Reto Final

¡Qué envidia! Quisiera estar en su lugar. Rodri se veía dudoso, pero siendo fiel a su estilo decidido de toda la partida, aceptó el reto y oficialmente había ganado el juego. Decidimos ir a mi cuarto, pues estaríamos más cómodos, terminando de desnudarnos en el camino los que aún teníamos algo de ropa.

Apenas llegando a la recámara, Rodri ya se encontraba de rodillas en el suelo, rodeado por los cinco jugadores restantes, con nuestras vergas erectas apuntando a su cara.

Empezó directamente a trabajar en la de su amigo, mientras que masturbaba a Rodrigo y Leo, estuvo así varios minutos, rotando entre las vergas de los cinco, alternando entre sus manos y boca hasta que, al terminar de chupar la de Miguel.

Éste le dijo que se acostara boca arriba, con su culo en la orilla, así lo hizo y éste se puso a trabajar en dilatarlo con un beso negro, que arrancaba suspiros de su boca. Leo se subió de rodillas a la cama y acalló los suspiros al ocupar su boca con su propia verga.

🔥 Un relato exclusivo de Relaróticos 🔥

Después de unos minutos, Daniel le pidió a Leo cederle el lugar y ocupó la boca de su amigo, mientras que Miguel, terminando con su labor, se separó del culo de Rodri, colocó lubricante en su entrada y empezó a introducir su miembro, abriéndose paso mientras que se escuchaban sólo quejidos desde la garganta del chico, que estaba siendo taladrado por la verga de Daniel.

Una vez estaba toda dentro, Miguel empezó un mete y saca sin muchos miramientos hacia Rodri, quien tuvo que sacar de su boca la verga de Daniel, para poder quejarse a gusto y gemir un poco. Daniel se retiró de su lugar y yo aproveché para colocarme junto a la cabeza de Rodri, quien se metió sólo mi verga a su boca, pues sus quejidos habían pasado a convertirse plenamente en placer.

Miguel se retiró de su lugar, preguntando quién seguía, y Leo aprovechó y tomó su lugar, entrando sin problemas en el hoyo abierto de Rodri y empezando a taladrar con un buen ritmo. Mientras tanto yo disfrutaba de su boca, tomándolo de la nuca con una mano para marcar el ritmo de la mamada.

Sentí una mano en el hombro; era Rodrigo, quién con lujuria en sus ojos, pedía le dejara mi sitio, así lo hice y le puso su verga en la boca, Rodri intentó meterla toda, pero apenas y podía con la mitad y un poco más. Daniel relevó a Leo en la parte trasera y empezó a cogerse a su amigo lentamente, sacando y metiendo la longitud completa de su verga, creando una vista espectacular.

Ambos estuvieron un buen rato follando a Rodri, hasta que Miguel relevó a su hermano de la boca del mismo y empezó a recibir una mamada, aunque apenas y podía meter la cabeza debido a su grosor.

Luego de unos minutos, era el turno de Rodrigo de usar el agujero de Rodri, al retirarse Daniel, lo pensó un momento y pidió cambiar de posición, se tumbó en la cama bocarriba, con las piernas aún apoyadas en el suelo y Rodri se montó en su verga, introduciéndola lentamente, con su cara colorada, que reflejaba un placer inigualable.

Una vez dentro, Rodrigo lo tomó de los hombros y empezó a taladrarlo, sólo se escuchaban gemidos en la habitación.

-Esto está tardando mucho-dijo Leo-podríamos hacerle un dos romano. –Pues dale-atinó a decir Rodri. Leo se puso de pie, rodeando con sus piernas las de Rodrigo y, colocando un poco más de lubricante, acercó su verga a la entrada de Rodri, quien se inclinó hacia adelante para dejar mejor acceso.

La verga de Leo empezó a entrar, mientras Rodri solo apretaba los ojos y se quejaba, pero no desistió. Daniel aprovechó la nueva posición de Rodri, para ponerlo a mamar su verga, dejando sus huevos a la altura de la cara de Rodrigo, quién aprovechó para chuparlos también.

Ahora era Leo quien marcaba el ritmo de la cogida y empezó a acelerar, dando embestidas que hacían que sus glúteos grandes y fuertes, se contrajeran de forma espectacular. El ritmo era cada vez mayor, hasta que Leo empezó a emitir los sonidos clásicos de un orgasmo y al mismo tiempo se marcaban sus tríceps y los músculos de su espalda por las contracciones.

Se quedó quieto un momento y se retiró de su lugar; yo aproveché para tomar su lugar, el semen de Leo agregaba una nueva sensación, que mezclado con lo apretado que estaba todo al compartir cavidad con la verga de Rodrigo, me provocó uno de los más grandes placeres de mi vida.

Empecé un mete saca rítmico, cada embestida enviaba escalofríos por mi cuerpo, supe que no resistiría mucho, así que me decidí a disfrutar al máximo. Mientras tanto, Leo se había recostado en la cama, con la espalda en la pared, mientras recuperaba el aliento.

Miguel intercambió el lugar con Daniel, mientras yo aumentaba el ritmo, pues sentía que el orgasmo estaba cerca, veía mi verga entrando y saliendo del agujero de Rodri, mientras que el semen de Leo se escurría sobre los huevos de Rodrigo.

No aguanté más, clavé mi verga lo más profundo que pude e imité a Leo, llenando con cinco trallazos de semen el recto de Rodri y la verga de Rodrigo que se encontraba dentro. Al retirarme, Daniel ya estaba listo a mi espalda, recogió con su glande los mecos que habían caído y los volvió a meter dentro de su amigo, quién había abandonado un momento su trabajo en la verga de Miguel para disfrutar ese momento.

Daniel empezó sus embestidas y yo me acerqué a la cara de Rodri para que limpiara los restos de semen de mi verga, que seguía estando muy dura. Cuando terminó de limpiarme, fui a sentarme junto a Leo, quién paso su brazo alrededor de mi hombro y, al mismo tiempo, yo descansé mi mano sobre su muslo, y jugaba un poco, sintiendo sus vellitos en la palma de mi mano.

Mientras tanto Daniel embestía con violencia, poniéndose cada vez más rojo, mientras que Miguel mantenía a Rodri trabajando en su verga, tomándolo de la nuca y violando su boca, que por fin se había acostumbrado a su grosor.

Igual que nosotros, Daniel empezó a tener un orgasmo bastante sonoro, mientras su cuerpo sufría espasmos rítmicos, una, dos, tres y hasta cuatro veces. Miguel entendió que era su turno y fue a sustituir a Daniel quién imitándome, fue a que Rodri le limpiara la verga.

Miguel fue cuidadoso al entrar en Rodri, pero inmediatamente empezó una cogida bastante violenta, a la que Rodrigo se unió, moviendo también su cadera. Sus movimientos estaban tan sincronizados, que estaba claro que no era la primera vez que lo hacían.

Rodri, ahora con la boca libre, se quejaba y gemía como loco, se notaba que también estaba cerca del orgasmo. La faena continuó por un par de minutos, hasta que Rodri, completamente rojo, empezó a tener un orgasmo que le quitó la fuerza de los brazos con los que se apoyaba en la cama y tuvo que recostarse sobre Rodrigo, llenando seguramente el espacio entre su abdomen y el de Rodrigo con su semen.

Al mismo tiempo, ambos hermanos empezaron a subir el ritmo y llenaron de mecos el recto de Rodri, con gemidos sonoros que delataban sus orgasmos.

Después de unos segundos, Rodri simplemente giró, quedando acostado sobre su espalda, respirando con dificultad, con cada exhalación se marcaban esos abdominales perfectos que tenía. Por su parte, Miguel se puso a trabajar para limpiar la monumental verga de su hermano, que había terminado completamente batida de mecos.

-Entonces lo que quiero para cenar es pizza-alcanzó a decir Rodri. El ambiente se sentía ahora muy relajado, sabíamos que debíamos volver a hacer esto en un futuro.

Fin

¿Te gustó? ¡Califícalo!

¡Siento que este contenido no te haya sido útil!

¡Déjame mejorar este contenido!

Dime, ¿cómo puedo mejorar este contenido?

¡Comenta! (No es necesario registrarse, solo escribe el comentario y da ENVIAR)