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Fajando en pleno camión urbano

Sin pensar llegó y le doy unos tres arrimones fuerte recargando el bulto y levantando lo por su estatura media, metiéndole el calzón y el pans en la raya soltando una respiración con gemido. Le baje el pans a las rodillas nada de vello y la truza blanca a media nalga.

Deliciosa sorpresa al ir a pasear por el bosque

De repente escuché unos jadeos apagados que provenían de algún lugar a mi derecha. Me separé del camino y fui atravesando el bosque siguiendo el ruido de los gemidos hasta aproximarme a un claro. Vi a un hombre de pie y con el torso desnudo.

El doctor del seguro social

Me pidio que me descubriera los genitales, según él para revisar la posible infección en vías urinarias. Yo baje el pants hasta las rodillas y comenzó a tocarme. Hasta ese momento yo pensaba que era rutina. Me tocó los huevos, me recorrió el prepucio, me reviso las ingles y el escroto.

El taxista que me recogió semidesnudo en la autopista

Me dejó salir por la puerta de atrás solo con una playera traslúcida y mi bikini gris. Yo me escondía entre los matorrales por pena hasta que vi un taxi tipo bocho. Entonces salgo corriendo y le hago la parada.

El chico al que conocí en las cabinas

Estuve así por un rato disfrutando y complaciendo hasta que la persona de la otra cabina saco su verga y al asomarme me hizo señal de que fuera con el para continuar lo que ya había empezado. No lo pensé ni dos veces y me pase a dónde estaba. Quería conocer al dueño de ese pedazo de carne tan rico.

Mi señor al que conocí en las consultas

Todo empieza en mi antiguo trabajo de recepción, era martes y yo estaba aburrido, tenía que esperar a la gente para que pudieran entrar a sus consultas.

Me cogió el chacalito en plena funeraria

Me dice, «sabes tengo muchas ganas de experimentar con una persona como tu». Total le pregunto ¿cuantos años tienes? Y me dijo 17, por lo cual me entró la la curiosidad. Para ese momento le digo «voy a fumar un cigarro» y me dice «te acompaño».

Aprovechando la oportunidad en pleno bus

Al momento de frenar el se sujeto conmigo donde nos alcanzamos a acercar demasiado. En vainas del susto pero a la vez le causó algo de pena, porque casi nos besamos. Fue excitante.

Mi enfermero favorito

Así pasaron dos días, y le dije que mejor si me quitará el vello de abajo, él aceptó y lo hizo con mucho cuidado, y claro, al estar tocando mi pene, éste comenzó a reaccionar y ponerse duro, él como si nada, continuó con su labor.

Cine porno en CDMX

Alquien se acercaba a otro y comenzaba a tocar la pierna y si el otro se dejaba continuaba con desabrochar el pantalón, roce de pezones e incluso algunos se sumergían en besos interminables en los que sacaban sus vergas babeantes y se manoseaban mutuamente.

error: ¡Hey! Jálatela, no te los lleves.