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Lo compré por mil pesos

🔥 Un relato exclusivo de Relaróticos 🔥

Pese a la contingencia mi día a día no ha cambiado mucho, tengo que seguir yendo a laborar pues trabajo para una mediana empresa donde nuestro jefe es un tirano explotador pero eso no es lo relevante, como todos los días tome el transporte público sin prestar mucha atención al entorno, el bus iba medio vacío pues la ciudad estaba casi paralizada por la contingencia por encima de la música de mis audífonos se alcanzaba a escuchar una voz muy grave hablando por teléfono, mi instinto chismoso me hizo bajar el volumen y escuche lo siguiente…

“No sé qué más hacer hermano, esta situación me tiene contra las cuerdas, ya agote todos mis ahorros, cerraron el lugar donde trabajaba, me he quedado sin nada más que empeñar….”

Intrigado por la conversación baje el volumen en su totalidad, sinceramente nunca había pensado que pese a la molestia que es trabajar en esta contingencia yo tenía eso, un trabajo y un sueldo que allí estaría, mientras mucha gente se quedara sin sus ingresos…

“Ahorita voy rumbo al trabajo de un amigo a ver si me presta algo de dinero o si hay algo que pueda hacer en el taller donde trabaja para ganarme unos pesos… ¿Y mamá como esta?”

Continuaba la conversación… desde donde estaba no se podía distinguir mucho del sujeto en cuestión, lo que si podía ver es una espalda ancha y un fuerte ante brazo que salía de su playera blanca… me cambie de lugar para ver y oír mejor llevándome una gran sorpresa, se  trataba de un chavo de aproximadamente de 40 y tantos con unos brazos enormes que me cautivaron de inmediato, su tono de piel moreno, su pancita cervecera, esas piernas gruesas… “Que suertuda su esposa” pensé… seguí escuchando lo que decía mientras analizaba  que ese sujeto hasta hace unos días llevaba una vida de lo más normal, seguramente trabajando en algún oficio o algo donde se necesitara mucha fuerza física….

“Mis hijos están bien al menos no están enfermos, Laura igual”

Escuche que decía confirmando así mi teoría…entonces mi mente sucia comenzó a maquilar cosas… “¿Qué estaría dispuesto a hacer el para alimentar a su familia?” empecé a hacer cuentas y a pensar si sería redituable, llegue a la conclusión que sí “más he gustado en strippers y pendejadas” me decía a mí mismo… cuando termino de hablar, guardo el teléfono, extendió sus brazos y los coloco detrás de su cabeza mientras miraba al techo como pensando en ¿Qué hacer?

No sabía cómo acercarme, esos brazotes que tanto me gustaron también podian molerme a golpes… así que agarré valor me senté en el asiento del pasillo y le dije… “disculpa” mis palabras lo trajeron de vuelta a la realidad…

“Mande” dijo en un tono desconcertado…

“Dirás que, que chismoso soy pero oí tu conversación y quería decirte que si no encuentras a tu amigo o jale en su taller me llames tal vez yo pueda ayudarte” y con mano temblorosa extendí mi brazo dándole un papelito con mi numero… el señor con cara de sorpresa lo tomo, dijo gracias y siguió en lo suyo.

“Que tonto me vi” me reprochaba a mi mismo… a ¾ de mi trayecto se bajó él, llegue a mi trabajo y todo normal, cerca del medio día recibí un mensaje. “Hola, Soy el del bus, ¿De verdad tiene un trabajo para mí?”, una sonrisa maliciosa inundo mi cara pensando en la mil cosas que podría hacer con ese hombre… me tome mi tiempo para responderle pues debía planear todo con cuidado… unas vez hechas unas llamadas y coordinado todo le marque…

— Hola, soy Luis, el del autobús
—Hola Luis, Soy Alberto ¿Oye si tienes por allí un trabajo o algo que yo pudiera hacer? porque de verdad me urge….
Interrumpí su dialogo y dije:
— Mira seré honesto la situación es esta yo no puedo darte trabajo, pero si puedo darte mil pesos a cambio de un favor

La conversación se pauso un momento y después de unos segundos dijo:
— ¿Un favor de que tipo?
—Solo déjame tocarte, tocar tu cuerpo, tus brazos…
—¡No!
Dijo firmemente
—Puedo hacer lo que necesite, se mecánica, herrería, electricidad, albañilería….
Volví a interrumpir.
—Eso no me sirve, ya te dije la oferta, solo dime si quieres lo 1000 pesos si o no…
Se volvió a hacer el silencio, esta vez la pausa fue más larga…
— ¿Pero solo tocar?
Dijo con un tono de voz de resignación…
—Si solo tocar, tu llegas me dejas disfrutarte un rato y los 1000 son tuyos…
— Está bien
Dijo él sin mucho ánimo… le di la dirección, la hora y colgamos.

Ese día pedí salir temprano del trabajo, a las 7 de la tarde ya estaba yo en mi casa, listo, esperando a Alberto

Alberto llego a pie un poco sudado por el calor del día, supuse que camino un buen trecho para llegar acá…
Al abrir la puerta pude dimensionar de verdad lo que iba a pasar, su rostro denotaba resignación más que otra cosa, lo cual me puso un poco a dudar sobre lo que hacía, pero cuando vi su cuerpo enfundado en una vieja camiseta que se le ajustaba como una segunda piel toda duda se esfumo…

Entramos, nos sentamos en la sala y el silencio reino…

“¿Comenzamos?” Me dijo el con un tono decidido
“Si, pero antes permíteme” le respondí, prendí la televisión conecte mi celular proyectando porno hetero, le acerque un six… y con una risita de nervios dije: “para que te relajes”… se tomó dos botes de un jalón… y ya iba a quitarse la camiseta cuando lo interrumpí…
“No aun no, déjame verte primero por favor”… se paró justo enfrente de mi…. “enséñame tus conejos (bíceps)” le dije” él los flexiono y en su cara se dibujó una ligera sonrisa como de orgullo…
—¿Te gustan?
Me preguntó
—Mucho
Le conteste mientras mis manos se acercaban a esa bola de carne.
—¿Puedo besarlos? Pregunte…
—Haz lo que quieras
me dijo, “tu mandas”, agrego…

Eso me hizo entrar en confianza y como si algo hubiera poseído mi cuerpo, mi boca comenzó a besar y lamer su bícep, tome su fuerte brazo y lo alce para comenzar a oler y disfrutar de su axila peluda olía a hombre, a loción barata, un poco a sudor, pero de ese sudor rico, excitante que te invita a pecar, mientras mi otra mano acariciaba su antebrazo duro y con bellos… después de un rato le dije: “voltéate” quería ver esa enorme espalda que en la mañana llamo mi atención.

—¿Y ahora qué hago?
Pegunto él.
—Quítate la camiseta
Le dije, a lo que obedeció dejando al aire esa espaldota, ese lomo de macho cargador… se volteo y me dijo: “¿y ahora?”
—Ahora siéntate…

Se sentó, le acerque otra cerveza que tomo hasta la mitad, mientras yo de rodillas comenzaba a quitarle sus tenis… quítate el pantalón le dije… “eso no era parte del trato” respondió… con una mirada picara y con la confianza de que su necesidad era mayor a su orgullo de hombre le dije: “el trato era disfrutar de este cuerpo, no solo de tus brazos”… a regañadientes se paró se desbrocho el pantalón y con mi ayuda se deshizo de él, dejando al descubierto unas piernas morenas, peludas, anchas, fuertes… y justo en mi cara quedo su bulto, un bulto grande pesado, que desprendía un olor a hombre a testosterona, sus vellos púbicos salían del resorte de su trusa…. Se volvió a sentar, le quite los calcetines y comencé a besar, lamer, oler y disfrutar de esos duros pies de hombre… al parecer lo disfrutaba pues se acomodó en el sofá echando sus brazos atrás de su cabeza y mirando al cielo… él se dejaba hacer y eso me gustaba… pasado un rato mis manos comenzaron a recorrer sus piernas, a sentir sus pantorrillas, sus muslos… el seguía con la cabeza mirando al cielo y sus brazos atrás de su nuca… la vista era exquisita… y su bulto comenzaba a reaccionar a mis estímulos… podia ver como con cada caricia palpitaba un poco más.

Me puse de pie, fui a la cocina y le traje una botana, cacahuates, queso y unas carnes frías del súper… al parecer esa acción lo agarro desprevenido pues su cara ya nos se veía tan tensa y hasta un “gracias” me dio… El, así, sentado, con una cerveza en una mano y una botana en la otra, en trusa, en la sala, parecía el rey de la casa… me pude detrás del mueble y comencé a acariciar sus hombros, su cuello, en un leve masaje….

Y le dije… “hasta ahorita todo bien, ya tienes ganado los 1000 que te prometí, pero puedes llevarte el doble o más si así lo deseas”… mis manos se fueron hacia sus pectorales, duros, firmes, con apenas un poco de bello, se notaba que se ejercitaba….

“¿Cómo me los puedo ganar?” Pregunto. “fácil” respondí. “hazme tu puta” le dije… “siempre he tenido la fantasía de tener a alguien como tú, un hombre fuerte, varonil, casado, padre de familia, un macho hetero de verdad que me someta a sus deseos y caprichos” creo que decirle eso fue mala elección pues un semblante de preocupación invadió su rostro, sin embargo proseguí… “y quiero hacerlo usando algo sexy… algo lindo” le dije mientras seguía masajeando su cuello…

“¿Qué dices? ¿Aceptas?” Pregunte, “tengo de otra” respondió… asumí eso como un sí y lo deje allí en la sala mientras me ponía rápidamente unas braguitas que tenía guardadas…

Llegue así, sin nada más que esa diminuta prenda delante del… su mano estaba en su bulto, se estaba preparando para lo que venía… me hinque, tome su trusa y con su ayuda se la quite, dejando al aire un par de huevos enormes, gigantes, como de toro, morenos, peludos, pesados, que colgaban libremente en el mueble, acompañados de una verga gruesa en verdad que dejaba ver una cabeza morena con precum en su puntita….

Sin pensarlo dos veces hundí mi cabeza en ese par de piernas para impregnarme de su olor a hombre como lo hice con sus axilas, restregaba mi cara en sus huevos, me pasaba su verga por la cara, la olfateaba, la sentía la besaba y sin avisarle me la metí a la boca, quería sentir como ese grueso pedazo de carne comenzaba a crecer adentro de mí.
Su miembro viril instintivamente comenzó a crecer, liberando parte de su sabor saludo, sabor a hombre, sabor a macho hetero que en otras circunstancias jamás hubiera hecho esto, mis mamadas suaves recorrían ese grueso trozo de carne que de apoco comenzaba a palpitar más y más, sus venas se comenzaron a marcar, su dureza aumentaba al igual que su tamaño, de repente mi boquita comenzaba a batallar con su tamaño… me la saque de la boca para ver una verga de unos 17 cm, muy gruesa, con una cabeza hermosa que liberaba mucho precum que yo en comía gustoso, mientras con mi mano lo masturbaba, mi boca se fue sobre sus huevos de toro, primero los lamia, después intente meterme uno a la boca, al parecer nunca le habían hecho eso pues era muy sensible de esa zona, yo seguía jugando con sus bolas, con trabajo me metí una  a la boca, era enorme, creo que le gusto, pues tomo su verga con su mano y comenzó a darme de vergazos en la cara hasta que dijo “mejor mámamela».

Guio su verga a mi boca… y yo chupe ese grueso trozo de carne hasta cansarme, lo lamia, lo besaba, lo chupaba, lo gozaba en su totalidad, me sorprendió el aguante de Alberto pues ya llevaba más de media hora pegado y nada que se venía… “¿bueno que tú no te vienes o qué?” Le pregunte en broma… “aguanto mucho” me dijo “pero si ya quieres me puedo venir”…. “¡No! aun no”, de un cajón de la sala saque unos condones… “¿Son del seguro?” Pregunto, “Si” le respondí… “se va a romper” me dijo con una sonrisa de orgullo en su boca… dude un poco, se veía gruesa pero no como para romper un condón… con mucha dificultad se lo puse, su verga parecía chorizo mal amarrado… ya con el condón puesto se la mame un poco más para lubricarlo y después comencé a sentarme lentamente, sentía como su cabeza batallaba para entrar en mi culo, que debo decir que estrecho no es, sin embargo esa verga era en verdad gruesa… daba ligeros saltos tratando de hacer un poco de fuerza para que entrara… mientras Alberto solo veía la escena en su posición favorita, con los brazos detrás de su cabeza… “¿Te ayudo?” Pregunto en un tono burlón “¡No! yo puedo”, le respondí con mucha seguridad…

De dar ligeros saltitos comencé a agarrar más impulso decidido a comerme ese tronco, cuando a medio sentón siento sus duros brazos abrazarme y hacer fuerza, me sorprendió un poco, pensé que él me iba a hacer daño (y si me lastimo pero de una forma diferente), cuando de repente dice, “¡aguanta!”, usando su fuerza y empujando su pelvis contra mis nalgas logro meter parte de su miembro en mi ano… “Hayyyyyyyyyyy” grite de dolor, su verga se clavó apenas un poco más allá de su cabeza y sentía como mi culo iba a reventar, su grosor era demasiado, sentía mi culo lleno. Super estirado. Me tomo de los hombros y me dijo otra vez “aguanta” y de nueva cuenta hizo presion hacia abajo con sus brazos y hacia arriba con su pelvis… oí un “rrreeeggggghhhh” y me asuste, creí que había sido mi culo pero no fue eso… “te dije que si iba a romper” dijo Alberto, lo cual me causo aún más incertidumbre, con mucho cuidado me incorpore y saque ese miembro de mi… efectivamente el condón estaba roto…

“cuando me cojo a morras que son son mi vieja y la quieren por el culo tienen que usar mucha crema o algo así para que no se rompa” dijo orgulloso mientras se quitaba los restos del condón de su miembro… “o si estas sano a pelo” me dijo… algo en su mirada cambio, ya no era es hombre temeroso de lo que podía pasar… ahora era el él hombre, el que tenía el control, el que tenía el sartén por el mango… “dame otros 1000 y te hago sentir una puta de verdad” me dijo, “500” respondí, “va”, contesto.

Se incorporó, “¿Dónde está tu cuarto?” Pregunto, lo lleve, al llegar al cuarto me pidió una crema, se la di, “ponte en 4” me dijo. Me dio un par de fuertes nalgadas que me hicieron estremecer de placer y con sus manotas duras abrió mis nalgas y comenzó a darme la mejor mamada de culo que me han dado en la vida, su lengua penetraba hábilmente mi dilatado hueco, su lengua se movía por toda mi raja, sentí como sus duros y callosos dedos comenzaban a entrar en mi dé a uno en uno, la sensación era indescriptible su viperina lengua parecía tener vida propia, gemidos comenzaron a  salir de mi boca, más agudos entre mas aumentaba la intensidad de sus mamadas y de sus dedeadas, de repente uno de sus dedos dio en el clavo…. “siiiiiiiiiiiii” grite “allí” le dije “dale” le ordene… y el bien obediente comenzó a dedearme mas rápido y más duro en esa zona, mientras yo me apretaba mis chichitas…. “para” “para” le decía… pero no, el muy cabron al ver que lo disfrutaba siguió y siguió hasta que me hizo correrme “Ayyyyyy” grite de placer mientras me retorcía de gusto, estaba viendo las estrellas y recobrando el aire cuando siento un par de dedos entrando en mi ano con algo cremoso… después de llenarme el ogete de crema, se incorporó, se escupió la verga, se abalanzó sobre mí y me pregunto “¿La quieres?”, “¡Si papi!”

Le respondí, tomo mis piernas, las empujo hasta llegar a mi pecho, “abrázalas” me dijo con una de sus manos a modo de candado sujetaba mis antebrazos que rodeaban mis piernas y de nueva cuenta dijo… “ahora si putita, preparate porque no hay marcha atrás” apenas termino de decir eso cuando de un empujón sentí como me abrió en su totalidad mi ano…. “aaahhhhhhhh” grite cuando repente siento la segunda embestida, la sacaba completamente y me la deja ir de nuevo, sus huevotes chocaban con mis nalgas, desesperado por el dolor trate de zafarme, lo cual era inútil pues el con un solo brazo me tenía inmóvil… de un jalón me volvió a sacar su vergota… “todavía aprietas” dijo en tono burlón mientras de nueva cuenta me la dejaba ir hasta el fondo estaba vez con más fuerza…  el dolor era tal que no sé de donde saque fuerzas y pude liberarme de su agarre… “no así no papi” le dije sin saber en lo que me metía… una cachetada me hizo saber que esto no era un juego ya….

“¿Ahh no? ¿No querías ser una putita? ¿No querías ser una hembrita? ¡Pues ahora te aguantas cabron!” me decía mientras me jalaba de las patas y las ponía en sus hombros, su cara denotaba lujuria, poder, enojo, satisfacción, una mezcla extraña que infundía miedo en mí. Tembloroso y temeroso me deje hacer, su verga volvió a incrustarse en mi dejando caer todo su peso sobre mí adolorido ano y como vil perro comenzó a taladrarme bien rápido, apretando mis piernas contra el para no zafarme, lo más que pude hacer fue aferrarme a la cama como gata, sus embestidas se hacían más y más duras, su cuerpezote comenzaba a sudar, de repente se dejó caer aplastando mi cuerpo con el suyo, sentía como se movía con maestría y malicia dentro de mí, sin notarlo me iba empujando más y más para subirse bien a la cama  y así dejar taladrarme más a gusto su mi culo,  gritos de dolor salían de mi boca que sin saber que lo excitaban más “¡Eso perra! ¡Grita! ¡Me gusta que griten! ¡Que sufran y gozen! ¿Quieres que apre verdad? ¿Te duele como te lo hago? ¡Pero ni vergas! ¡Hoy vas a ser mia! ¡Vas a ser mi pinche funda cabron!”

Acto seguido me dio unas cachetadas para después meterme los dedos de su mano en mi boca mientras me taladraba el culo y y me mordía los pezones… poco a poco la mezcla de todo eso comenzó a calmar mi dolor… sus embestidas duras y rudas comenzaban a darme placer, mi respiración se acoplo a la suya, mi cuerpo comenzó a disfrutar, con sus dedos aun en mi boca empecé yo a chupárselos, el entendió el mensaje. Me tomo del cuello y me dijo “te gusta perra” “si papi en encanta” le conteste mientras acariciada sus pectorales y su pasita chelera… “cabálgame” me dijo, sacándome su grueso miembro de mi ano, claramente pude sentir como el aire entraba en mi agujero… se acostó sobre la cama, y yo ya sin pensarlo jugándole al valiente me deje caer con todas mis fuerzas sobre el sacándole un gruñido de placer y dolor, “¡Ahhhhh la verga que rico!” comence a cabalgarlo rápidamente, moviéndome en círculos, quería darle placer, quería enseñarle que no solo él sabe cómo complacer… sus manos  duras comenzaron a acariciar mis pechos… los jugaba, los amasaba, “estas coyoleando” me dijo, mientras juntaba mis chichitas… pase un largo tiempo dándome de sentones hasta que el físico ya no me respondía…. “ya papi, yaaa no aguanto mas, ya vente” le dije suplicante… “¿Ya los quieres?” pregunto él….

“Si papi ya los quiero, échamelos en mis pechos” le dije… me senté en la orilla de la cama, él se pudo de pie delante de mí y comenzó a jalársela violentamente… yo observaba ese cuerpo de macho sudado que momentos antes me había roto el culo, podía ver como sus huevotes rebotaban contra su cuerpo y se movían para todos lados, tardo unos minutos pero luego comenzó a tensarse más y más su cuerpo moreno y sudado hasta que con un sonoro gruñido comenzó a dejar escapar chorros y chorros de caliente y espesa leche que cayeron en mi pecho… “ahhhhhhhhhhhhhhhh me vengo me vengo” grito mientras yo disfrutaba de sus cálidas bendiciones….

“Trágatela toda” exclamo, mientras tomaba mi cabeza de los cabellos y la jalaba hacia su verga, los últimos chorros de su leche cayeron directo en mi lengua, mientras con mis manos yo jugaba y me embarra sus calidas bendiciones que habían caído en mis pechos… “¡A la verga que chido!” Dijo mientras recuperaba el aire “ahora para la próxima te los comes todos” agrego… “próxima” le dije… “¡Si! ¿o qué? No me quieres volver a ver” exclamo seguro de que había hecho un buen jale… algo dentro de mí se emocionó, sabía que él lo decía porque era una forma de obtener dinero rápido, pero el que un macho como el me quisiera seguir viendo me hizo sentir especial…

Para finalizar nos dimos un baño donde de nueva cuenta pude disfrutar de su duro cuerpo… Le pague, nos despedimos y ahora cuento los dias para recibir de nuevo su llamada… espero que sea pronto.

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