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Andrés, el amigo de mi papá (2: con mi papá también)

Cuando abrí la puerta se escuchaban a lo lejos unos gemidos (eran del cuarto de mi papa), y como soy tan curioso, me acerqué por la ventana, y me lleve una gran sorpresa, cuando vi a mi papa con Andrés.

Andrés, el amigo de mi papá (1)

Además yo también miré la entrepierna de Andrés y me pude dar cuenta que al igual que yo esta situación lo excitaba mucho.

De niño en el balneario

Sé que para la edad que yo tenía era muy tremendo arriesgarme de esa forma, pero me fascinaba eso y de verdad quería tocarle esa polla riquísima.

El hermanito de mi novia

Como he dicho mi cuñado entrenaba mucho de su cuerpo, a parte de tenerlo musculado lo llevaba depilado entero. Ya nada más entrar en el coche se me puso un poco dura.

Mi maestro favorito

Así que comenzamos jugar con nuestras lenguas entrelazadas, en ese momento no había nada que nos preocupara, comencé a quitarle la desabotonarle la camisa, poco a poco.

Tomado por papá

Ahora que tengo 16, y tras la muerte de mamá, me obsesiona ir al cesto de la ropa sucia y sacar los calzoncillos usados de papá (con quien vivía yo solo), para olerlos y demás. Mi vida cambió hace dos noches.

Entregado a mi padre

Poco a poco le iba palpitando y creciendo la verga por debajo del pantalón. Deslicé mis manos desde su torso hasta su pelvis, con una mano tome su verga. Se sentía grande y gruesa, venosa, velluda. Estaba calentita.

Abrazado a mi papá

Yo terminé preguntándole si podía ser que nos masturbáramos juntos. Se lo dije con aquel nerviosismo que tenía incluso mi garganta re seca.

¡Ah, qué rico cogía mi chofer!

«Pedro de Miraflores», así le gustaba al chófer de nuestra casa que se le llamase, un negro cubano que hacía muchísimos años había entrado a trabajar de la mano de su esposa, Florinda. Había pasado a ser casi de la familia.

El lechero cuñado de mi padrastro

Cuando entramos a la habitación no soportamos más y comenzamos a besarnos, me encantaba como él me besaba y me trababa ya que lo hacía con mucho amor y de una forma delicada.

error: ¡Hey! Jálatela, no te los lleves.