Estaba buscando un libro cuando escuche que al otro lado del estante había alguien que también buscaba un libro. Y de pronto, al mismo tiempo que yo tomaba el libro en mis manos, otra mano del otro lado tomaba tambien un libro haciendo que la punta de nuestros dedos se toparan. Levantamos la vista al mismo tiempo.

El vio a un hombre de 28, con un ligero bigote, sonrisa amplia, lunar debajo del labio inferior, ojos pardos, y cabello recien cortado y ligeramente cafe. Yo vi a un muchacho de unos 19 con lentes estilo John Lennon, cabellera profusamente rubia y rizada recogida en una cola de caballo y unos ojos profundamente azules. Nos vimos por un instante. Le sonrei y obuve una respuesta algo nerviosa.

«Hola»- le dije en voz baja pues estabamos en la biblioteca de la universidad.

«Hola»- me contesto el mientras su mirada se perdia en el libro que tenia en la mano.

«Buscando algo sobre economia?»- le pregunte a través del estante.

«No, realmente estoy en la seccion de contabilidad»- por supuesto el estaba al otro lado del estante, era otra seccion, una, por cierto, que yo conocía muy bien.

«Y qué buscas?»- le pregunté mientras apartaba uno de los libros para poder obtener un contacto visual.

«Contabilidad de costos de Schumaker»- me contestó con la intención, me parecía, de que yo no supiera de qué me estaba hablando.

«Ah, Schumaker! Tremenda forma de acercarse a los mercados asiáticos!»- el comentario sorprendió al muchacho quien me volvio a ver inmediatamente.

«Has estudiado contabilidad?»

«Me gradue de administracion de empresas»- le informé.

«¿Puedo hablar contigo?»- por supuesto que mi respuesta fue si. En los segundos que tardo en dar la vuelta al estante me pasaron por la mente un monton de cosas, la mayoria tenia que ver con el sexo.

Cuando lo vi de cuerpo entero, ya no era la mayoria, sino todas las cosas tenian que ver con el sexo. Era un muchacho bien cuidado, con ropa fina, de marca, no tan alto quiza 1.70 igual que yo y tambien llevaba una mochila, como yo.

«Asi que estás estudiando a Schumaker…»- le dije mientras mientras ponia el libro que yo habia escogido entre mis brazos.

«Lectura obligada»- me dijo encogiendose de hombros. Me extendio la mano -«Me llamo Fredy».

Le contesté el saludo y le conte que yo estaba estudiando mi maestría en aquella universidad. 

«Tengo muchos libros de contabilidad, incluyendo dos o tres de Schumaker»- le dije mientras trataba de mantener la voz lo mas baja posible pues aquella hora de la noche, eran como las 10pm., muy poca gente estaba alli y el sonido rebotaba en los estantes y las paredes del lugar.

«Tienes tiempo de explicarme algo?»- me pregunto un poco avergonzado.

«Por supuesto! Vamos alla»- le dije mientras caminabamos a unos cubiculos al fondo del pasillo donde en ese momento un joven de raza negra se levantaba saliendo del lugar y dejandolo solitario.

Caminé frente a el imaginandome que me estaba viendo, examinandome, igual que yo a el. Me gustaba el olor de su colonia, era fina, delicada. Llegamos hasta el lugar, con una breve pero inquisitiva mirada me di cuenta que eramos los unicos en aquella seccion del cuarto piso de la biblioteca. Y teniamos dos horas antes que la cerraran.

Nos sentamos uno al lado del otro. Yo puse la silla de al lado dentro del mismo espacio donde el estaba. Estabamos cerca uno del otro y de vez en cuando nuestras piernas y rodillas se topaban entre si.

Fredy era un muchacho que habia llegado de Uruguay hacia poco tiempo y entre la explicacion de una ecuacion contable intercambiamos miradas, gestos y una que otra indirecta. Un poco despues de una hora, mis sentidos me gritaban que cayera encima de el y lo desnudara alli mismo, pero mi razon me decia quedamente que no era lo conveniente.

«Sabes algo?»- me dijo el mientras ponia sus lentes sobre el libro abierto -«Me fascina como hablas…»

Esa era la indicacion que yo esperaba. Y no deje pasar la oportunidad.

«Si? Pues te confieso algo»- le conteste inclinandome hacia el y diciendole al oido- «te quisiera desnudar aqui mismo y comerte a besos…»

Fredy se quedo mudo y por un instante crei que lo habia hechado a perder todo. Pero pasados unos segundos su mano se acerco a la mia -«desde que te toque alla en el estante sabia que me atraparias…esas manos son las de un conquistador»- y al decirme esto me beso la mano con tanta delicadeza que de inmediato toda mi testosterona se disparo. Puso cada uno de mis dedos dentro de su boca sin quitarme la vista. «Te gusto de verdad?»- me preguntó.

«Mucho»- fue mi respuesta mientras me acercaba a el.

«Entonces haz realidad tu deseo»- me dijo sin quitarme la vista.

Volvi a ver, con precaucion, a todos los lados y me di cuenta que aquella era una oportunidad unica. Me acerque y le besé sus labios. Aquellos era unos labios suaves, dispuestos a recibir los mios. Nuestras lenguas danzaron con la pasion de dos cuerpos calientes mientras mis manos desabotonaban nerviosa pero rapidamente la camisa de Fredy.

Luego llegue al pantalon y le solte el cinto para luego bajarle la cremallera. Su bulto estaba crecido y lo frote con mi mano por encima de su calzoncillo. Baje mis labios por su cuello, le mordisquee el hombro blanco y terso hasta llegar a su pecho libre de vellos, delicados como los de una hembra. Me detuve en sus tetillas rosadas e inertes mientras el se estiraba de placer en su silla.

Yo sabía que solo tenia unos cuantos centimetros para moverme y no ser visto desde el pasillo principal, asi que me agache lentamente sin hacer ruido para llegar con mi boca hasta aquel bulto que olia a erotismo puro.

Fredy se levantó brevemente de la silla para que yo pudiera quitarle el calzoncillo y bajarle el pantalon. Su verga, gorda y grande aparecio ante mis lujoriosos ojos. Era una verga preciosa, circuncidada, de unos 20 cms de largo y unos 4cm de ancho. Los huevos, casi sin vellos caian libremente perdiendose en las piernas de aquel joven cuerpo. 

«Antes que continues»- me dijo Fredy acercandose a mi oido -«Quiero que saques tu verga y me des de beber».

Me puse de pie, volvi a ver nuevamente hacia todos lados y me abri mi pantalon. Mi verga peluda, gorda, morena salto como animal que esta listo a cazar su presa. Fredy la tomo con ambas manos contemplandola por unos breves instantes.

Luego la besó con delicadeza y poco a poco se la fue tragando. Yo sentia que todo mi cuerpo se estremecia ante la mamada de Fredy. El logro meter una de sus manos dentro de mi pantalon sobando mis huevos. Que delicia la que estaba pasando!

«Ahora dejame continuar»- le dije mientras le sonreia. El se resigno a perder el bombon de su boca y me dejo en libertad para que yo bajara nuevamente y le chupara sus huevos. Puse mi lengua en el izquierdo e hice que creciera con mi engullida, luego pase al derecho mientras miraba como su verga se llenaba rapidamente del liquido preseminal.

Bajé por los huevos e hice que se abriera lo mas que pudiera para llegar hasta su orto. Era un culito exquisito, recien limpiado, suave como una flor de primavera y jugoso como una fruta de verano. Mi lengua reboloteaba por su alrededor hasta ponerla adentro. Fredy estaba en el extasis, lo podia ver moverse ritmicamente. Y se controlaba muy bien pues cualquier sonido se hubiera escuchado en aquel lugar.

«Cogeme…por favor mi cielo…meteme ese palo en el culo…»- me dijo tomandome de mi cabeza para que lo dejara darse vuelta. Puso sus rodillas sobre la silla y me ofrecio su trasero. Volvi a ver nuevamente hacia todos lados. Nadie a la vista.

Me desabroche el pantalón bajándomelo. Pensé que si alguien podía ver algo era el fin, pero me arriesgue. Con una embestida de bestia comencé a cogerme a Fredy. Aquel culo estaba apretado asi que mi amante resistió tenaz y calladamente el dolor que seguramente le causo la embestida original.

Pero luego de unas cuantas veces, su cabeza se hacia hacia atras en un claro gesto de placer. Yo le tome su verga gorda y lubricada entre mis manos para ayudarle en el extasis. Y en ese momento pensé que todo se venia sobre mi.

«Qué rico que lo hacen»- una voz detras de mi me paro en seco. Fredy tambien se detuvo en sus movimientos y ambos volvimos nuestras miradas hacia la voz. «No, no, no se detengan»- era el muchacho que vimos salir de aquel mismo lugar y que tendria casi la edad de Fredy pero muy diferente a el. Era alto, 1.85 mts quiza, negro casi azabache, cabello corto, mirada profunda.

Y traia su verga entre las manos. Una vergota hinchada, oscura, que palpitaba a cada movimiento. «Los he visto y no me pude resistir…no les importa si hacemos un trio, verdad?». La pregunta era muy dificil de contestar en aquel momento, pero la verdad era que la idea aunque descabellada, sonaba deliciosa.

«A mi no…y veo que ya estas listo»- le conteste mientras separaba mi mano de la verga de Fredy y la ponia sobre la del negro.

«Veni…acercate»- le dijo Fredy para mi satisfaccion. El negro puso su mochila al lado de las nuestras haciendole caso a Fredy quien seguia con mi verga en su culo. Se acerco y como pudimos se coloco a un lado de Fredy para que este le mamara su verga. Yo, por mi parte, le tocaba aquellas nalgas paradas, famosas de los negros, mientras mi verga se volvia a hinchar dentro del intestino de Fredy.

Todos mis sentidos disfrutaban de aquel momento: el culo de un lindo jovencito que a su vez disfrutaba de una vergota del negro mientras el me besaba a mi y yo jugueteaba con sus nalgas. Esto era más que placer!

«Ya no aguanto mas»- le dije al negro -«Cógeme»- cuando escuché mis propias palabras no podía creer que realmente las había dicho, pero ya era demasiado tarde, así que el negro simplemente se apartó de Fredy y puso sus manotas en mis nalgas velludas lubricándolas con su saliva y la saliva de Fredy que había llenado toda su verga.

Senti como introducia uno de sus dedos en mi orto y como me lo abria con otro. Al momento senti dolor, pero me aguante esperando el placer que vendria despues. Y vaya si llego! Cuando aquella verga que habra medido unos 22 cm comenzo a penetrarme pense que todo mi aparato digestivo me saldria por la boca, pero luego de unas cuantas embestidas el placer me inundo todo el cuerpo. Alli estabamos los tres, yo cogiendome a Fredy mientras mi culo era partido por aquel negro.

El negro me saco su verga y me dijo que ahora queria cogerse al «bebe». Le di la razon, no queria ser egoista, y mientras sentia que en mi culo quedaba un tremendo hoyo vi como el negro arremetia contra Fredy que a estas alturas ya se habia venido sobre el libro y sobre sus lentes. Yo me coloque detras del negro y sin decirle una palabras le abri las nalgas, el me volvio a ver y asintio con la cabeza.

Aquel culo apestaba a negro, a macho salvaje. Pero cuando mi carne entro en la suya lo goce tanto que en pocos segundos habia terminado en sus espaldas. El estaba haciendo lo mismo en la espalda blanca de Fredy. Los tres nos quedamos pegados por un par de minutos mientras nuestra respiracion volvia a su nivel normal. 

Velozmente nos subimos los pantalones en el mas estricto silencio. Fredy tomo una hoja de papel de su cuaderno y nos dio su numero de telefono. Yo hice lo mismo, y el negro, que nos dijo que se llamaba Steve, tambien lo hizo.

Diez minutos antes de la medianoche saliamos de la biblioteca separados como si no nos conocieramos…y una vez mas mi mochila negra era testigo mudo de aquella aventura academica…

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