Un relato exclusivo de Relaróticos.com
Mi nombre es Yoni, soy maestro actualmente en una comunidad, tengo 22 años y esto que les voy a contar sucedió hace unos meses antes de que pasara todo esto del COVID.
Empezaré por contarles que tengo un alumnito que se llama igual que yo, y él me invita a trabajar en el campo con él y su papá con quien sucedió toda la historia.
Desde hace 2 años que llevo en esa comunidad el papá de mi alumno notaba que me miraba de una forma extraña pues, acá entre nos, si sí tengo buenas pompis y trato de arreglarme y verme presentable, pues eso es como un plus.
Bueno, resulta que uno de esos días en que nos fuimos al campo a trabajar me quedé solo con el señor al que le diremos Juan. Juan mandó a Joni a traer cocas y papas, y adicional le encargó media botella de Tonayan, que es un licor que venden por la cercanía con Jalisco.
Antes de que Yoni se fuera me dijo que si quería una caguama, realmente yo me puse a pensar mucho pues pensé en mi imagen y en lo que se diría pero él me convenció, total confianza ya había y mucha.
Resulta que mientras Yoni se fue a la tienda el señor Juan me dijo «ven, siéntate un rato profe vamos a platicar».
Yo accedí y sin maliciar nada, obedecí, la verdad es que yo ya le traía un buen de ganas… no es muy guapo pero tiene una voz tan varonil, y es tan macho que eso me daba mucho morbo.
Entre plática y plática salió el tema sexual y él comenzó a contarme de que en sus tiempos de joven él era un ojo alegre y me dijo riendo:
— A tu edad yo ni el cierre me subía
Yo solo reí y me comencé a poner nervioso, mi salvación fue que llegaron las cosas que él había pedido y comenzamos a comer botana y tomar nuestras bebidas.
Entre pláticas y risas se nos fue la tarde y ya como a eso de las 8:00pm ya estaba oscuro y les confieso que yo con una caguama ya me siento borracho, pues no soy de tomar mucho.
Entonces me dijo que yo me fuera con él en su camioneta y Yoni se fuera en su moto que él siempre lleva. En la camioneta resulta que me comenzó a tocar la pierna y a decirme que si a mi me gustaban las mujeres y como siento que por mi voz sí se me nota que soy gay, pues le dije que no.
Él me respondió que él me admiraba y le gustaba mi onda, que las personas como yo éramos afortunados pues teníamos a las amigas más buenas, entonces comenzó a platicarme que una de las señoras de mi plantel se le atojaba y me hizo la siguiente propuesta:
— Sí tú me consigues a tu amiga, yo te doy lo que quieras.
Santo Dios, yo me prendí y mis pies comenzaron a temblar. Luego de un rato ya estábamos afuera de la escuela y como tenía que pasar por algunas cosas para irme a dormir le dije que me dejara ahí, pero no me hizo caso quería que fuéramos por más cerveza con su compadre.
Yo le dije que no, que ya era tarde y debía llegar a dormir. Total que no me dejó bajar y me ofreció un cigarrillo. Le dije que sí, pero cuando me dio el cigarro la verdad yo ya estaba muy hot, y le dije que si me dejaba tocar lo que tenía.
Por un momento pensé que me iba poner unos golpes por atrevido, pero no fue así solo me dijo que no, y yo insistí hasta que logré mi cometido, al poco rato yo ya estaba dandole una buena mamada, ¡omg!
Jamás pensé que eso sucedería, digamos que era una verga promedio de un olor ¡UUUF! inigualable.
Yo le chuapaba una y otra vez esa gran verga, me la metía toda y eso le encantaba pues gemía de placer y cerraba sus ojos. Me decía «así profe, así profe… más».
¡Wow! eso me prendía y yo con esperanza de que pasara algo más le dije que me besara pero él no quiso y me bajó con su brazo a que le siguiera mamando la verga.
Total que estaba a punto de venirse cuando pasó alguien y nos interrumpió. Él solo se tapó con las manos y yo traté de agacharme en el asiento para que no me vieran, después de eso ya no quiso pero me insistió en que fuéramos por alcohol. Yo no fui por miedo a que me reprendieran por llegar tarde a dormir.
Espero regresar pronto pues quiero ir a trabajar para que me deje chupar su rica verga.
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