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Aprovechando mi casa sola

De sus besos luego fue bajando y sin más comenzó a mamar mi pene como nadie lo había hecho jamás, me sentó en el sillón y siguió mamando cuando de repente sentí su lengua en mi ano… fue una sensación maravillosa.

De niño en el balneario

Sé que para la edad que yo tenía era muy tremendo arriesgarme de esa forma, pero me fascinaba eso y de verdad quería tocarle esa polla riquísima.

Con mis amigos en el retiro espiritual

Desde edad corta yo me sentí atraído por los de mí mismo sexo, en las películas de acción que veía con mi familia, para nada me llamaba la atención ver…

El hermanito de mi novia

Como he dicho mi cuñado entrenaba mucho de su cuerpo, a parte de tenerlo musculado lo llevaba depilado entero. Ya nada más entrar en el coche se me puso un poco dura.

Mi amigo «homofóbico»

Él solo me miró y sonrió, bajó mi pantalón junto con mis bóxer rápidamente, y ahí estaba él mirando mi verga totalmente erecta, de aproximadamente 17 cm, lo dudó un poco pero se metió la cabeza de mi verga a la boca.

¡Ah, qué rico cogía mi chofer!

«Pedro de Miraflores», así le gustaba al chófer de nuestra casa que se le llamase, un negro cubano que hacía muchísimos años había entrado a trabajar de la mano de su esposa, Florinda. Había pasado a ser casi de la familia.

Escondidos en el baño del cine

Ahí lo comencé a besar y a tocarle su entre pierna lo cual él también comenzó a hacer, después le quité el cinto, desabroché el pantalón y metí la mano en su bóxer y toqué el tamaño de su verga, el cual era de buen tamaño.

Aaron, el hijo de mi vecino

En verano muchos amigos venían a nuestra alberca, él venía en ocasiones ya que prefería estar con chicos de su edad, pero cuando venía, con mucho cuidado miraba esa espalda y me imaginaba cómo bajaría besando y lamiendo hasta llegar a sus dos hermosos y apetecibles montes.

Mi segunda vez

La noche anterior había perdido mi inocencia. Dixon, mi primo dos años mayor, me había iniciado en la actividad sexual; cuando me penetró, de verdad que sentí algo de dolor.

Con el par de primos

Alonso se desvistió, sus ropas quedaron en el suelo, su verga estaba totalmente erecta, su glande rosadito buscaba el cielo, y luego de ello se recostó sobre la cama y Martín se enganchó a él.

error: ¡Hey! Jálatela, no te los lleves.