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Costa Rica, mi primo y yo

La siguiente noche mi primito ya no se anduvo con medias tintas, desde que apagó la luz del cuarto me bajó la pantaloneta y se puso a m4marme la verg4.

Con los dos camioneros

Justo en eso estábamos cuando me dice «ahora chupasela a él» y yo me saqué mucho de onda. Y efectivamente, acostado en la cama, detrás de él, había otro tipo.

Flaquito pero dotado, mi perdición

El que me gusten los hombres desde pequeño podemos decir que es culpa de mi vecino, un flaco trigueño pero bien dotado, que utilizó sus mañas para que yo se la chupara en ese entonces, algo nuevo para mí y que marcó mi infancia.

Abandonado por mi novio en la carretera

No lo pensé y yo llevé mi mano a su paquete, lo apreté, y sentí la dureza de su pija y ademas prometía ser bastante grande, gruesa seguro que era, mi mano no la abarcaba toda, con lo que me puse más cachondo, y empecé a bajar su cremallera, mientras él seguía manejando.

Con mis dos primos y el vecino

En esa época mi familia y la de mis primos, hijos del hermano mayor de mi papá, vivíamos bien cerca, a escasas diez cuadras de distancia, por lo que el estar de visita en su casa, o ellos en la mía, era una actividad bien normal. Así comenzó mi despertar sexual.

Complaciendo a tres negros

Yo miré a Luis con su verga en mi boca, como diciéndome «deja que hagan con mi culo lo que les de la gana». Luis entendió y me dió una rica cachetada y me dijo «eres una asquerosa perra». Luego escupió mi cara, sacó su rica y gruesa verga de mi boca y me escupió dentro de ella y luego otra vez en la cara y con su mano restregó su saliva por toda mi cara e hizo que volviera a meter su verga en mi boca.

Los fontaneros en mi casa

Llaman a la puerta y veo un chico marroquí de unos 38 a 40a llevaba la caja de herramientas, de tras de él iba un chico mulato más joven de 23 años o así, él llevaba una caja más grande. Los llevo a la cocina, les explico que vino el técnico y me dio su tarjeta y los llamé.

Mi tío y sus fetiches

Me encantaba ver a mi tío trabajar, con sus playeras ajustadas y sus botas de trabajo, con un sombrero de paja viejo que utilizaba para cubrirse del sol, como su color de piel era muy claro, con el trabajo se ponía rojo y el sudor recorría su piel.

Por cumplir el reto

Mientras aquello seguía, Chris entró en la habitación y se echó a reír y dejó las bebidas en la mesa junto a la cama. «No podías esperar para empezar sin mí, verdad James?»

Mi tío sádico

Mi tío se llama Antonio, tiene 43 años. Tiene un cuerpo rico, pelón, con barba algo espesa y vellos en el pecho. Nada panzón. Aquella vez me fue inevitable verle el guebo, era gigante.

error: ¡Hey! Jálatela, no te los lleves.