relatos-eroticos-gay

Hola, me llamo jorge, y esta historia que les cuento me pasó el verano pasado. He de decir que yo soy enteramente hetero, nunca he tenido relaciones con un hombre (a excepción de esta vez), y he de decir que lo que me pasó nunca jamás se me olvidará, ya que fue una esperiencia bastante grata.

Tengo 21 años, soy moreno con los ojos negros, vivo en Córdoba en un piso, trabajo y mis padres (mi madre y mi padrastro) viven como a dos manzanas de donde lo hago yo. 

Bueno, era sábado por la mañana, yo me levanté con mucha cruda (resaca) ya que había salido el día anterior así que aprovechando el día decidí ir a comer a casa de mis padres ya que hacía tiempo que no los veía, además, nunca está de más comer algo calentito.

Cuando llego me abrió mi padrastro ( 45 años, grandote, con barriga pronunciada, moreno también) y me dice que mamá se ha ido a casa de la tia Rafi porque que se encontraba mal y que se iba a quedar con ella todo el fin de semana. Yo le digo que venía a ver si me invitaban a comer y el me dijo que me quedara, pues él estaba a punto de sentarse a la mesa y era mejor comer acompañado que solo.

Comimos bastante bien, hablamos del trabajo y un poco de todo. He de decir que mi relación con mi padrastro es bastante buena, le confieso algunas cosas y sobre todo es un buen consejero sobre mujeres.

Fue en medio de esta buena plática que pasamos a la sobremesa, yo tenía que pasarme por mi departamento para hacer algunas cosillas. Cuando estaba por despedirme, él me dijo que ese sábado por la noche había partido, que si lo quería ver con él, ya que jugaban las Chivas, mi equipo favorito.

Yo le dije que sí, llegaba como a las 9 de la noche. Antes de irme me dijo «checa alguna película en Netflix, para ver después del juego», puso cara de pícaro, sonrió y me despidió. Yo no entendí bien su comentario.

Yo volví a mi departamento en donde terminé de hacer las tareas domésticas y antes de irme abrí Netflix para ver qué había. Me encontré una de acción que agregué a mi lista.

A las nueve me presenté en casa de mis papás con un 12 de cervezas y algo de botana, deseando pasar un buen rato viendo el fútbol.

Es verano, en mi ciudad llegamos a los 40 grados al mediodía, así que hacía un calor de muerte. Yo iba vestido con un pantalón corto y camiseta, y mi padrastro se encontraba en bóxers de esos flojos que parecen como tipo short de tela abajo de los cuales se percibía un objeto colgante bastante considerable, además andaba con el pecho al aire ya que en el departamento hacía un calor de muerte y no había clima en la sala.

Deje las cervezas en el refrigerador y me despojé también de la camiseta ya que solo de andar de la cocina al salón ya estaba sudando, así que con una cervecita en la mano cada uno nos pusimos a ver el partido. Los dos ponemos bastante énfasis cuando vemos el fútbol así que entre eso y la bebida no paramos de dar chillidos y puñetazos contra la mesa.

Así transcurrió todo el partido hasta que terminó. Las Chivas habían perdido, mientras nosotros llevábamos ya tres cervezas e íbamos por la segunda cubita, ya que mi padrastro bebe mucho y además te hace beber a su ritmo, así que yo ya estaba un poquito mareadito y con el calor, la cosa no iba bien.

De repente me dijo «haber película encontraste», y activó el Netflix en la televisión de la sala. Al iniciar sesión en mi cuenta como ustedes saben lo primero que aparecen son las películas añadidas a la lista. Ahí estaba la película de acción que había añadido en la tarde. Sin embargo no me di cuenta que en ese mismo espacio había añadido una película de esas cosas raras y eróticas de portada muy sugestiva. Él la vio y me volteo a ver y me dijo «aja, esa se ve rica», así que la puso en reproducción.

La película comenzó a ponerse cachonda y empezaron a salir buenos culos y viejas impresionantes, con eso y con el calor de la bebida, noté que mi verga se empieza a enderezar, lo cual se me nota bastante ya que no tenía camiseta y el pantalón corto sujetaba menos que nada.

Muerto de vergüenza, meto mis manos en los bolsillos para disimular y me da por mirar a mi lado, y sorpresa!, mi padrastro tiene un bulto inmenso en el calzoncillo que hace que se levante. Ver eso me produjo un escalofrío, ya que nunca antes había visto a un hombre empalmado, y a menos de medio metro.

La situación me empezó a poner cachondo. De repente mi padrastro me mira, se rié y me pregunta que porqué estoy tan nervioso, yo le respondo como con voz cortada que no estaba nervioso y él sin avisar, me mira y se mete una mano por debajo del calzoncillo. Yo pude ver perfectamente como se estaba masajeando ese enorme verga por debajo del calzón, eso me pusó a mil, así que yo también me meto también la mano debajo del pantalón y comienzo a masajear mi pene que ya por entonces tenía una erección bestial.

Pasamos un rato masajeándonos, viendo la película hasta que se da la vuelta y me pregunta si me daría pena que se quitase el calzoncillo, ya que una buena paja tiene que ser «al aire libre».

Yo, cada vez más nervioso pero a la vez más excitado, le digo que para nada, que haga lo que quiera, y antes de que termine tiene fuera una verga de unos 23 cm, impresionante, gruesa y enorme, a la que comenzó a comienza a tirarse para atrás del prepucio.

A mí esto me estaba sacando de órbita, estaba ya que no podía más, y además de la película ¡tenía a mi padrastro con una verga enorme a mi lado haciéndose una paja bestia!.

No entendía bien lo que pasaba pero al rato yo también me había quitado el pantalón y el calzoncillo y estaba meneándome desnudo a su lado. Hasta que no sé por qué, ni aún hoy sé qué es lo que pasó que mi padrastro comenzó a acariciarme mis muslos y fue subiendo hasta llegar a mis bolas.

Le miro y él, sin retirar la mirada de mis, ojos me pone su mano encima de la mia y comienza un masaje sobre mi pene que me sentó a gloria. En esto está que de repente se agacha y empieza a darme besos en la punta de mi pene.

Yo empiezo a entrar en éxtasis, la situación morbosa de estar con mi padrastro desnudo y teniendo sexo me excitó muchísimo, así que yo le dejé hacer, retiré mis manos y dejé que se recreara con su boca.

Él mientras tanto ya se la ha introducido y comienza a efectuar una mamada que me estaba dejando sin energía. Era tal la mamada que al rato yo le estaba avisando de que me iba a venir.

Él, sin moverse un pelo, lo que hizo fue acelerar el ritmo de la mamada, así que lo que consiguió fue que me viniera salvajemente en su boca. Fue un orgasmo tremendo, el semen le caía por entre los labios ya que hacía el esfuerzo por tragárselo pero he de decir que me corrí como nunca, no le daba tiempo de tragárselo todo.

Cuando termine del clímax él siguió chupando hasta que se levantó, se puso de pié y me puso a la altura de mi boca su tremenda verga, dura y con una erección tremenda y yo, sin pensármelo me la metí en la boca. Qué sensación tan buena, es algo que conoces tan bien (un pene) pero es a la vez tan desconocido ya que no tiene nada que ver con propio. Así que comencé la primer mamada de mi vida. 

No tenía experiencia, pero le hice lo que me gustaba que mis viejas me hicieran a mi, así que le bajé el prepucio hasta el final y comencé a pasar mi lengua por su frenillo. Me entretuve un rato jugando con él y después me introduje toda su cabeza. Era enorme, no me cabía casi en la boca y eso que tenía sólo la cabeza dentro.

Mi lengua se entretuvo un tiempecito en su pequeño agujerito hasta que me coge por la cabeza y empieza un mete-saca cogiendo mi boca. Yo estaba excitadísimo, mi pene estaba erecto otra vez así que yo me dejé hacer lo que él quería mientras que comencé a frotar mi verga de nuevo.

Él de repente empezó a gemir, mientras noté como su pene se comienza a hinchar y al rato tengo mi boca llena de sus jugos más íntimos,¡mi padrastro se había corrido en mi boca! Yo me tragué todo lo que pude, era un gusto raro pero muy excitante.

Me levanté cuando le dejé la polla limpia y le di un beso intercambiando fluidos. Mi lengua comenzó a jugar con la suya, comencé a explorar su boca y de repente, uno frente al otro, noté como su pene comienza a empalmarse de nuevo y roza el mío que ya llevaba un buen rato en acción. Ese momento fue buenisimo, casi me corro de la sensación de palpar con mi pene erecto su cabeza en crecimiento.

Mi padrastro terminó el beso, se masajeó largamente el miembro y me dijo, buenas noches, y se fue a acostar. Yo me quedé masturbándome por todo le que me había pasado. Una experiencia genial.

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