Me estoy cenando al hijo de mi compadre
Estuvimos platicando mucho y notaba el nerviosismo del joven, cómo si me conociera pero yo no lo ubicaba de ningún lado. Terminó la cena y me fui a casa a dormir.
Relatos eróticos gay en español
Estuvimos platicando mucho y notaba el nerviosismo del joven, cómo si me conociera pero yo no lo ubicaba de ningún lado. Terminó la cena y me fui a casa a dormir.
Entró y me dirigí a él. Con nervios llevé mi mano a su bulto el cual estaba a media erección y él se dejó. Seguí sobando hasta que se puso totalmente duro.
Empezó directamente a trabajar en la de su amigo, mientras que masturbaba a Rodrigo y Leo, estuvo así varios minutos, rotando entre las vergas de los cinco, alternando entre sus manos y boca hasta que, al terminar de chupar la de Miguel.
Esa vez me obligó a desnudarme y ponerme una bikini de su hermana. Además me hizo pintarme los labios de un rojo carmín que tenía su mamá. Además ahí me fue ordenado como mamarsela.
Mi nuevo reto decía: Deja que el jugador de tu izquierda juegue con el maseajeador prostático durante dos minutos, sin correrte. 4 puntos. Yo mismo había escrito ese reto, así que lo busqué entre mis cosas y se lo entregué, me quité el short y me tumbé bocarriba en el suelo, dejando al aire mi entrada, mientras que mi erección era contenida por la tela del suspensorio.
Fue de los besos más ricos empezamos a jugar con nuestras lenguas, a mordernos los labios, besos tranquilos, luego más apasionados, agarramos buen ritmo luego luego, entonces me puse de rodillas y empecé a tocarle la verga, la tenia ya MUY parada.
Esta vez mi tarjeta decía: Deja que el jugador de tu derecha te folle la boca por 10 segundos. Si metes las manos pierdes. 4 puntos. –Vente perro-me dijo Rodri, con un poco más de intensidad de lo normal, mientras se bajaba su short y bóxer a la mitad del muslo.