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Éramos dos, y se sumó un desconocido

Se sentía delicioso el tener una rica polla dentro de ti y otra en tu boca, que doble emoción la que sentía, estar con dos hombres, uff no tiene precio.

Desde entonces soy versátil

Ya llegados bien entramos a la casa, conversamos algo y nos tomamos un par de cervezas, ellos se empezaron a besar mientra yo sacaba mi verga para acariciarla… en eso me levanté para integrarme al manoseo.

Me ligué al guardia del hotel

Después habría la puerta de mi carro y me sentó, se bajó el cierre y su verga saltó frente a mis ojos, morena, gruesa que daba miedo, con una cabeza grande y rosada…

Trío con dos desconocidos

Mientras iba a la puerta me decía «espero que no te importe, le dije a un amigo para que se sume». Le abrió se saludaron y lo hizo pasar.

El sacerdote de mi pueblo

Fue entonces que simplemente le dije que quería confesarme porque había tenido muchos deseos impuros y el cura me preguntó que tipo de deseos había tenido, entonces le dije que siempre soñaba con tener sexo con él.

Con la ropa de mi mujer

Ya no tenía problemas con la tanga porque el pantalón me sujetó y me hacía una cola muy linda (debo confesarlo) pero una vez que la producción terminó, no sabía que hacer, me senté en el sillón y miraba TV vestido de mujer, pero la verdad era otra. Salir o no salir esa es la cuestión.

El sex en la oficina

Ya le había visto su chota gruesa y peluda pero no decía nada, entonces ya delante mío se la agarra y me dice «agárramela solamente y no te jodo más».

Con mi trabajador en un río

Realmente vi, como después de terminar de orinar la comenzó a sacudírsela, pero de momento su mano comenzó a subir y bajar por todo el tallo de su verga, la que en cosa de segundos era evidente que se le había puesto completamente erecta y dura.

Mi visita al cine porno

En un momento subí mi vista a la cara del dueño, notando que tenía sus ojos cerrados respiración agitada, extasiado y la cabeza iba de un lado a otro como si fuera un limpiaparabrisas.

Enrique y el profesor en las duchas del colegio

Sentir aquella boca adolescente chupándome el nabo fue algo que me desinhibió totalmente. El profe nos contempló un momento, y después, viendo que Eugenio culeaba ostentosamente, se colocó tras él y le volvió a encalomar su vergajo entre las cachas.

error: ¡Hey! Jálatela, no te los lleves.