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En la cárcel se paga en especie

Sabía que no era algo ético menos algo que yo acostumbrara a hacer pero en serio el hecho de estar todo el tiempo tratando con gente formal y los años trabajando como abogado me hacían que fantaseara con hacerlo en una celda de la prisión, además a Ricardo lo deseaba desde hace tanto tiempo más ahora que estaba más bueno que nunca

Con olor a v3rga

Me era familiar ese olor, yo mismo lo había sentido muchas veces en mi persona, al terminar una larga jornada de trabajo, sudado, en mi jugo, y a punto de meterme a bañar.

Manoseando a papá

Por fin ya tenía ese trozo en mis manos y lo empecé a masturbar y masturbarme y eso mi padre se despierta y me dice un poco molesto «Qué estás haciendo? soy tu padre!»

Soy el cachorro de mi tío León

Yo comencé a querer llorar y parece que eso le excitó ya que me dijo «Venga, pues, pero esto jamás se lo digas a nadie y no se va a repetir».

Los 20cms de mi mejor amigo

Aguanté varios minutos hasta que no me pude resistir más y me lancé a besar su pecho y lo que más me sorprendió es que él no puso ninguna resistencia, podría decir que hasta estaba colaborando.

Los hijos de mi madrina

Luego, en una de las tantas veces que perdí, me tocó el reto de masajear al pene erecto del Renzo sin la ropa interior; yo al ver ese monstruo que salió de ese short ancho de color gris, me sorprendió lo enorme que era en comparación con el mío.

Recogiendo desamparados

Obvio me asusté, pero la verdad es que si hay algo de lo que disfruto, no es tanto en el tamaño de la verga, si no en lo tiesa que pueda ponerse y ese chico estaba durísimo por lo que me prendió cañón.

Perdí la virginidad

Me dijo «aguántala, querías verga ahora aguántala» mientras yo sentía un dolor y placer a la misma vez y sin avisarme me la dejó caer toda de golpe pudiendo sentir sus huevos rebotando en mis nalgas.

Mi hermano mayor, mi héroe y mi amante

Él es de cabello castaño, ojos cafés claro, bronceadito, muy alto, y como le gusta mucho hacer ejercicio tenía unos brazotes muy grandes y unas piernas velludas deliciosas.

La primera vez con mi primo David

Mi pene estaba tan duro que me dolía y David me acariciaba mis testículos, nalgas pecho, y cuello. No habían pasado ni dos minutos cuando le dije que parara, ya sentía que mi orgasmo estaba cerca.

error: ¡Hey! Jálatela, no te los lleves.