El sex en la oficina
Ya le había visto su chota gruesa y peluda pero no decía nada, entonces ya delante mío se la agarra y me dice «agárramela solamente y no te jodo más».
Relatos eróticos gay en español
Ya le había visto su chota gruesa y peluda pero no decía nada, entonces ya delante mío se la agarra y me dice «agárramela solamente y no te jodo más».
Realmente vi, como después de terminar de orinar la comenzó a sacudírsela, pero de momento su mano comenzó a subir y bajar por todo el tallo de su verga, la que en cosa de segundos era evidente que se le había puesto completamente erecta y dura.
Cuando lo conocí me parecía que no íbamos a entablar una buena relación, pero era mi sueno ya que me excitaba su físico y deseaba tenerlo en mi cama algún día, pero me parecía algo imposible que ese hombre fuera gay.
Tomás con una mano le sostenía las de Omer sobre la cabeza y con la otra le abría la boca para morderle con gusto los labios, este solo cerraba los ojos
Y luego de unos segundo, comenzó a bajar por mi abdomen, bajo el cierre del pantalón, que ya estaba rompiéndose por la tremenda erección que había logrado en ese maravilloso instante en el que dijo que le gustaba.
Me sacó la ropa, y yo fingí quedarme dormido, mientras con sus manos el recorría mis biceps, mis abdominales, mis piernas, mis hombros.
Yo no podía más, mi propia verga estaba a punto de estallar y necesitaba algo. Sin hacer ruido me alejé y di una vuelta para colocarme delante de él, que se diera cuenta y pensara que yo no sabia que él estaba allí. Así lo hice, y él se quedo atónito.