Hola, me llamo Lucas, actualmente tengo 23 años pero toda esta experiencia que cambio mi vida de forma radical fue a mis 18 años. A esa edad yo era un poco más delgado que ahora, pero nunca me habían faltado cumplidos sobre lo fibrado que era mi cuerpo, media unos 1.76 m, de pelo castaño con betas rojizas, ojos de un castaño claro con largas pestañas negras.

Mis labios carnosos me habían ayudado a follarme a muchas tías hasta ahora, aunque yo para eso era muy discreto, tanto que mis padres aun crían que era virgen.

Toda esta experiencia tuvo lugar el verano antes de que ingresara en la universidad. Fue una época caótica. Si mis padres no estaban en vías de separación poco les faltaba, y si a eso le sumamos el gasto que suponía la universidad y el mantenerme ahí… ya os podeís imaginar.

Mis padres tenían la edad de 34 años. Si lo sé, qué jóvenes eran para tener un hijo de 18 años, pero es que lo más probable es que mis padres se terminasen casando debido a que mi padre dejo preñada a mi madre a los 17. Debido a eso el matrimonio entre estos cada vez se aproximaba más a su fin. No es algo que ningún hijo desee, pero lo tenia asumido.

Además, tanto mi madre como mi padre, estaban de muy buen ver. Mi madre era una mujer muy guapa, de ojos azules y cabello castaño rizado, no creo que tuviese problema alguno en encontrar otro hombre. Pero mi padre parecía que viniese de los cielos.

Media unos 1,80 m, tenia un cuerpo trabajado del gimnasio, de forma que se le marcaban todos los músculos pero sin excederse, unos ojos castaños iguales a los míos y una mirada de chico malo que hacia que todas las mujeres cayesen a sus pies.

Pero a pesar de todas sus cualidades mamá lo tenia sin mucha emoción en la cama, ya que más de una vez he pillado a mi padre haciéndose una paja con mi ordenador, por no hablar de cuando mamá lo echaba de la cama y terminaba durmiendo conmigo, algo normal si lo piensas bien.

Pero problemas eran: 1º yo duermo desnudo, por lo que siempre tenía que ponerme un calzoncillo o una pantalón cada vez que mi padre dormía conmigo y 2º mi padre también duerme desnudo, manías que se traspasan de padres a hijos digo yo.

Pero la diferencia entre él y yo, es que a él no le daba vergüenza acostarse desnudo en mi cama conmigo. Asi que no os quiero contar cuantas veces me he despertado con el espectáculo de la polla empalmada de mi padre, todo eso en primera linea. Si a eso le sumas los 20 cm de polla de mi padre pues… la situación se vuelve un poco incomoda.

Esa noche no fue la excepción, no, al contrario. Mis padres llevaban más de un mes discutiendo, pero hará menos de una semana se reconciliaron, lo que me hizo bajar la guardia, pues volví a desnudarme para dormir esa noche. Estos habían salido en una noche romántica, aunque de romántica tuvo que tener poco, porque lo primero que escuché cuando abrieron la puerta fueron voces y gritos de discusión. Tendrían que haber discutido mucho, porque mi padre entró en mi habitación sin haberse cambiado.

LO MÁS RECIENTE

Se desnudó en dos segundos, dejando toda la ropa por el suelo y pude oler en cuanto se metió en la cama a mi lado como olía a alcohol. Sentí rápidamente como la vergüenza y la incomodidad me subían por el cuerpo.

Mi padre y yo estábamos en pelotas en la misma cama! Tardé una media hora en tranquilizarme y en empezar a coger el sueño, pero justo cuando pensaba que mi padre también se había dormido noto que se mueve, y siento como pega todo su cuerpo desnudo a mi espalda, pasándome el brazo por el pecho, acariciándolo, y su polla morcillona haciendo presión en mi culo.

Intenté moverme, pero lo único que conseguí fue ponerle la polla dura a mi padre, y para mi sorpresa mi propia polla se estaba poniendo dura. Mi padre empezó a pellizcarme los pezones y a restregar su polla dura como una piedra por mi culo llenándolo de precum, creyendo que mi intento de separarme de él era una invitación para que continuase.

— ¿Te apetece rabo hijo? – dijo excitado.
— Estás borracho papa, duérmete — le dije.

Entonces bajó la mano por mis abdominales hasta agarrarme mi polla ya dura por todo lo que estaba pasando.

— Mmm, entonces ¿esto qué es? el empalme mañanero? — dijo riéndose.
— Suéltame papé! — le reclamé, pero él no me hizo caso. Empezó a restregar más fuerte su polla contra mi culo de forma que yo sentía como su punta se clavaba en mi agujero queriendo abrirlo.

Me asusté, mi padre iba enserio, así que intente escaparme a cuatro patas, pero mi padre fue más rápido, colocó todo su cuerpo encima mío. Abrió mis piernas haciendo fuerza con las suyas, me cogió de las manos con solo una suya y la otra me la acercó a la boca, introduciéndome dos dedos en ella, obligándome a chupárselos y dejárselos bien lubricados mientras me daba besos y lametones en el cuello y restregaba su polla en mi culo.

— Prepara el culo, hijo que te va a gustar — dijo sacándome los dedos de la boca. En un instante note como dos dedos enormes se metían en mi culo, abriéndolo a pasos de gigante.
— Ahhh!! Papá para! Por favor… duele — dije gimiendo.

Mi padre se levantó un poco, y me colocó el culo en pompa, sujetando aun mis piernas con las suyas. Pero no le bastó, con la mano que le quedaba libre cogió las sabana y me ató las manos a la cabecera.

Con las manos libres empezó a tocarme el culo libremente.

— Que buen culo te hice hijo — dijo pasando un dedo por mi agujero húmedo.
— Papá, para por favor!! Esto no está bien — pero entonces me cogió la polla, que seguía dura y empezó a pajearme.
— No te preocupes hijo, ves esto — dijo dando un tirón a mi polla — te esta gustando lo que tu padre te hace, te diré lo que vamos ha hacer… Yo te voy a meter la polla hasta el fondo y tu no le dirás nada de esto a nadie.

Y dicho esto empezó a comerme el culo, metiéndome la lengua y uno o dos dedos, rozando mi próstata, haciendo que mi polla babease precum.

— Papa por favor… — pero no me salían las palabras. Mi padre me estaba dando un placer que nunca antes había sentido. Estaba disfrutando como un loco, tanto que comencé a gemir y a poner el culo más en pompa. Miraba a mi padre desde atrás y este me devolvía la mirada con una sonrisa, él también estaba disfrutando de abrirle el culo a su hijo.

Se levantó, apoyo su pecho en mi espalda, su boca con la mía y su polla en mi culo.

— ¿Preparado hijo? — dijo, haciendo presión en la entrada de mi culo virgen.
— Fóllame papa — dije susurrando. Él sonrió aún más, y me fue metiendo su pollón de 20 cm lentamente. Yo estaba rabiando de dolor, por lo que el para distraerme me metió sus dedos en la boca para que los chupase.

Mantuvo su polla quieta dentro de mi esfínter casi cinco minutos. Después empezó a bombear, rozando mi próstata a lo bestia. Mi padre estaba fuera de sí, me embestía como un animal, gemía y me besaba la boca y el cuello. Yo sentía el calor y los latidos de su polla en las paredes de mi esfínter.

— Pap… ahh… papa
— Hijo!!, quieres que te llene el culo de leche?! ¿quieres que te preñe?! — dijo mi padre follándome el culo más rápido. Su piel quemaba por el morbo de violar a su propio hijo. Quería preñarme, dejar su marca dentro de mi, como si no fuese suficiente que compartiésemos la misma sangre, también quería que compartiésemos el mismo semen.
— Si papa — dije en un susurro — fóllame, méteme la polla hasta que me dejes el culo lleno de leche.
— Así se habla hijo, no sabes la ganas que tenía de follarme este culito que te he hecho.

Mientras me follaba mi culo virgen a lo bestia, mi padre me desató las manos, y sin sacarme la polla del culo, me dio la vuelta y él se sentó en la cama, de forma que decidió follarme en la posición de la silla. Me agarró del culo mientras me la seguía metiendo con mas fuerza y con la polla más gorda rozándome al máximo la próstata.

Mi padre aumentó el ritmo, se le hincharon las venas del cuello, me apretaba aún más el culo, y ya no pude más.

— Papá, me corro!! Ah! ah!…
— Hijo yo tampoco aguanto más… Ahhh!!

Me apretó todavía mas el culo, abriéndomelo al máximo, y sentí como me llenaba con su leche húmeda, caliente y viscosa. Eso fue lo ultimo que necesitaba para correrme. Mi polla babeante propulsaba chorros de semen blanco al pecho y abdominales de mi padre. Me miró y sonrió.

— Te ha gustado hijo? — pregunto mientras juntaba su pecho con el mío, restregándonos mi semen por el cuerpo mientras el seguía clavándome su polla.
— Si papa, jaja, te ha gustado violar el culo virgen de tu hijo?
— Si hijo, no sabes lo que lo necesitaba, pero de esto ni una palabra a nadie, esto es un asunto padre-hijo, vale?
— Claro papá – le dije mientras me sacaba su polla pringosa de semen y nos acostábamos en la cama, uno al lado del otro.

Esto se repitió todas las noches que mi madre mandaba a mi padre dormir fuera hasta que me mudé a mi piso de alquiler por la universidad. Mis padres siguen casados, sepa Dios cómo, y me vienen a visitar muy a menudo, pero yo disfruto más de las visitas de mi padre en solitario, o de cuando vuelvo a casa, en cualquier caso mi padre siempre busca un momento para llenarme el culo con su polla y dejármela llena hasta reventar de leche

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