Hace un año, antes de que comenzara todo el confinamiento enmedio de esta maldita pandemia. Aquella vez decidí tomarme un descanso y aprovechar el día levantándome temprano (¡qué difícil!) e irme a un club deportivo donde mi familia tiene acceso para aprovechar la alberca y las demás amenidades.
Al día siguiente llegué a este lugar como a las 9:30 de la mañana y me dispuse a tomar el sol con la más absoluta hueva (flojera) del mundo. De vez en cuando levantaba la vista para ver a los otros pocos vecinos que como yo estaban ahí.
Qué desperdicio que los bugas usen esos horribles pantalones cortos a la rodilla que no dejan ver nada, ni siquiera un buen bulto… en fin, nada del otro mundo, y volvía a dormitar bajo los rayos del sol, sin meterme a nadar, la verdad tenía otras intenciones, más ricas y placenteras.
A la una de la tarde me levanté del camastro donde estaba y me fui directamente a la sala de vapor, un lugar pequeño pero que poco a poco se ha ido consolidando como un paraíso gay, sin serlo por supuesto.
Llegué, metí mis cosas a un locker, lo cerré y me fui a las regaderas vestido con mi short negro, dispuesto a refrescarme, ahí pude ver a unos 3 ó 4 señores vestidos con sus trusas, y 3 chavos jóvenes desnudos.
Entré a la sala de vapor, amplia y a media luz, claro que uno siente las miradas de todos, como diciendo: «¡carne fresca!». Discretamente me senté en una banca de mármol y comencé a sudar. Miré a mi alrededor y no encontré nada fuera de lo normal, cuatro hombres encerrados en si mismos, o al menos aparentándolo…
Entró un chavo como de 20 años, moreno, tatuado de la espalda y desnudo, me miró y se sentó en el piso junto a la banca donde estaba yo, y rápidamente mirándome comenzó a agarrar su prieta verga y abriendo las piernas. Lo seguí mirando discretamente y el chavo aprovechó una columna que estaba junto a él para acostarse en el piso y mirándome fijamente abrió completamente sus piernas pegando sus rodillas al pecho y comenzó a meterse uno, y después dos dedos en el culo, ofreciéndomelo…
Esa visión lejos de excitarme me pareció bastante grotesca, en lo particular prefiero el juego de la seducción a que de plano se me ofrezcan tan de inmediato…Me quedé viendo al chavo un rato y poco después me fui a las regaderas.
Me puse junto a un hombre como de 45 años, cuerpo normal, bien cuidado, atractivo, blanco, velludo, se estaba duchando con una trusa tipo bikini negro, discretamente yo lo miraba estando bajo el chorro del agua, cuando veo que este señor comenzó a enjabonarse la verga bajo su trusa y fue cuando vi que él también me miraba.
El hombres se quitó la trusa y comenzó a lavarla bajo la regadera, dejándome ver su verga que de inmediato comenzó a levantarse, un rico ejemplar, de piel blanca, circuncidada, recta, muy gorda y rodeada de un mar de vellos negros que cubrían toda esa zona genital… El güey seguía lavando su calzón y su verga ya estaba totalmente parada, incluso con sus músculos la levantaba y movía para darme un mejor espectáculo.
Del otro lado de mi se puso un chico con el cabello pintado de rubio, y yo me decidí a actuar. Me quité el traje de baño y haciendo como que lo enjuagaba discretamente me sobaba mi verga produciéndome una rápida erección.
El señor sólo me miraba, y yo me acerqué para agarrar su verga, el chico rubio teñido junto a mi nos miraba y yo sin disimular ya agarré esa verga hermosa del señor, quien también estiró su mano y comenzó a masturbarme, y yo mirando al rubio teñido que no dejaba de observarnos.
Así estuvimos unos minutos hasta que pasaron otros chavos cerca de nosotros y nos soltamos… No hubo oportunidad de hacer más así que me puse mi traje de baño y acomodé lo más que pude mi verga (era muy notoria), cerré la regadera y regresé al vapor.
Había dentro del vapor un muchacho que salió pronto, y un hombre, que cuando quedamos solos se levantó y caminó a la puerta, me miró y se agarro el paquete haciéndome una seña con la cabeza.
Era un hombre como de 30 años, muy fornido, muy velludo, que traía una cachucha, muy guapo el cabrón, y llevaba un short de lickra también. Cuando me hizo la seña me levanté y fui con él, que se sacó tremenda verga, con los huevos rasurados, muy gorda y apuntando hacia su ombligo. Apenas la pude tocar porque abrieron la puerta del vapor y nos separamos.
Este hombre de cachucha salió del vapor a las regaderas y lo seguí, ahí no había nadie, así que sacó de nuevo su verga y me agarro de la cabeza agachándome… comencé a mamarla como desesperado, tenía un sabor delicioso, me llenaba por completo la boca, y olía exquisito a una loción muy varonil… Me tuve que despegar de él cuando pasó por ahí otro tipo, pero de inmediato me la volví a tragar, mientras él dirigía la mamada con su mano en mi cabeza y vigilaba que nadie se acercara.
Inquieto que es uno, le baje su short y acaricie y apreté sus nalgotas, enormes, peludas, durísimas como piedra, y un dedo mío exploró su apretado ano, el tipo realmente gozaba, tanto, que de repente pasó un muchacho y solo alcancé a levantar mi mirada, nos vio y se siguió, nosotros ya ni siquiera interrumpimos la cogida oral que nos estabamos dando, y claro, porque al minuto sentí como mi boca se llenaba de una cascada de leche caliente, el güey me apretó más a él, así que seguí mamando resignándome a gozar lo que realmente estaba disfrutando…
Cuando terminó de mequearme la boca me soltó y se acomodó la verga, giñándome un ojo, nos sonreímos y comenzamos a ducharnos, que cosa, el güey antes de irse solo metió su mano bajo mi short y acarició mi dura verga y mis huevos, yo me quedé en la regadera tratando de calmarme.
Así estaba cuando a mi lado llegó un chavito, no tendría mas de 17 años, el cuerpo delgado pero bien formado, con el cabello a los hombros, muy bronceado y con una tanga negra de hilo dental, yo con lo caliente que estaba de inmediato me saqué la verga y comencé a masturbarme frente al chico, que tímidamente estiró su mano para agarrarme la ñonga, y yo metiendo su hilo dental entre sus nalgas acaricie esas nalguitas suaves y tersas, como dos duraznos.
No pudimos hacer más porque alguien entró a las duchas y se puso junto a mi, el chavito se asustó y se fue, y cuando voltee vi que el que se puso junto a mi era el mismo muchacho que me había visto mamando la verga del tipo de cachucha.
Este muchacho estaba desnudo, agarrándose la verga, estirando su prepucio y retrayéndolo mostrándome su glande… un tipo lampiño, atlético y con una verga dura, pero curiosamente curveada hacia abajo, totalmente.
Me fui hacia un rincón y el tipo me siguió, agarró mi verga y comenzó a masturbarme lamiendo y mordisqueando mi pezón derecho… se agachó y abriendo su boca se trago todo mi camote, me sorprendió su garganta profunda, hasta la raíz se la tragó. Me chupaba de una manera perfecta y no tardé mucho en explotar, de pie, me levante de puntas estirando todos los músculos de mi cuerpo y arrojé litros de leche hirviendo en su boca, no podía más y estaba a punto de desfallecer, era demasiada excitación, yo no dejaba de eyacular y el güey se tragaba todos mis mecos, hasta que me dejo la verga limpia…. y o solo agarré sus nalgas y comenzó a eyacular el tipo, sendos chorros de leche que fue a dar directamente al piso…
Nos miramos sonriendo, con esa típica expresión que tenemos después de un intenso orgasmo, y me fui a descansar un poco a un diván donde están los lockers, después me sequé, frente a los que estaban descansando igual que yo, pero observando todos mis movimientos, me puse una trusa CK blanca, tipo tanga, muy padre, sintiendo las miradas de los otros, yo modelaba mis nalgas y mi paquete en esa rica prenda, terminé de vestirme y me marche, exhausto.
Esta fue una rica sesión de sexo casual, anónimo, silencioso, clandestino y tumultuoso, en un lugar casi público y familiar. A las tres de la tarde subía mi coche con la sensación de haber eyaculado miles de litros de semen, esa sensación que no se tiene a diario…
Agradezco su atención, y espero les haya provocado al menos un leve cosquilleo dentro de su ropa interior esta experiencia que espero se repita pronto… Como siempre a sus ordenes en mi dirección: brunno69@hotmail.com
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