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El semental de mi papá

Me perdí un poco mirándolo, sobre todo sus pies delgados, con dedos y uñas bien formados, que estaban uno encima del otro y que también se habían descubierto cuando jaló la cobija.

Mi entrenador personal

A penas llegué a donde el estaba, acercó sus labios a mi oído y me dijo jadeante «te voy a coger, sé que te gusto, me encantas y hoy serás todo mío». Él sabía que me moría por ser suyo, que solo deseaba su potencia sobre mí.

Me visitó en el trabajo

En mi trabajo tenía que tomar medidas de los cuerpos de los clientes para hacer los alquileres ya que eran totalmente a la medida, y entre conversaciones e insinuaciones él me dijo que le gustaría saber la medida de su pene, yo no lo podía creer, los nervios me traicionaban y mi cuerpo se estremecía, pero me arme de valor y le invite a pasar atrás a el vestidor

Mi viaje en tren

Se empezó a acercar más y más a mi vagón, venía con un morral, el celular en la mano y con la otra, se agarraba el bulto. No le sacaba la mirada de encima, cruza hacia mi lugar y se pone al lado mío, donde se hace una L entre la ventana y esa paredcita pegada a la puerta.

«Metemela rico» palabras de amor

Mientras le besaba hacía movimientos con mi cadera aún con mis jeans puestos. Me acerqué a su oído y le dije: «lo hacemos?», él sólo movió la cabeza diciendo que sí y me dijo con una voz dulce y muy sexy: «sí, pero métemela rico».

Costa Rica, mi primo y yo

La siguiente noche mi primito ya no se anduvo con medias tintas, desde que apagó la luz del cuarto me bajó la pantaloneta y se puso a m4marme la verg4.

Con los dos camioneros

Justo en eso estábamos cuando me dice «ahora chupasela a él» y yo me saqué mucho de onda. Y efectivamente, acostado en la cama, detrás de él, había otro tipo.

Flaquito pero dotado, mi perdición

El que me gusten los hombres desde pequeño podemos decir que es culpa de mi vecino, un flaco trigueño pero bien dotado, que utilizó sus mañas para que yo se la chupara en ese entonces, algo nuevo para mí y que marcó mi infancia.

Abandonado por mi novio en la carretera

No lo pensé y yo llevé mi mano a su paquete, lo apreté, y sentí la dureza de su pija y ademas prometía ser bastante grande, gruesa seguro que era, mi mano no la abarcaba toda, con lo que me puse más cachondo, y empecé a bajar su cremallera, mientras él seguía manejando.

error: ¡Hey! Jálatela, no te los lleves.