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El rubito de 16

Me puso a gatas y comenzó a lamerme mi culito y a meterme un dedo luego dos hasta tres dedos llego a meterme mientras yo no paraba de gemir, quería que me metiera su polla, quería que me follara.

Mi rico amigo de la iglesia

se bajo el pantalón y quedo en bóxer que era apretado y se le repintaba cuando la saco mi sorpresa media unos 19cm

Mi compañero de escuela

Los dos nos bañamos mientras nos besábamos. Él me dijo Gracias. Después de esto lo hacemos casi todos los días, es más en un ocasión lo hicimos en el Colegio.

Acabo en el culo del hermano de mi cuñado

Le pegaba mi verga a su pierna y le tocaba sus tetillas. Con los bóxers abajo, le ponía su brazo o su mano en mi verga, o incluso me masturbaba con su mano.

Abusé de mi abuelo en plena Navidad

Les cuento como cabalgué a mi abuelo, aquél hombre a quien tenía más de lleno y a quien comencé espiando cuando se duchaba y por quien me hice mi primera paja, que para ese entonces contaba con unos 65 años aproximadamente.

Con mi papá el mecánico

Me llamo Josué, yo tenía 10 años cuando por primera vez veía a mi papá con morbo. A los 12 años yo solía visitar a mi papá a su trabajo por que quedaba muy cerca de mi casa y esto fue lo que pasó uno de esos días…

Mi primito me dio las nalgas en el campamento

En aquél campamento una de esas noches en las que estábamos muy calientes, porque no habíamos podido hacernos la paja, y éramos de paja diaria, incluso nos la hacíamos juntos mirando películas porno.

Yo me empecé a sobar la verga y él hizo lo mismo. Enseguida las teníamos totalmente erectas.

El juego del moquito

Una vez que me puse en cuatro mi primo me bajó el short y casi de inmediato sentí algo húmedo en mi ano, me daba cosquillas y comencé a reir. Yo tenía 8 años y él 15.

En la cama con mi padre

Aquella noche de verano, cuando mi padre se acostó a mi lado, me decidí a probar ese delicioso bulto que escondía bajo el bóxer negro.

Los 12cms de mi primo de 16 años

Cada año, en vacaciones, me iba a pasar el verano con mis primos al rancho de mi tío. Conforme fuimos creciendo, los juegos fueron cambiando, hasta terminar cogiendo entre todos.

error: ¡Hey! Jálatela, no te los lleves.