🔥 Un relato exclusivo de Relaróticos 🔥
Hace 5 años, cuando tenia 18 años, mi familia descubrió que fumaba mota y por eso me metieron a un centro de rehabilitación. Vivo en Veracruz y mi familia, con mentiras, me mandaron a Mexico y allá en Ecatepec me fueron a refundir pa que no fuera tan fácil regresarme.
Cuando llegué me sentía muy mal, muy decepcionado de mi familia y pues la neta es difícil adaptarse a esos lugares, total que te dan como 2 días pa que agarres el pedo.
Todo empezó con uno de los vatos que igual estaban anexados pero ya tenía tiempo ahí (de apoyo); a ellos les daban un radio y podían hacer lo que querían, castigar a los otros con pretexto de mantener el orden, etc.
A los días, uno de los de apoyo me puso un servicio que era limpiar alguna parte del lugar, yo no quería y el bato me dijo que podía quitarme esa tarea si le rolaba (regalaba) algo de ropa y le hacía unos palpis (así decían ahí por tocarlos o masturbarlos). La neta el tipo era todo un chacal y parecía mayor que yo, moreno, de esos que si se te atraviesan en la calle en la noche si te asustan.
Total, le dije que sí, que yo le hacía las palpis pero que no quería hacer esa tarea. Él me dijo que en la noche, ya cuando todos durmieran, fuera a buscarlo a su habitación. El día pasó tranquilo y yo no dejaba de pensar en ese chacal, y pues ya que llegó la noche fui al cuarto donde dormía. De ahí nos fuimos al final que había como un vestidor en donde guardábamos nuestras cosas.
Cuando me agaché el bato ya la tenia pasadísima y la neta se notaba que ya tenía un buen nomás de estar con pura imaginación.
El bato me encantaba y tenía una verga no tan grande para lo alto que estaba, pero todo se compensaba con lo gruesa y cabezona que era ese tremendo trozo prieto como él.
Cuando me acerqué noté que le olía bien rico la cabeza, y al poco tiempo de estarla chupando obviamente ese olor y sabor ya se había ido así que empecé a comérmela más rápido y profundo porque cuando lo hacía él gemía y se torcía un poco, lo cual a mi me calentaba mucho.
Estuve hincado frente a él por un buen rato hasta que solo me dijo “ya me vengo” y se empezó a venir a chorros apenas dando tiempo para que yo rápido le agarrara la verga con mi boca y todavía alcancé a probar su semen, se medio limpio y se fue porque esa noche le tocaba guardia. Yo de ahí me fui adormir con su lechita embarrada en el cuerpo pues ni me limpié.
A los días que me empecé adaptar y sentir un poco mejor, porque neta al inicio me sentía demasiado mal, llegó una noche que igual, el mismo bato de apoyo le tocaba guardia en la noche e igual pasó lo mismo pero más lindo.
Primero porque él solo llegó a mi cama y se acostó conmigo, empezamos a platicar de cosas mientras le hacía piojito o le acariciaba el pecho y la panza. Neta que nunca había sentido como “amor”, por así decirlo, mientras morboseaba con alguien y en ese momento lo sentí.
Ya al ratito nos fuimos otra vez al vestidor y se la estuve mamando, pero como que platicábamos a la vez, bien chido la verdad pues íbamos más allá del morbo y sexo. Estuvimos así hasta que se vino en mi boca pero esa vez si me manchó la cara bastante, hasta el cabello me llegó su leche y pues quién sabe porqué pero esa fue la última que lo hicimos pues ya nunca más quiso.
En esa clínica me pasaron muchísimas cosas, pues como era de puros menores de edad y varones podrán ustedes como eran los castigos o lo que teníamos que hacer por un poco de Mota. No podrían imaginar lo mucho que me humillé (y en muchos casos disfruté) en ese lugar. Tengo muchos recuerdos con los que a diario me masturbo y luego de todo lo que viví pues si le agradecí a mi familia que me hubieran mandado ahí.