo.

Él, muy inteligente, me había abrazado para eso, y en esa pose empieza a darle para arriba y para abajo, suave, lento, rápido, yo sólo me dejaba hacer lo que él quisiera, luego de un rato, como unos 20 minutos, yo siento que me derramo como no quería safarme,

Me derrame en su estómago y yo cogí un poco de mi semen y lo lleve a mi ano para más lubricacion, en menos de 1 minuto ya lo tenía a el derramandose dentro y fuera de mi, nos besámos mucho sin separarnos.
Después de tener sexo, juntos nos metimos a bañar pero hay sólo nos tocabamos el uno al otro, nos besabamós, juntábamos nuestro penes y nada más.

Esa fue la primera vez en la que él y yo tuvimos sexo, lo que no fue capaz de darme su primo, pero aún quiero a los dos, sabrá Dios si él se lo contara al primo, igual no me importa estoy feliz xq me tiré a los primos.

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