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El técnico viene a mi casa

Tan pronto estuvimos desnudos, él comenzó a besarme y a morderme el pecho. Me besaba, me mordía me lamía, y fue descendiendo hasta el vientre donde su actuación seguía siendo la misma.

Don Roberto me entregó al empleado del taller

Y bueno accedí a que Mario me cogiera, pero con la presencia de Don Roberto que se fue a la oficina y nos dejo tranquilo para que Mario me diera tronco.

El vaquero empleado de mi papá

Estábamos todavía en camino así que mejor decidió apagar las luces y salirse hacia un camino poco transitado y con árboles altos qué harían qué nadie nos viera.

El sex en la oficina

Ya le había visto su chota gruesa y peluda pero no decía nada, entonces ya delante mío se la agarra y me dice «agárramela solamente y no te jodo más».

Con mi trabajador en un río

Realmente vi, como después de terminar de orinar la comenzó a sacudírsela, pero de momento su mano comenzó a subir y bajar por todo el tallo de su verga, la que en cosa de segundos era evidente que se le había puesto completamente erecta y dura.

El stripper de 24.5

Cuando lo conocí me parecía que no íbamos a entablar una buena relación, pero era mi sueno ya que me excitaba su físico y deseaba tenerlo en mi cama algún día, pero me parecía algo imposible que ese hombre fuera gay.

Mi colega colombiano del trabajo

Tomás con una mano le sostenía las de Omer sobre la cabeza y con la otra le abría la boca para morderle con gusto los labios, este solo cerraba los ojos

Sex en el bufete de abogados

Y luego de unos segundo, comenzó a bajar por mi abdomen, bajo el cierre del pantalón, que ya estaba rompiéndose por la tremenda erección que había logrado en ese maravilloso instante en el que dijo que le gustaba.

El chófer y la musculosa

Me sacó la ropa, y yo fingí quedarme dormido, mientras con sus manos el recorría mis biceps, mis abdominales, mis piernas, mis hombros.

Mis recuerdos en la selva

Yo no podía más, mi propia verga estaba a punto de estallar y necesitaba algo. Sin hacer ruido me alejé y di una vuelta para colocarme delante de él, que se diera cuenta y pensara que yo no sabia que él estaba allí. Así lo hice, y él se quedo atónito.

error: ¡Hey! Jálatela, no te los lleves.