Hola; vivo en Guadalajara y tengo 34 años. Soy ejecutivo en una empresa de medios de comunicación por lo que por mi trabajo tengo acceso a boletos para diversos espectáculos, uno de ellos el festival de regatón que patrocina una marca de refrescos en Monterrey y Guadalajara.

En instagram sigo a un tipo, unos diez años menor que yo, al que de muy distintas formas ya había yo intentado “tirarle pedo”. Yo soy un tipo regular, un 6.5 o 7 de calificación, y el tipo este si es todo un 9.

Blanco, con pezones rositas y cuerpo de gym pero no súper musculoso sino más bien tonificado, pero con una cintura chiquita que hace que la espalda le resalte mucho más… Aldo se llama.

Dos semanas antes del concierto el bato subió una historia en calzones, como acostumbra, luciendo aún más sabroso de lo normal. Yo le respondí con fueguito y le puse algo así como “siempre tan guapo”. Para mi sorpresa el bato me respondió.

Fue una plática leve, ya antes habíamos hablado un poco, y cuando le pregunté qué hacía me dijo que estaba por comprar boletos de ese festival y fue él mismo quien me dijo “regálamelos tú… ándale”. Siento que lo dijo al aire porque el tipo no me sigue y yo tengo mi perfil privado así que no podía saber dónde yo trabajaba.

A sabiendas que aquí en la oficina había muchos de esos boletos, le dije que sí. El tipo no me creía, y por más que yo le decía que si, que ya los tenía en mi poder, no más no me creía. Incluso luego de mandarle fotos tampoco me creía. Finalmente se convenció y me preguntó si podía ir por ellos a mi trabajo.

De pendejo yo si hacía que viniera por ellos. Esos boletos serían mi oportunidad de conocerlo e intentar algo más. Le dije que pasara por ellos a mi departamento, pero el bato no quería, no se dejaba. Puso varias excusas hasta que finalmente dijo que sí, que pasaría el siguiente sábado por la noche.

Incluso el sábado siguiente, estando yo ya listo para que llegara, el bato me canceló, para ir el día siguiente. Lógicamente me cagué pero pos no me quedaba hacer otra cosa. Lo invité a pasar directo a mi habitación, cosa que accedió. 

Apenas llegó y me dijo “eres más guapo y alto de lo que pensé”. Eso me sacó una sincera sonrisa y me hizo además pensar que podía pasar algo. Nos acostamos, le entregué sus boletos y le dije “a partir de ahora usted no está obligado a nada”. Está bien que me guste el morbo pero no me quiero ver como violador, ¿estamos de acuerdo?

Una vez acostados me empezó a platicar de él y a mi preguntarme sobre mi, que a qué me dedicaba y cosas así. Luego me contó cómo se había enterado del concierto y que estaba contento de ya tener los boletos y dicho esto me abrazó para darme las gracias, quedando su cabeza en mi pecho.

Luego se reincorporó y fui yo quien me acercó mientras mi mano derecha ya estaba sobre su muslo (aún con ropa) no sin antes preguntarle si no le molestaba. Él me dijo que no y entonces fui yo quien se acostó en su hombro derecho. Ahí empecé a acercarme a su boca la cual volteó hacia a mi para besarnos. Aunque no besa tan chido, sí sentí que no me oponía resistencia, porque la intensidad de los besos fue subiendo exponencialmente.

Mi mano, que antes estaba sobre su muslo, ya llegaba al paquete como tocándolo suavemente, hasta que escuchó la voz de él que me dijo “ya agárralo bien”. ¡Genial! Había luz verde. Lo agarré y pude notar que crecía pero que lo tenía como acomodado para abajo. Intenté desabrochar su pants y me dijo “quítamelo”.

Mientras lo hacía le pregunté qué ropa interior traía, esto porque en sus fotos siempre mostraba unos muy chidos. Me respondió que traía calzón blanco, y verlo con toda su piel blanca igual que el calzón solo marcando aquél delicioso bulto, ¡uff! ¡Qué delicia!

Noté como a poco me fue bajando hacia su bulto y ya ahí, viéndolo de frente, le quité el calzón dejando salir una hermosa verga, bonita, no monstruosa, no enorme, sino bonita. Igual muy blanca, uncut ya bañada de un buen de líquido perseminal que me terminé comiendo cuando la llevé a mi boca.

Su vello público era castaño, como su cabello, muy poca la cantidad, si a caso lo suficiente como para señalarle la verga y unos huevos lampiños que probaba intercalando con esa verga que ya vivía dentro de mi boca como si para tal fauce hubiera nacido.

Luego se enderezó y me quitó el pantalón. Yo aproveché la interrupción para bajar la luz y acercar mis poppers. Le pregunté si le molestaba que los usara y me dijo “no, de hecho a mi también me gustan… ¿me das?”. ¡UFFF!!! Esto estaba saliendo mejor de lo que pensaba yo.

Ya luego de un par de inhaladas, y mucho más en el mood, seguí con la mamada a aquel morro que entre más me la metía en la garganta más se iba calentando. Me encantó voltear a verlo, desde esa posición, como apretaba con sus dientes el labio inferior en señal de gozo, como con sus brazos me empujaba su cabeza mientras sus muslos abrazaban mi cara. 

Con mis manos empecé a acariciar sus pezones que endurecieron desde el primer contacto, esos pezones redondos y bien definidos color rosita, ufff. Mi verga chorreaba abajo mientras yo seguía prendido de aquella verga deliciosa.

El segundo jalón a lo poppers lo intenseó aún más. Su cuerpo encorvado ya hacía que sus manos alcanzaran mis peludas nalgas las cuales acariciaba, sobaba, estrujaba y apretaba a su entero gusto. Ahí comenzó a ponerme su dedo entre mis nalgas lo que me hizo pensar que su rol no era el que yo pensaba.

Yo me comía su verga completa y cuando besaba sus bolas intentaba bajar un poco más hasta su hoyito, que sí alcancé a lamer un rato pero cuando quise meter mi índice derecho me detuvo “no estoy limpio” y pese a mi “no me importa”, me volvió a detener.

Fue ahí que todo cambió, pues sacándome su verga de mi boca me dijo “mejor te la meto tantito… cómo ves” y ante esa rica verga, no opuse resistencia. Acerqué un condón mientras le decía “lo que no tengo es lubricante”. Él me respondió “con los poppers y crema tienes”. 

Se fue a su mochila desde donde pensé que sacaría él también algún condón pero para mi sorpresa me dijo “mira, yo también traigo pero están nuevos…a ver qué tal te pegan”. Era otro frasco de poppers, estos como de marihuana, que lógico probé de inmediato. Efectivamente eran mucho más potentes que los que yo saqué al inicio.

Luego vino lo mejor. Se puso el condón. Me acomodó en el borde de la cama, que por ser alta y yo estar dándole la espalda, hacía que mi culo le quedara justo frente a su verga. Se puso crema y me embarró otro tanto a mi. Yo le dí un jalón fuerte a los poppers verde de él y en automático su verga entró en mi.

No me dolió, por el contrario, me empezó a gustar desde el primer golpe que me dio. Su tamaño era perfecto y comenzó él bombeo suave. Con sus manos me tocaba, las piernas, las nalgas, luego iba a mis tetillas que sobaba cual si fueran bubis, luego me pasaba su mano por mi boca para que chupara sus dedos, me acercaba a él para besarme, y repetía todo de nuevo, mientras su pelvis me bombeaba a su entero gusto y ritmo. Yo solo gemía.

Me aventó más sobre la cama quedando con mi cara en la cama y mi culo al aire. Un nuevo jalón de poppers. Su verga a full, mi culo abierto. Sus manos dándome nalgadas fuertes. Mis gemidos ahogándose en la cama, pero él los oía, le gustaban. Lo sabía porque por cada gemido mío él me embestía con más fuerza.

Luego se detuvo. “Quiero verte” me dijo mientras me intentaba girar. “Pero que no se salga” fue la indicación que con acrobacias pude cumplir. Estaban mis piernas en sus hombros. Lo veía desde abajo, sumiso y entregado. Mi culo abierto, sus pezones parados, por la luz y la fuerza que hacía, todos sus músculos se remarcaban. Su six pack me mataba.

Con mis manos recorría sus bíceps, sus hombros (hasta donde por la posición alcanzaba). Su verga me seguía entrando y saliendo. Bajé mis manos a sus nalgas y como empujándome me clavaba yo solito su verga. 

Su cara era de placer. Se mordía los labios, estaba excitado. Jugaba con mi verga que estaba super parada. Me la jalaba, me golpeaba sutilmente los huevos. Me apretaba verga y testículos. Me hacía lo que quería y yo estaba vuelto loco. Solo gemía, ya no despacio sino muy fuerte. Él se volvía loco.

Así estuvo cogiéndome como seis minutos más, yo estaba por venirme y se lo hice saber. Él me dijo que me viniera, que lo disfrutara. Un último jalón a los poppers para terminar de excitarme y sintiendo su verga dentro de mi, rozando desde mis pelos hasta mi interior, decidí venirme. 

Aventé seis chorros sobre mí, espesos, muy blancos. Me tenía profundamente excitado. Él no dejaba de cogerme mientras yo me venía aprovechando gustoso que mi culo se apretaba inconscientemente provocándole más placer.

Yo estaba en el borde de la cama, boca arriba con mis piernas aún en sus hombros, ya sin fuerza por haberme venido. Entonces sin decirme más, me sacó la verga, me agarró de la cabeza y me jaló hacia él. Yo me “caí” de la cama y me puse de rodillas ante él. Quería venirse en mi cara.

Él se vino mucho más que yo. Chorro tras chorro me los aventó en la cara. Sentía su leche caliente escurriéndome por la mejilla izquierda. Un poco me cayó en el ojo, pero el resto pude hacer que terminara en mi coa, lamento incluso el resto con mi lengua.

Estábamos agotados. Poco queda que decir después. Fue muy lindo y educado. Pese a no conocernos de antes y a que lo hubiera hecho conmigo solo para “pagar” sus boletos, cuando acabamos se acostó y me invitó a acostarme a su lado. Me abrazó y empezamos a platicar.

“No hubiera pensado que fueras pasivo” me dijo. No me ofendí. “No soy el mejor pero me gusta serlo de vez en cuando” le respondí. “No mames, si lo haces bien rico. Se ve como disfrutas la verga y amé como gemías. Me encantó” dijo antes de besarme.

Nos cambiamos y le di raid a su casa. “Ojalá haya más boletos pronto”, me dijo antes de cerrar la puerta.

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