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Hola, me llamo Daniel y actualmente tengo 25 años, vivo en una pequeña ciudad del centro de Veracruz y hoy les vengo a contar cómo mi abuelo me hizo su amante.

Todo comenzó cuando tenia 15 años, mi abuelo tenía un rancho que ninguno de mis 5 tíos podía atender y a veces yo iba a ayudarlo cuando había vacaciones. Esa vez recuerdo que era julio, habiamos terminado de trabajar y una lluvia tremenda nos sorprendió a media finca, por lo cual nos refugiamos de la lluvia en una pequeña cabaña bastante alejada de la casa grande.

Empapados mi abuelo sugirió que nos quitaramos la ropa y la pusiéramos a escurrir. Yo no vi problema alguno y comencé a desvestirme mientras que observaba a mi abuelo desnudarse. Era un hombre de unos 60 años, curtido por el trabajo de campo, alto, fuerte y con un cuerpo envidiable para su edad, mientras que yo a mis 15 años era un joven delgado de 1.75 mts de piel morena y ojos verdes, según mis amigos bastante atractivo.

Mientras se quitaba la ropa él se dio cuenta de que lo observaba y me dijo: -Te gusta lo que ves? Yo le contesté que sí, y para disimular un poco le dije que a su edad quería estar así de conservado como él. Tenía que esconder que me gustaba su cuerpo porque no sabía que a mi me encantaba la verga desde hacía ya varios años ya que era un hombre criado a la antigua, machista y mujeriego.

Él me miró muy serio y me dijo: -No te creo, yo se que te gusta que te den por el culo, vi como te cogía tu primo en el establo y por lo que escuché no es el único que te llena el culo, varios en la familia te meten la verga y aquí solo falto yo.

No supe qué decir, me quedé helado, mientras mi abuelo se acercaba a mi y se metía una mano a la truza, cuando estuvo justo enfrente de mi se sacó la verga y me agarró de los hombros y me hizo arrodillarme. Yo estaba sorprendido, primero porque no imaginé nunca que mi abuelo supiera de mi gusto por que me dieran por el culo y segundo porque tenía una verga hermosa, 22 cm de carne morena, gruesa y con unas venas que resaltaban en todo el tronco y unos huevos enormes, todo esto rodeado de un vello canoso pero recortado.

Era una delicia, jamás me hubiera imaginado que mi abuelo estuviera tan bien armado, ya que 4 de mis 5 tíos me habían cogido y no estaban así de buenos.

Aún aturdido por la velocidad de las circunstancias solo atiné a rodear con una mano aquel palo de carne y metermelo a la boca, aunque no me cabía más allá de la mitad traté de darle la mejor mamada que pude, mientras que acariciaba sus huevos peludos lamía esa hermosa herramienta desde la base hasta la punta y metía el glande rosado en mi boca y jugaba con mi lengua en él.

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Así estuve unos 10 minutos hasta que mi abuelo se apartó y me tumbó en unos costales que estaban apilados en un rincón de aquella cabaña. Me puso en cuatro y de repente metió su lengua en mi culito. Eso nadie lo había hecho, me hizo ver las estrellas. Metía su lengua en mi hoyito, me escupía y comenzó a meter un dedo.

Yo al haber cogido ya varias veces le pedí más y metió otro dedo, ese si lo sentí más que el primero, porque los dedos de mi abuelo son grandes y gruesos. Alternaba los dedos con las lamidas y la lengua en mi hoyo después de un rato metió un tercer dedo, ahí si me dolió pero no se detuvo, me sigui cogiendo con sus dedos y me escupía para lubricar.

Cuando ya tenía bien preparado el culito me la dejó ir toda de un golpe sin avisar. Yo pegué un grito que, de no haber sido por el aguacero, se hubiera escuchado en todo el rancho. Yo gemía y pedía que me la sacara porque me dolía mucho, pero él se negó y solo se esperó un momento para que me acostumbrara, pero aún no pasaba ni un minuto cuando comenzó a embestirme sin piedad.

Yo gritaba y suplicaba pero no funcionaba nada, traté de safarme pero él era más alto y más fuerte que yo así que fue inútil. Mi abuelo no hablaba, solo me embestia, y yo al poco rato ya me había acostumbrado y ya mis gemidos eran de puro placer.

Tenia 22 cm enterrados hasta el fondo, y disfrutaba como nunca, me la sacaba casi toda y la enterraba de golpe de nuevo adentro. Me sentía morir de placer, y mi verga estaba a tope escurriendo de precum. Mi abuelo me estaba dando una cogida de campeonato y sentía caer su sudor en la espalda.

De repente me la sacó y sentí como me entró el aire frío por mi ano que estaba más que dilatado, me dijo que me volteara, que me quería ver la cara cuando me llenara el culo de leche. Yo me acosté como pidió y me puso las piernas en sus hombros, puso su verga en la entrada de mi hoyito y de un solo golpe me la metió hasta que su pubis chocó contra mis nalgas.

Yo pegué otro grito y ahí me comenzó a bombear sin piedad, era un sueño. Ser cogido por un semental maduro, con tanta energía y con una verga enorme, y encima era mi abuelo. De repente empezó a bufar como toro en brama y me comenzó a embestir aun con más vigor. Sentí como se vaciaba en mi.

Tres, cuatro, cinco y más chorros de esperma caliente me depositaba en el fondo de mi culo, yo al sentir como se vaciaban sus huevos en mi, me vine sin tocarme. La sensación era indescriptible, preñado por mi abuelo mientras mi culo le apretaba la verga haciendo que su orgasmo se alargara.

De pronto mi abuelo sale de mi culo con su verga aun dura y me hace que se la limpie de los restos de leche. Yo accedí y mientras le limpiaba con mi boca la verga sentía como se me escurrian por las piernas los mocos de mi abuelo.

Cuando terminé de limpiar ese delicioso pitote me levantó, me dio un beso en los labios, más por compromiso que por cariño y me hizo prometer que no le diría a nadie de eso, que seria su putita y que de ahora en adelante yo iba a recibir solo su verga y su leche en mi culo, y que si se enteraba que seguía de puto con mis tíos y mis primos me iba a ir muy mal. Yo un poco asustado le dije que sí.

La lluvia había cesado, nos pusimos nuestras ropas y seguimos en silencio el camino hasta llegar a la casa grande. Ahí nos separamos y volvió a advertirme de no decir nada. Yo estaba triste porque me encantaba que me cogieran mis tíos y mis primos y con la prohibición ya no iba a poder, aunque pensándolo bien, no me prohibió coger con los trabajadores.

Y vaya que si me cogieron varios trabajadores del rancho, pero bueno, eso ya es otra historia y también contaré cómo fue que uno de mis tíos me desvirgó.

Escriban a irvingem9@gmail.com si quieren saber un poco más de detalles de esta y otras cogidas con los hombres de mi familia.

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