🔥 Un relato exclusivo de Relaróticos 🔥

Quiero contar cuando cogí con unos chicos que son hermanos; todo comenzó en la prepa cuando yo tenía 18 años. Tenía yo un compañero de mi edad a quien siempre le gustaba jugar video juegos en mi casa. 

Un día que mis papás no estaban él fue a jugar conmigo a la casa y como siempre se puso a bromear con que le gustaría coger a una chica del salón, y cada vez que él

platicaba de lo que le quería hacer a la vieja yo veía como se le marcaba la verga en el pantalón y mucho más cuando llevaba shorts o pants. 

Aquel jueves, ese día mientras jugábamos, me dijo que tenia frío, eran tipo 7 de la tarde, y yo saqué una cobija para que se tapara y me pregunta qué si yo no tenía frío, y cuando le digo que si me dice “pues ven acuéstate y te tapas conmigo”. Se me hizo rara la actitud pero lo hice, me fue a acostar a un lado de él. 

Ahí nos acostamos los dos de panza sobre la cama y seguíamos jugando. Ya eran como las 8 de la noche y aunque normalmente se iba 7:30 ese día estaba más tiempo; mis papas siempre volvían en eso de las 9, 9:30 yo la verdad estaba cansado, así que me recosté de lado dándole la espalda y medio me quedé dormido, mientras él seguía jugando. 

No pasaron ni 20 minutos cuando sentí que se movía igual de lado para quedar repegado a mi tipo cucharita, posición en la que me acercó su verga que pude notar cómo que ya estaba bien dura y se sentía como palpitaba cerca de mis nalgas. 

Poco a poco sentí sus manos alrededor mío y me apretaba fuerte y yo aprovechaba cada apretón para acercarle mis nalgas y que me rosara su verga; luego con un solo movimiento me bajó el short y él ya la tenía de fuera bien lubricada; ya sabia que yo estaba despierto y cooperando sin decir una palabra. Entonces me la acercó a al hoyito y poco a poco me la metía, fue doloroso al principio pero un dolor q se disfruta, esa era mi primera vez comiéndome una verga; fueron bombeos suaves, un poco torpes. 

No hubo muchas posiciones de hecho solo me lo hizo así en cucharita y luego me volteo para quedar yo boca abajo y él acostado sobre mi cogiéndome.  No duramos mucho pero yo sentía rico más aún cuando se vino dentro de mi con unos gemidos riquísimos. Luego se levantó, se acomodó la ropa y se fue. Yo me quedé acostado sin decir nada, típico de cuando lo haces por primera vez. 

Al día siguiente en la escuela, ninguno dijo ni una palabra, pero ese día que regresamos a mi casa nos acompañó también su hermano, él un año más grande que nosotros y es mucho más serio; era raro que nos acompañara porque no nos hablábamos mucho con él.

Además él siempre se veía con cara de coraje casi siempre, me daba miedo y por eso casi no le dirigía la palabra pero ese día el me habló y me dijo que si podían ir él y su hermano a mi casa a jugar y pues yo les dije que claro que sí m, pues además me servía para no estar solo toda la tarde. 

Ya en la casa pasamos en mi cuarto que estaba con la luz apagada; era una habitación de poca luz, solo la de la pantalla de tv. Entonces sentí como una mano se deslizó en mis nalgas recorriéndome todo el culo y tratando de meterse con todo y ropa entre mi raja. 

Yo al principio creí que era mi amigo tratando de aprovechar lo oscuro del cuarto, pero cuando volteo la vista cual fue sorpresa que era el hermano mayor con esas manos grandes, velludas y toscas de chico que juegan voleibol, callosas y muy toscas. El tipo alto me apretaba las nalgas y poco a poco fue acercándose a mi oído y me clavó un beso en el cuello que terminó en una mordida leve que lo mismo me dolió que me excitó. Me gustaba que él, el enojón, fuera quien llevara el control. 

Luego mi amigo se acercó a nosotros, me agarró mi mano y la puso en su verga salida de su pantalón sin ningún tapujo; ellos ya traían su plan y yo estaba encantado de comerme a esos dos machitos por quienes las viejas de mi escuela se morían y que yo tenia para mi. 

Un par de minutos después y ya en confianza nos empezamos a quitar todo y vergas, el mayor tenía una verga que de solo verla me hizo hasta pasar saliva. Era larga, diría yo que de unos 21 centímetros, y muy gruesa, sobre todo de la cabeza. De inmediato me acosté en la cama para comerme esa verga de él mayor, que estaba de pie frente a mi boca.

Aprovechando que estaba yo en cuatro en mi cama manándosela al mayor, el primero en cogerme fue mi amigo que podríamos decir que ya se sabía el camino. Apenas echo un poco de saliva en un escupitajo cuando me la dejó ir de un golpe lo que hizo que yo me clavara aun más la verga del otro en mi boca mientras se la seguía mamando. 

Luego de unos minutos de recibir sus embestidas mi amigo el más chico se corrió nuevamente gimiendo y nalgueándole y aún mientras escurrían los mecos de él de mi culo, el más grande decidió que era su turno y me volteó para cogerme ahí parado donde estaba. 

Por la cogida anterior mi culitio estaba ya dilatado y así que recibió a ese trozo de carne con facilidad mientras que yo podía sentir como mi culo se estiraba para soportar la tremenda verga de ese tipo que se veía que ya tenía más experiencia cogiendo pues llevaba un ritmo riquísimo, me agarraba de la cintura y me empujaba a él, me abría las nalgas para que me entrara más, luego me escupía, me nalgueaba, todo en un ritmo, insisto, riquísimo, mientras yo ahogaba mis gemidos con la verga recién usada de su hermano en mi boca, una verga de esas que aún cuando no están paradas siguen grandes y que me deleitaba lamer y jugar con ella en mi boca. 

Era riquísima la escena. La verga larga y parada reventando mi culo mientras yo chupaba y trataba de despertar la verga adormecida de mi amigo con la boca. Entonces sentí que el mayor sacaba su verga y me giro para quedar de nuevo frente a él y pude ver entonces cómo con su derecha se estiraba esa enorme verga y cerraba los ojos.

Adiviné lo que seguía y simplemente abrí la boca y cerré los ojos y al acto sentí como caía su leche calientita en mis mejillas, en mi frente, algo incluso en los ojos. No era mucha pero era muy viscosa, muy blanca, y muy espesa y poco a poco toda fue a rodar hasta mi boca donde me la recogí con mi lengua para no desperdiciar nada. 

“Eh wey, vámonos” le dijo el mayor al menor y ambos recogieron su ropa mientras yo seguía con el culi abierto y allá leche escurriéndome en el culo y de mi cara. “Y yo no me voy a venir” les pregunté y él mayor interrumpió a mi amigo y dijo “tú no tienes derecho a venirte… pero a lo mejor mañana te doy permiso. Nos vemos saliendo de la escuela”. 

Seguimos cogiendo cuatro o cinco meses más hasta que terminó el curso y el mayor pasó a la universidad y ya no volví a ver a ninguno de los dos. 

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