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Cruising en la barranca

Tenía un culo hermoso que se le dibujaba bajo el short de licra con el que se ejercitaba; yo apenas pude lo voltié para bajarle ese trozo de tela y comerme su riquísimo par de nalgas blancas.

Mi primer chacal de la cárcel

Mira, se ve que te gusta la tiesa y yo voy saliendo sin varo… qué te parece si nos vamos a tu casa a coger y me das una lana o por las malas (me sacó una navaja).

El primo de Valentín

Entré y me acosté a jugar con él, noté que se le paró el pene (no sé por qué) y pude yo notar que mi primo estaba bien armado, le mediría como 18 cm y estaba gorda achatada, o sea, no es completamente circular sino ovalada pero gorda.

El hétero de informática

Al parecer le gustaba mucho por que gemía un buen, y me decía cosas como, «¡ah, no mames Tony, a mi esposa no le gusta hacerme esto!»

El rico morro de la motocicleta

«Ya me hacía falta salir de la casa no te conté pero soy casado desde hace tres años vivo con mi mujer y tenemos una bebe y estar todo el tiempo en casa me está volviendo loco» me dijo el sexy motociclista.

Cumplí mi fantasía con mi tío

Yo decidí ofrecerme a desvestirlo para que durmiéramos cómodo, y él aceptó, era mi oportunidad de ver realizada mi fantasía, inmediatamente empecé a sentir que se me paraba, estaba quitándole la ropa al hombre maduro que desde años me tenía loquito.

Luis, mi instructor de gym

Al inclinarme, pude sentir cómo algo se endurecía, él se pegaba cada vez más a mí y sentía su miembro en toda su longitud. «Si yo tengo buen cuerpo, tú tienes buenas nalgas increíbles» dijo.

Aprovechando que mi esposa salió de viaje

Tenía un culo exquisito, era como tener a una mujer gordita culona, ni si quiera se le veía el pene y apuntando mi verga a su ojete lo penetré con fuerza, enterrándosela hasta el fondo, sacándole fuertes gemidos femeninos que mas me excitaban.

Mi entrenador personal

A penas llegué a donde el estaba, acercó sus labios a mi oído y me dijo jadeante «te voy a coger, sé que te gusto, me encantas y hoy serás todo mío». Él sabía que me moría por ser suyo, que solo deseaba su potencia sobre mí.

Con los dos camioneros

Justo en eso estábamos cuando me dice «ahora chupasela a él» y yo me saqué mucho de onda. Y efectivamente, acostado en la cama, detrás de él, había otro tipo.

error: ¡Hey! Jálatela, no te los lleves.