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Perseguidos por la familia

Él continuó con la vista fija en mí, por lo que decidí ya no verlo más. Poco después, él estaba parado frente a mí y como me suele pasar, mi miedo aumentó, pues no podía creer que tenía tan cerca a un cuerazo.

Mi vecino el albañil

Hola mi nombre es Juan, soy un chico de 22 años y me considero bisexual, ya que aunque tengo novia y mantengo relaciones sexuales frecuentemente con mujeres, de vez en cuando no puedo resistir la tentación de mamar una buena polla. No tengo candidatos fijos, cada vez que veo a alguien con uniforme, ya sea militar, de policía, guardia de seguridad e incluso conductores, o de alguna profesión como mecánico o albañil y está delgado y alto, no puedo evitar dirigir la mirada hacia su paquete.

Mi vecino me recarga la bateria

Eran como las 8 de la noche y estaba semioscuro en el parqueo cuando después de un rato de charla e intentos de cargar la batería, pasó rosándome atrevidamente varias veces debido a la estrechés entre los autos.

El pantalón de mi mejor amigo

El morbo hacia que cada vez me costara más resistirme a acercarme a él para tocarlo y sentir su cuerpo, pues cada vez que volteaba a verlo sentía ganas de acercarme más y más.

La apuesta se volvió una mamada

Luego, de un solo golpe la introdujo en su boca haciéndome gemir, y empezó a chupar rápido mi verga que fue creciendo en su boca mientras él lo hacía con mayor rapidez y fuerza.

El técnico viene a mi casa

Tan pronto estuvimos desnudos, él comenzó a besarme y a morderme el pecho. Me besaba, me mordía me lamía, y fue descendiendo hasta el vientre donde su actuación seguía siendo la misma.

El baño del amor

Me sonrió nervioso yo igual mi corazón latía a mil y le digo «ya estamos aquí, qué hacemos» y el «no sé, lo que tú quieras» y le dije «yo entro primero y luego me sigues ok».

Deslechando a Raúl, mi primo

«No mames, esta bien buena la vieja y yo que ando bien caliente… te imaginas casi 20 días sin coger y para acabar, llegó y mi vieja no está, son mamadas».

Dos hermanos para mi

Quizá por que estaba en otro mundo no escuché que la puerta de mi cuarto se abrió y que me estaban mirando. El puto susto no lo comparo con nada en el mundo.

La perra de Chucho, el galán del barrio

Se descontroló rápidamente, me agarró de las nalgas y me llevó cargando, casi corriendo a su cuarto, mientras yo me sentía como un bebé en sus brazotes, olía a qué se acababa de duchar, me recostó en la cama y me dijo.

error: ¡Hey! Jálatela, no te los lleves.