El hétero de informática

Un relato exclusivo de Relaróticos.com

Esto sucedió en el estado de Nayarit, MX. Por confidencialidad a las personas, me pondré Tony y al chavo que conocí le pondré Josué. Desde que vi por Josué en el primer día de mi trabajo cuando el supervisor nos presentó, hubo algo en su mirada que me atrajo, y creo que también él me miró de una manera peculiar. Yo me uní al equipo de Josué, así que me tocó trabajar muy de cerca con él.

Él tenía 25 años en ese entonces, casado y con hijo. Ni moreno ni piel blanca, es fornido y con mirada sensual. Yo igual tenía la misma edad y ambos salimos egresados de la misma universidad.

Yo sé que soy una persona que aunque no soy amanerada ni hablo afeminado ni me comporto como tal, sé que se me nota mi homosexualidad, y sé que muchos lo perciben. Realmente no soy afeminado, pero se puede distinguir que si soy gay.

Todo comenzó cuando él me dijo en el trabajo que no me juntara tanto con una chava mucho, por que el ambiente en el trabajo era muy de machos, en su mayoría había hombres, y que pues iban a pensar mal los demás y así. La verdad nunca me preocupó.

Pasado un mes yo ya le había contado que era gay y que tenía novio, y desde entonces sentí que se interesó en mi, como una cierta atracción sexual.

Un día en la tarde, me dijo él que su esposa no estaba, que si nos tomábamos unos botes, y entonces dije «de aquí soy», yo en esa época también tenía mi novio, y caía la casualidad que era semana santa, por que lo que su esposa y mi novio estaban fuera de la capital. Y como nosotros no teníamos vacaciones nos quedamos en la ciudad solos y con deseos.

Lo pasé a mi departamento, a mi cama y empezamos a tomar, de repente me empezó hacer señas de que hay que hacer, y se movía rechinando la cama, para eso ya había tensión sexual y se que ambos queríamos algo más. Por alguna razón, no pude hacerlo en mi departamento, y nos fuimos a su casa que estaba sola.

Llegando a su casa no aguantamos más y nos pusimos a fajar. Josué era realmente primerizo con un hombre, me confesó que nunca había estado con uno, y en verdad le creo.

Nos empezamos a abrazar, luego pasamos a su recámara, le quité la ropa y suavemente lo acaricié por todos lados, tenía un cuerpo de antojo; luego le rocé su verga con mis manos, le sobé sus webos y entonces me bajé a probarla. Pegó un suspiro grande y entonces me decidí a mamársela con todas mis ganas acumuladas que le tenía.

Al parecer le gustaba mucho por que gemía un buen, y me decía cosas como, «¡ah, no mames Tony, a mi esposa no le gusta hacerme esto!»

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Después de quedar completamente desnudos, nos seguimos fundiendo en nuestros cuerpos y ambos sintiendo el sudor de nuestros cuerpos, me puso su verga en mi culito, pero no nos animamos a hacer algo más. Terminó en mi boca y ahí quedó todo por esa noche.

Desde entonces, en el trabajo entramos a un lugar con acceso controlado, y ahí seguimos fajando pero hasta este punto nunca hicimos nada de penetración. Pero obviamente iba a pasar, tarde que temprano, y así fue.

Han sido dos veces en la que Josué me ha cogido de una manera tan rica, y me gusta mucho por que es casado así que todo me ha gustado cuando hemos cogido. Describiré brevemente las dos veces que han pasado:

La primera fue en un hotel del centro de la ciudad, quedamos de vernos, él entro después que salió de trabajar, subió hasta el tercer piso y no desperdiciamos ni un momento. Era la primer vez que ambos decidíamos ir más allá de solo faje.

Esta vez fue la primer vez que nos besamos, me chupó un culo, me abrió de nalgas, me rozó su verga en todo mi cuerpo. También se la mame delicioso, y por primera vez le chupé su culo peludo de macho y le gustó mucho, no pudimos aguantar y él, que ya venía preparado como acordamos, sacó un condón y lubricante y me la dejó ir de un solo golpe.

La verdad ni le sufrí y me acostumbré a su verga peluda que es de tamaño normal, unos 15 a 16 cms, me entró de un solo golpe de lo dilatado y caliente que me tenía. Me puso en cuatro y me empezó a dar fuerte, cabalgaba dentro de mi y sus bolas me robotaban por debajo de mis nalgas, a pesar de que el venía cansado de trabajar ni se notó.

Me hizo suyo y yo fui de él completamente, me movía hacía atrás y empujaba para seguir recibiendo las embestidas que Josué no paraba de darme, hasta que ambos nos vinimos; después de eso yo sabría que vendrían más momentos así a su lado.

La segunda vez fue algo similar, pero en la casa de un amigo que me había prestado, esta vez fue un poco más con calma, ambos nos bañamos y nuevamente nos besamos, me la metió sin piedad y nuevamente me puso en cuatro y experimentamos más posiciones, hasta terminar y que mi culo quedó bien rojo.

Seguimos platicando y fantaseando que ambos tenemos un fin de semana juntos para puro coger, lo estimo mucho y se que él también me tiene mucho cariño. Ya no vivimos en la misma ciudad, pero sigo esperando el momento para verlo otra vez y poder coger con mi hetero casado que me calienta y me coge como él solo lo sabe hacer.

Tenemos planes de que antes de que sea acabe este año podernos ver nuevamente cuando estemos ambos de regreso en el mismo lugar, y hacer que suceda la tercera vez, estoy seguro que lo disfrutaremos aún más, y si así sucede, tendrán otra historia que les contaré más adelante.

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