🔥 Un relato exclusivo de Relaróticos 🔥

Esta historia sucedió hace 5 años, cuando yo tenía 25. Yo trabajaba en una oficina que está por el centro de mi ciudad cerca de la estación del metro y entraba a las 7 de la mañana; para llegar ahí tenía que tomar el transmetro a la hora en que todos los chicos de la prepa se dirigen a sus escuelas, entonces siempre iba llenísimo y con muchas mochilas estorbando el paso.

Fue en una ocasión que estaba en la parada del transmetro que se acerca un chavito y me dice que si no tenia $4.50 que le prestara para el transmetro que se le había olvidado el dinero y que si se regresaba ya no iba a alcanzar a llegar a la prepa.

A mi se me hizo mala onda decirle que no y le di $10, le dije que de una vez para el regreso; el chico era muy lindo y me pregunto mi dirección para irme a llevar el dinero en la noche y le dije que no hacía falta, pero que no fuera tan distraído.

Yo nunca le había puesto atención al chavito ese pero desde ese día no había día que no lo viera y para acabarla de chingar era muy lindo, medía como 1.65 y tenía unas nalgas hermosas y siempre iba con su playerita de la prepa bien apretada.

Desde el día del préstamo cada mañana me saludaba y agarrábamos la plática muy bien, me contaba lo que quería estudiar (que al final no se logró) y de los planes que tenía, un chico muy lindo y buena onda.

Un día me dice “oye, pásame tu teléfono por si un día no vengo poder avisarte», a mi eso se me hizo muy raro, porque a mi en nada me afectaba si él no iba a tomar el bus, pero se lo pase de buena onda y para ver que podía salir de ahí.

Pues después de que se lo pasé los mensajes no pararon durante casi 2 semanas, hablábamos y hablábamos y hablábamos, hasta que un día se animó a decirme que yo le gustaba y que aunque su novia era linda, se llevaba mejor conmigo que con ella.

A mi ese asunto me sacó de onda porque aunque si me lo quería coger pues yo no quería una relación y fui directo y le dije «somos buenos camaradas, pero yo no busco nada serio, si quieres un palo, jalo», a lo que inmediatamente me respondió «¿nomas uno?, con lo grandote que estás pensé que aguantarías más». Yo nomas me reí y le dije «y si le entras o no?», a lo que me contestó “a webo, cuando se hace?»

A mi me dio un poco de nervio porque hasta ese momento sólo éramos buenos amigos, pero ya hablar de coger con él eran muchos pedos, ya saben porque jaja, así que mejor le dije que nos esperáramos a que él cumpliera la edad, faltaban como 2 meses, pero al chile el vato a diario me mandaba fotos de su pene hermoso morenito y de sus nalgas, me decía que quería que lo hiciera mio y ustedes saben que lo prohibido es más sabroso.

La verdad es que me contuve y le dije que dejara de mandarme fotos así porque me podía meter en pedos. Pasaron los dos meses y de hecho hizo su fiesta de 18, a la que fui y en la que también estaba su novia jaja, y acabamos hasta cantando juntos en el karaoke.

Al día siguiente me dijo «y entonces a donde nos iremos ahora que ya soy legal?» y le dije que al motel, al chile yo lo único que pensaba era en comerme esas nalgas hermosas y que me dice “y si mejor vamos a un lugar donde van a coger weyes», se refería a un lugar de encuentros.

Yo no sabía si llevarlo o no porque sé que ahí las cosas se ponen muy cachondas y me imaginé que acabarían ensartándoselo entre varios y al chile yo no lo quería compartir con nadie, pero al final accedí.

Cuando llegamos al lugar de encuentros estaba el ambiente medio apagado había poca gente, nos metimos al cuarto oscuro y empezamos a besarnos; hasta ese momento jamás nadie me había besado con tanta pasión como ese morrito lo hacía y me decía al oído «tenía muchas ganas de besarte», y me tocaba el bulto, pero me sorpredió mucho que me agarraba también mucho de las nalgas.

Sinceramente yo me dejé llevar por el momento y disfruté todo lo que me hacía, nos fuimos a la parte de arriba del lugar donde había una cama y nos recostamos y empezamos a fajar muy intenso, le quité su playera de manga larga y empecé a chupar sus pezones, él practicó mucho fútbol desde nino y esas tetas y esas piernotas trabajadas hacían sentir todo el ejercicio que hizo de morrito.

Para cuando acordé ya teniamos a 4 weyes alrededor de nosotros viendo como nos fajábamos y en una de esas vi como un wey intentó agarrarle el culo a mi morrito y mejor le dije que nos pusiéramos las playeras y nos fuéramos a un privado, al chile me puse celoso y no estaba dispuesto a compartirlo.

Llegamos al privado y me dijo que si todo estaba bien ya que me vio medio alterado por el otro vato y le dije que no me gustaba la idea de que alguien mas lo tocara y me dijo que él siempre iba a ser mio hasta el fin.

Obvio yo me calenté muchísimo y le dije que si quería que le hiciera el amor, ni siquiera me respondió cuando me empezó a bajar el pantalón y se llevó mi verga semierecta a su boca, daba unas chupadas algo malas, pero no importaba nada porque eran las chupadas del morrito que tanto deseaba tener.

Entonces me saqué un condón de la cartera y le dije que si le gustaría que yo estuviera adentro de él, a lo que me respondió “ya quiero que estes adentro de mi y no te salgas nunca».

Me puse el condón y no tenia lubricante así que empecé a escupirle en el culo y sólo sentía como se estremecía y ya cuando estaba mojadito se la dejé ir, al principio gimio muy fuerte pero luego se fue acostumbrando a la verga. Me pidió mi celular y abrió la cámara y me dijo «quiero recordar esto siempre” y empezó a grabar y me pasó el teléfono.

Yo no podía creer que nuestra primer cogida iba a quedar grabada para siempre y que cada que quisiéramos la podríamos revivir juntos.

Estar en esa cabinita era muy incomodo ya que yo soy muy grande y el espacio era pequeño, pero gozamos cada momento juntos. Dejé de grabar y me dijo, «quiero que te vengas en mi cara», a mi eso me puso muy cachondo y no me imaginé algo así, de hecho yo jamás se los había echado en la cara a nadie antes, y le dije que si.

Él se recostó boca arriba en el sillón, yo puse mi verga y huevos frente a su cara y me empecé a masturbar y de repente le dije que ya venía y ni siquiera permitió que saliera un chorro, rápido se la metió a la boca y empezó a succionar toda la leche que me salía mientras yo gritaba de placer y él se venía en su abdomen.

Fue una sensación que hoy recuerdo como una de las mejores experiencias sexuales que he tenido.

Nos limpiamos, salimos de ahí y le dije que aunque había sido una gran primera vez que teníamos que mejorar la comodidad y me dijo «quieres ir al motel ahorita?» ambos estábamos recién deslechados, pero no dudamos en irnos caminando al motel más cercano que encontramos, esa segunda parte con mi vecinito de prepa se las contaré luego.

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