Diciembre había llegado, mi madre había viajado a la capital a visitar a mi abuela y a pasar con su familia las festividades de fin de año. El colegio ya era historia patria para mi; y por haberme graduado antes de cumplir los 16 años, mi madre tomó la decisión de que no ingresaría a la Universidad, sino hasta que no cumpliera los 17.

Durante ese año sabático, como lo llamo un tío, estudiaría inglés y francés. Esa noche al regresar al apartamento, me llevé una muy grata sorpresa, en la recepción me estaba esperando ese niño maravilloso: Pascual, con quien había compartido muchos instantes en el paseo de mi graduación «Pascual, qué alegría verte» le saludé. Él se emocionó y solo me dio las gracias. Y fue entonces que extendiendo mis brazos lo abracé como nunca había abrazado a alguien. Tomando su pequeño maletín lo llevé hacía el ascendor y lo conduje hacia mi morada.

Una vez dentró lo besé, él me correpondía «Niño lindo, espero te quedes» le dije, «Toda la semana?» me preguntó a lo que yo le dije que se podía quedar todo el tiempo que quisiera, y así lo aceptó. Sin duda que fueron dias maravillosos, la más bella navidad que yo recuerde, esa navidad del 2006 que yo nunca podré olvidar….

LO MÁS RECIENTE

Después de asistir a la Misa de Gallo en la parroquia vecina, regresamos al apartamento; mi madre antes de viajar me había dejado las hayacas, el pernil de cerdo, un pavito relleno, una vecina me llevó buñuelos y natillas, pero lo más importante para mi era que a mi lado tenía a un lindo niño, un poco menor que yo, que hacia menos de un mes había conocido. Después de cenar y dándonos de mayores nos tomamos unos tragos, preparamos unas Cubalibre y después de la media noche nos fuimos a la cama.

Nuestros cuerpos desnudos totalmente, nuestras vergas de igual manera erectas, nuestros labios se juntaban una y otra vez, nuestras lenguas traspasaban nuestras bocas, y la felicidad era muy, pero muy grande, pero ninguno de nosotros quería tomar la iniciativa, pero el anhelo tanto de Pascual, como el mio era ser penetrado por el otro, era sentir que la verga de ese amado entrará en nuestros culos, yo más que nadie deseaba ser solo, y unicamante solo de mi Pascual. De un momento a otro sentí como mi niño descendía hasta mi verga y con verdadero amor de amante chupaba y chupaba ….

Fue en ese instante, en que con amor de amigo, en que con amor de amante, lubriqué su ano, con ternura esparcí un gel por su culito y ya lubricada mi verga con su sáliva lo penetré, lo hice por primera vez mio, solo mio.Juntos, abrazados, desnudos, nos quedamos dormidos para despertarnos en una radiante mañana de navidad

TÚ TAMBIÉN PUEDES PUBLICAR TU RELATO

Escríbenos a redaccion@relaroticos.com  o da clic aquí y llena nuestro formulario. Puede ser anónimo o con tus propios datos para que más personas te contacten.

¡Comenta! (No es necesario registrarse, solo escribe el comentario y da ENVIAR)