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Me gané un hétero en el metro

Con más valor que antes le metí la mano por el pantalón y sobre el bóxer le toqué sus duras nalgas y pensé en la posibilidad de tocarlo pero ahora por dentro del bóxer.

En la cumbre del trabajo

Le dije «dime tu habitación y sabrás si soy o no capaz». Así fue. Me bañé y subí. Se sorprendió al verme en la puerta de su habitación. Le dije, «aquí estoy, ¿cómo que no era capaz?»

Para que veas a qué sabe tu culo

Se lamió el dedo y lo volvió a introducir; lo hizo repetidas veces hasta que sentí dos de sus dedos adentro de mi. Metió sus dedos en mi boca y me dijo «para que veas lo rico que sabe tu culo» acto seguido me los volvio a meter por el culo y segui mamando mientras yo solo me masturbaba.

La lencería que me dio mi cuñado

Me retiró y entendí que ahora era mi turno de recibirlo; él se subió el pantalón, fue asu cuarto y trajo ropa interior de su mujer, muy linda, de encajes. Me desnudó, me puso las tangas de su mujer y un bra.

Álvaro, el taxista

«Pues nunca lo he hecho, pero yo creo que es pequeñita, cuando veo porno siempre los tipos tienen vergas muy grandotas, y más si son negros»

El hétero de informática

Al parecer le gustaba mucho por que gemía un buen, y me decía cosas como, «¡ah, no mames Tony, a mi esposa no le gusta hacerme esto!»

El rico morro de la motocicleta

«Ya me hacía falta salir de la casa no te conté pero soy casado desde hace tres años vivo con mi mujer y tenemos una bebe y estar todo el tiempo en casa me está volviendo loco» me dijo el sexy motociclista.

Con el encargado del rancho familiar

Pablo me tumbo boca arriba se puso sobre mí y mirándome a los ojos me dijo: «esta fue la mejor mamada que me han hecho nunca, pero prepárate porque solo fue el comienzo», y se hundió en mi cuello y pecho besándome y pasando sus carnosos labios y su lengua por todas partes.

Aprovechando que mi esposa salió de viaje

Tenía un culo exquisito, era como tener a una mujer gordita culona, ni si quiera se le veía el pene y apuntando mi verga a su ojete lo penetré con fuerza, enterrándosela hasta el fondo, sacándole fuertes gemidos femeninos que mas me excitaban.

Con los dos camioneros

Justo en eso estábamos cuando me dice «ahora chupasela a él» y yo me saqué mucho de onda. Y efectivamente, acostado en la cama, detrás de él, había otro tipo.

error: ¡Hey! Jálatela, no te los lleves.