🔥 Un relato exclusivo de Relaróticos 🔥

A mis 16 años, mi mejor amigo me invitó a un evento de anime. En la ciudad de México eso es muy frecuente y estaba de moda así que por tres meses me fui al gym y estuve en dieta rigurosa para ese evento.

Tavo, mi mejor amigo, me comentó que iría de Naruto y fue buscando sus trajes y como tenía recursos se compró dos o tres trajes. No sé si fue morbo por verme en licra o de verdad me apreciaba, pero me regaló un traje que por mi color de piel y físico me quedaba increíble.

Cuando me lo dio, pase a su baño para probarme el traje que era de pantera negra. Viví una sensación única de cómo la lycra cubría mi piel ajustándose a mi figura resaltando todo mi cuerpo que estaba demasiado bien proporcionado con un buen trasero, piernas y pectorales de gym.

Al salir del baño mi amigo solo abrió los ojos del impacto que le di. “Wow. Te quedó mejor que a mí, amigo” dijo dándome una nalgada que aunque traía truza me ardió toda la piel.

“No mames, Tavo… te pasas” le reclamé mientras me sobaba la nalga y él se mordía el labio. Luego dijo “ahora me toca a mí, me iré a cambiar”. Se tardó bastante así que me recosté para mandar mensajes.

De repente sale y dice “te atrapé”. Supuse que quería estar arriba de mi trasero y ahí empezó a frotarse. Lógicamente me calentó tanto que me empezó a gustar su fricción entre mis nalgas. Se acercó por el cuello y me besó apasionadamente aunque él está gordito su herramienta, de 18 CM, sí que la sabía mover.

Poco a poco bajó el cierre de la parte de atrás y me pude quitar el traje liberando más de la mitad del cuerpo. Tomó mi cadera y me dio besos negros para al fin dejar su saliva al rededor de mi aro.

Él solo bajó un poco su pans de Naruto y sacó su miembro para empezar a penetrarme suavemente y muy tranquilo. Pareciera que no era la primera vez que lo hacía pues se notaba experiencia.

Yo lo disfruté mucho porque para mí si era la primera vez. Después de venirse dentro de mi y hacer un pacto de no decir nada nos metimos a bañar dando unos besos apasionados.

Pasaron los días y seguía ejercitándome en el gym . Y por fin llegó el día esperado; saqué mis tenis negros nuevos, no comí solo que una lechuga para no inflar mi estómago. En todo el cuerpo me puse crema y posteriormente me puse una concha o suspensorio en las partes nobles.

Luego me puse mi traje de pantera negra. Me veía al espejo y no podía creerlo, con cuadritos, muy delgado, piernas torneadas y un culo rompe fierros, grande y duro. Con verme y recordar esa sensación de penetración me estaba excitando.

La casa de mi amigo está a dos colonias así que decidí irme caminando así para no cargar nada. Me puse la máscara del pantera negra y me salí rápido de casa. Guau me sentía una puta desnuda del barrio caminando entre calles con las nalgas al aire moviéndose de un lado a otro muy creídas.

Como es lo que resalta de mi cuerpo, mi gran trasero, más de una persona me tomó fotografías en la calle observando mi cuerpo sexy.Toqué la puerta de la casa de mi amigo y abrió su papá, un hombre sexy, robusto, de barba y pelo en pecho. Tenía una voz dominante y gruesa y me dice “pasa y siéntate, ahorita los llevó”.

Obvio esto me lo dijo con una mirada que me desnudaba aún más de lo que ya estaba. Me percaté que su madre no estaba en casa, estaría en Cancún por negocios, algo así me comentó mi amigo que salió con traje de Batman muy original y sexy. 

Yo en mi mente, al verlo, pensé si sería yo su gatubela. Luego salió su papá y nos subimos a la camioneta pero en la ruta había muchos manifestantes reclamando no se qué, así que tuvimos que dejar la camioneta en el estacionamiento más cercano. 

El único que sabía la ubicación era mi amigo y para atravesar la multitud de gente formamos una fila, mi amigo, yo detrás de él y detrás mío su papá, que no perdía la oportunidad de arrimarse con su bulto grande a mí o bien tocar mi trasero pasando sus dedos en medio de mis nalgas. Literal las agarraba entre la multitud.

Por fin llegamos al edificio donde será el evento. Su papá, no quiso entrar al evento, iría a otro sitio y pasaría por nosotros a las 6 de la tarde. ¡Oooh sorpresa que llegó la verdadera Gatúbela! y para no estar de más con ellos decidí irme por mi propio rumbo. 

Estuvo muy bien organizado el evento, muchos cómic y multitud de gente personalizada. Al llegar a un estand había un hombre personalizado de romano, todo su cuerpo de gym muy músculos, pelo castaño con su corona y solo una tela color blanca a la altura de una minifalda entreabierta que dejaba ver la orilla de su trusa blanca de licra, repartiendo revista. 

Notó cómo lo miraba y me acerqué poco a poco; él me dio la revista susurrando “espérame en los baños” y ahí dejó sus revistas y se fue tras de mí.

Ya en el baño se recargó de la pared y dijo “Qué quieres hacer?”. Me acerqué con mis garras de pantera y las pase por su cuerpo sintiendo su músculos. Me calentaba dándole un beso apasionado que logró que él se excitara a mil. 

Yo con mi garra tocaba su tuza y por un costado con una garra saqué su miembro de 19 centímetros, algo delgado que pero se veía muy largo permitiéndole hacer garganta profunda mis garras las clave en su trasero duro y no lo solté hasta que se vino en mi boca. Exhausto salió por qué ya le estaban hablando para trabajar.

Llegué a la hora indicada y solo llegó su papá pues mi amigo le marcó para decirle que iría a dejar a su novia y que se verían en su casa. Me sentí algo incómodo pero tras una plática me fui adaptando a su ser.

La primera pregunta que hizo fue “¿ya comiste?” Yo respondí que solo una leche. Creo que entendió el doble sentido pues me dijo “cuando lleguemos te daré una salchicha asada y unos plátanos, te gusta la idea?”

Le dije “Si, está bien señor”. Él me pidió que lo llamara tío y yo obedecí. Llegamos a su casa después de cenar y vimos la tele esperando a su hijo. Entonces me pide el control de la TV y subo el sillón ya que la mesa estaba detrás del sillón.

Imagínalo: estoy de rodillas parando el culo pero por más que me estiraba no veía el control. Entonces por sorpresa él toma mis caderas y me da su recargón de bulto. Mi tío empezó a hacer fricción en mi culo levantandolo un poco.

Claro que se sentía rico y me decía “así muévete pantera. Préstame tu culo un rato, estás muy nalgon”. Yo solo respondía “sí papi, lo que quieras. Que grande la tienes”.

Se desgarró mi traje de mi raya de tanta fricción y ahí mi “tío” pudo lamer y hacerme besos negros a cuanto quiso. Empezó a jugar con sus dedos dilatando lo más que pudo moviendo su dedo gordo, luego me acostó boca arriba y me dio de besos dejando ver una verga colgada de 24 cm muy cabezona y gruesa.

Luego levanto mis patitas y echo mucho lubricante hasta así gorgoritos mi entrada. Yo le dije “Ya métela!”. Él me tenía el sillón boca arriba con las piernas arriba y en esa posición poco a poco fue penetrando.

No sé por qué pero en esa posición hizo sentir que tenía vulva y me estaba penetrando mi macho bien dotado. El traje de pantera me dejó ver cómo mi vulva se abría a lo grueso de su verga venosa y se le facilitó la entrada.

Su verga entró a presión pero eso lo hizo un sexo placentero. Empezó a meter y sacar y su movimiento circular me demostraba que era todo un experto en el sexo pues manejaba mi panocha de hombre a su elección.

Me tenía rebotando en mi vulva haciendo fuertes sonidos. Fue la posición que más nos gustaba pues aunque hacíamos varias regresamos a esa y sus besos con barba mordiendo mis labios al mismo tiempo moviendo su cadera eran tan excitantes.

Me encantaba cómo movía mi entrada y como la trataba como vagina. De hecho hizo que me viniera apretando su miembro completo haciéndolo expulsar su leche caliente sintiendo que llegaba a mi estómago por dentro.

Nos fuimos a su cuarto y nos acostamos en su cama. Luego le mando un masaje a su hijo para decirle que tenía permiso de no llegar a su casa. Eso me prendió pues cómo nadie nos molestaría toda la noche nos metimos a bañar salimos y me volví a acostar en la esquina de la cama. 

Dice “la verdad ya tiene rato que no tengo buen sexo, desde antes que naciera mi hijo, y hoy me hiciste recordar aquellos tiempos de juventud. Vas a aprender todo, a cómo usar ese buen culo que te cargas”. 

Luego de decirme eso me levantó las piernas llevándolas a sus hombros y direccionando su miembro a mi entrada logró otra vez hacerme suyo, esta vez en la esquina de la cama.

Me trató como vagina recién estrenada, fuerte y rápido; sus entradas eran de todo un macho, volvió a salir un montón de leche caliente, fácil era para hacer 5 hijos, por qué me lo dejo espumoso rojizo muy dilatado se abría y cerraba a su voluntad, bien destrozado.

Nos dormimos pero el domingo lo desperté con un buena mamada mañanera y otra vez me hizo suyo, haciéndome sentir muy nalgon con sus cojidas. Rápidamente aprendió mi trasero a dejarlo seco y flácido y no gotear hasta cuándo quiera ir al baño y expulsarla para no manchar mi truza. Así llevo ya un año de relación con mi “tío” y no lo pienso dejar .

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