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Hace tiempo cuando entré en el mundo de los desnudistas o stripper conocí a un chico de 23 llamado Fernando, pero todos le decían Pancho; el era, según el jefe, el mejor de todos y con ese cuerpo cómo no.

Era de pelo negro, ojos verdes, músculos enormes y un arma deliciosa que medía 24.5 cm. Eso sí, según las camareras y las clientas él era un completo patán ya que no le duraban mucho las novias y era pésimo con ellas.

Cuando lo conocí me parecía que no íbamos a entablar una buena relación, pero era mi sueno ya que me excitaba su físico y deseaba tenerlo en mi cama algún día, pero me parecía algo imposible que ese hombre fuera gay.

Después se me empezó a hacer raro ya que siempre trataba a todos de forma horrible, pero a mi no me decía nada y conforme nos fuimos relacionando noté que siempre que me desvestía en los shows él estaba ahí.

Un día el me invitó a su departamento, disque para darme unas lecciones; yo acepté y cuando llegamos me dijo que le enseñara lo que tenía y después él me enseñaría.

Los dos nos desnudamos y ya en tanga me dijo que lo acompañara, se me hizo algo raro al principio pero después me ofreció que en su casa tomara un baño porque venia del show.

Acepté y sin darme cuenta el entro en el baño y de repente nada mas sentí su cosa penetrandome el culo. Me agarró y me cargó, me sacó del baño y me llevó a su cuarto en donde me aventó en su cama y avalanzándose sobre mi empezó a chupar de tal forma mi cuerpoque en ese instante el semen me empezó a escurrir y yo llené de gritos el cuarto con mis gemidos.

Entonces pude notar el tremendo animal que colgaba de su vientre. Efectivamente, tal y como los rumores lo aseguraban el pene de aquél tío era bestial, con pelo recortado en la base y un trozo que colgaba hacia abajo como semi erecto.

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Muchas veces pasa que cuando tienes una verga tan grande se dificulta el poderla tener erecta, y parecía que aquél tipo eso le pasaba, y tal vez por eso fue que cuando se acercó para besar mi cuello, me dijo al oído «si quieres que se me pare, méteme un dedito al culo».

Mi sorpresa fue mayúscula, cómo es posible que un tipo tan como él necesitara ese «empujón» para excitarse. Obvio no le pregunté y al girarnos de posición para quedar yo encima de él, llené de saliva mi dedo índice y poco a poco lo fui bajando hasta llegar a su entrepierna.

Estaba muy apretadito, sin duda no lo habían cojido, pero ese mismo culo apretado era lo que estaba haciendo que su enorme verga (que por la posición descansaba semi dormida sobre su mulso izquierdo), comenzara a despertar, hasta apuntar bien firme y dura hacia la barbilla del streapper.

Su verga erecta era todo un espectáculo, gruesa de la base, con una cabeza regordeta y circuncisa que brillaba muy rosada y ya asomaba algunos líquidos preseminales.

Confirmé su excitación pues sus huevos estaban re pegados a la verga, con el escroto firme y lleno de pelos recortados que tan solo con verlo mi culo se abrió.

Cuando estuvo ya listo, volvió a cambiar de posición para quedar sobre de mi espalda, en un punto medio entre perrito y estar acostado, escupió a mi culo y posteriormente a su verga y comenzó a enfilarla hacia mi agujero.

Una vez que su cabeza detectó mi hoyo, comenzó a empujar y cuando me penetró su cosa estaba tan grande que no me cabía, pero la acepté con más placer que dolor.

Después me abrió las nalgas y me empezó a meter la lengua en el ano nuevamente, como para dilatarme más; esa sensación jamás la olvidaré puees luego me metió sus dedos uno por uno.

Yo no aguantaba tanto placer pues el tipo intercambiaba la cogida, por beso negro y luego dedos en mi culo, solo para volver a comenzar (supongo que para no venirse rápido) y así me tuvo como por 20 minutos.

Yo me volteé y lo besé, y gritó chúpamelo. Obediente como soy se lo chupé y aunque no me cabía completo él lo disfrutaba y gemía como loco, hasta que en un brusco movimiento me empujó la cara hacia su verga y terminó por metérmela toda, lo que provocó que de mis ojos salieran algunas lágrimas involuntarias.

Me dolía, pero la excitación era mas fuerte, pues luego de tres o cuatro embestidas durísimas pude sentir uno chorros de semen en la boca que casi hicieron que me ahogara. Fue delicioso, me los comí todos.

Cuando terminó se levantó, se metió a bañar y yo terminé todo rojo y con lágrimas en los ojos usado, abusado, destrosado por ese stripper y su verga.

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