Esta noche he tenido un sueño realmente perturbador con mi mejor amigo Oscar, y quiero ponerlo por escrito, aunque adornado. Me llamo Alfredo, tengo 44 años y felizmente casado. Soy heterosexual, aunque alguna vez he fantaseado con acostarme con un hombre. Mi mejor amigo se llama Oscar y también está casado.

Era casi finales de un mes de Agosto tremendamente caluroso, por motivos laborales y al igual que mi amigo Oscar, tuvimos que quedarnos trabajando en la ciudad, mientras nuestras esposas se fueron de vacaciones con sus familias a sus respectivos pueblos.

Aquel viernes mi móvil sonó, era Oscar, y me propuso un plan apetecible, salir a cenar unas pizzas y tomar unas copas en los pubs de ambiente de la ciudad. Sin nada mejor que hacer acepté su propuesta y salimos.

Lo pasamos de fábula, cenamos, bebimos, intentamos vacilar con unas milf, pero nada de nada. Sobre las 3 de la mañana, y muy perjudicados sobre todo por los mojitos, cogimos un taxi y nos fuimos. Oscar y yo vivimos a escasos cinco minutos y el taxi nos dejó en su casa.

Oscar bastante borracho no acertaba a encontrar las llaves de su casa, al final tuve que meter la mano en el bolsillo de sus bermudas para coger yo las llaves, lo hice y sin querer toqué la verga de mi amigo, lo cual, me perturbó.

Subimos a su casa, abrí la puerta y llevé como pude a Oscar hasta su dormitorio. Lo tumbé en la cama, Oscar cayó como un leño totalmente dormido. Dejé las llaves encima del cabecero de su cama de matrimonio y me fui. En el pasillo una extraña excitación y turbación me invadió, volví al dormitorio y empujé la puerta. Oscar dormía, puse mi mano en su hombro y lo sacudí un poco. Oscar gruñó pero no se despertó.

Creo que fue la mezcla del alcohol y el hecho de haber rozado la polla de mi mejor amigo al sacar las llaves de su bolsillo lo que hizo que mi mano se posase sobre el paquete de Oscar y lo comenzase a acariciar. Oscar se agitó nuevamente pero no se despertó.

Con mucho cuidado baje sus bermudas hasta la rodilla, su slip era de color rojo. Mi corazón latía con mucha fuerza y mi mano nuevamente se posó sobre el bulto de Oscar. Mi mano se volvió audaz y se introdujo dentro de su slip. La polla de mi amigo empezó a dar señales de vida, bajé su calzoncillo y pude ver la verga de mi mejor amigo. Mediría unos 15 cms en reposo pero me llamó la atención lo gorda que era. Ese pedazo de carne reposaba sobre el vientre de mi amigo.

Preso de la excitación cogí con mi mano la polla de mi amigo y le dí un pequeño beso justo en la punta. Con mi lengua procedí a lamer el tronco de su verga hasta llegar a sus huevos, grandes y peludos. Me metí uno en la boca y lamí con suavidad.

Realmente no se que es lo que me ocurría pero estaba totalmente fuera de mí, con una calentura como nunca había sentido. Con una mano empecé a masturbarme mientras seguía tocando a mi amigo.

Mi boca nuevamente subió por el tronco de su verga. De repente la mano de Oscar agarró mi cabeza y dijo:

-Sigue por favor.

Yo intenté retirarme, pero la mano de mi amigo apretó con fuerza mi cabeza sobre su polla y finalmente, fuera de mí, me metí su verga en mi boca. Mis labios bajaron el prepucio de Oscar y empecé a lamer su frenillo mientras mi amigo jadeaba y gemía. Al poco rato líquido preseminal emanaba de aquel pollón, que ya en plena erección medía unos 22 cms, succioné sus líquidos como un poseso.

-Para por favor no quiero correrme todavía, dijo Oscar.

Oscar se incorporó con su miembro totalmente empalmado, y se despojó de la camiseta, las bermudas y sus calzoncillos quedando desnudo.

-Desnúdate dijo Oscar.

Me levanté de la cama, me quité la camisa y baje mis pantalones. Oscar se acercó a mí y metiendo sus manos por debajo de mi slip totalmente mojado me sobó el culo, mi polla y mis huevos.

Me sentía en la gloria, mi mejor amigo me estaba acariciando, magreando y metiendo mano, al instante me puse a jadear como un perro.

-Desde que se fue mi mujer no he follado y tengo una calentura tremenda, dijo Oscar.

-Yo no hago más que matarme a pajas, dije yo.

Oscar y yo nos tumbamos en su cama de matrimonio, mi amigo acercó su cara a la mía y me dio un tremendo morreo, su lengua intentaba entrar en mi boca, yo la abrí y nos besamos como posesos. Nuestras lenguas se entrelazaron y su saliva entro en mi boca.

Puse mis manos sobre las nalgas de Oscar, sorprendentemente eran muy suaves, apreté sus cachetes y empujé a mi amigo hacia mí. Oscar por su parte bajo una de sus manos hasta mis rodillas, empezó a subirla por la cara interna de mi muslo. Finalmente, Oscar levantó mi pierna e introdujo su pierna entre las mías. Nuestras pollas se tocaron por primera vez y creí en ese instante podría llegar a correrme sin tocarme.

Agarrando nuestras nalgas Oscar y yo empezamos a embestirnos como si nos estuviésemos follando a nuestras esposas. Nuestras pollas y huevos chocaban entre sí, los dos gemíamos y jadeábamos como dos perras en celo.

Dejamos de besarnos y la cabeza de Oscar bajo por mi torso lamiendo mis tetillas y mordiendo mis pezones, lo cual hizo, que mis jadeos aún fuesen más intensos.

Oscar llevaba la iniciativa su boca bajó por mi vientre, abrió totalmente mis piernas, me levantó por la cintura y una de sus manos empezó a magrear y apretar mis nalgas. Su lengua empezó lamer mi verga mientras su otra mano masajeaba mis cojones a su total antojo y disposición. Oscar se metió mi polla en su boca y empezó a lamer y succionar con fuerza.

Debo reconocer que ni siquiera mi esposa era capaz de darme el placer que oscar me estaba proporcionando con aquella felación. No pasaría mucho tiempo sin correrme.

De repente, Oscar cesó con sus masajes y mamada.

-Continúa, te lo suplico acerté a decir.

-Déjame hacer dijo mi amigo.

Oscar se tumbó a los pies de la cama, separó mis piernas e introdujo su entrepierna hasta llegar a la mía, hicimos una tijera, agarrándonos nuestras piernas empezamos nuevamente a empujar, nuestros huevos y nuestras pollas chocaban una y otra vez provocándonos verdaderos aullidos de placer. Oscar fue más lejos aún, con una de sus manos cogió los capullos de nuestras vergas, los apretó con su mano fuertemente y con el roce de nuestros glandes comenzó a hacer, en mi caso, la mejor de las pajas de toda mi vida.

Puse mi mano sobre la de mi amigo y apretando con más fuerza si cabe incrementé el ritmo de nuestra mutua y frenética masturbación.

Pasados pocos instantes grité: me corro Oscar me corro. Oscar también gritó que se corría y entre grandes espasmos los dos tuvimos un gran orgasmo. Los dos nos corrimos casi a la vez con grandes espasmos, grandes chorros y borbotones de leche mancharon la mano de Oscar y también nuestros vientres.

Oscar sentó en la cama y abrió su mano, nuestra leche se había mezclado. Instintivamente procedí a lamer la mano de amigo chupando nuestra lecha, Oscar también hizo lo mismo. Los dos dejamos limpia la mano de mi mejor amigo, entrelazando nuestras lenguas.

-¿Te ha gustado? dijo Oscar.

-Ha sido diferente, muy excitante contesté.

-Quiero que me folles el culo dijo mi amigo.

Antes de que pudiese decir nada, de un empujón Oscar me tiró encima de la cama. Su mano agarró mi verga y empezó a masturbarme nuevamente, su boca se tragó mi polla y comenzó una nueva mamada. Se la tragó entera, me comió los huevos e hizo que mi verga nuevamente se empalmase.

Oscar sacó un tarro de lubricante y me dijo: fóllame. Mi amigo se dio la vuelta y separo sus nalgas, viendo su esfinter en todo su esplendor. Me acerqué y procedí a pasar mi lengua por la raja de su ano, mi lengua llegó hasta sus huevos, los cuales, acaricié y succioné entre gemidos de mi amigo. Subí mi lengua otra vez por la raja de su culo hasta su esfinter e introduje mi lengua en su ano.

Oscar dio un aullido de placer, sigue cabrón sigue dijo. Me quedé alucinado, el ano de mi mejor amigo estaba muy dilatado.

-Oscar a ti te han follado el culo antes acerté a decir.

-Una de las fantasías de mi esposa cuando follamos es darme por el culo con un consolador, dijo mi mejor amigo. Fóllame, quiero sentirte dentro.

Totalmente excitado por la intimidad que me había contado Oscar, extendí lubricante en mi empalmada polla y en el ano de mi amigo, pasé mi verga por toda la raja de su culo y poco a poco fui introduciendo mi capullo en su ano. Apenas noté resistencia y mi verga entró dentro del culo de Oscar. Lo monté, el mete saca fue bestial, la polla y huevos de Oscar se bamboleaban de un lado a otro con los golpes de mi embestida. Mis huevos chocaban con su culo mientras mi amigo se pajeaba gimiendo y jadeando. No aguanté más me corrí dentro del culo de Oscar y trallazos de lefa inundaron el culo de mi amigo. Quedé exhausto.

Pasado un rato descabalgué a mi amigo. Ha sido increible acerté a decir mientras Oscar se afanaba en limpiar mi polla con su lengua.

-Necesito follarte dijo Oscar. ¿Eres virgen del culo?.

-Si nadie me ha follado por detrás contesté.

-¿Quieres que te de por el culo?, tengo práctica con mi esposa dijo Oscar.

-Si por favor, lo necesito, quiero que me partas el culo contesté.

A continuación Oscar dijo una cosa que me alucinó: voy a follarte como follo a mi esposa, quiero que te pongas unas medias y un tanga suyo, quiero follarte vestido de mujer, ¿aceptas?.

Mi excitación al saber que iba a ser follado por mi amigo me hizo aceptar su proposición. Oscar fue hasta la cómoda, sacó un tanga negro de encaje trasparente, unas medias a juego hasta medio muslo y un vibrador de tamaño medio pero muy gordo. Póntelo, ordenó.

Me senté en su cama de matrimonio, me puse las medias, eran muy suaves aunque me apretaban los muslos. Me puse el tanga, me estaba pequeño, mi polla se salía por uno de los laterales, y el hilo se introducía en mi culo.

Oscar se había sentado en una silla y muy lentamente, con verdadero deleite, se masturbaba viendo como me vestía de mujer. Su enorme y gruesa verga estaba otra vez preparada.

-Estas muy guapa, me dijo.

-Gracias contesté, me siento un poco putita.

-Es lo que eres en este momento, una zorra, una puta a la que me voy a follar ahora misma. ¿quieres ser mi puta? ¿quieres que te folle?.

Las palabras de Oscar tuvieron un efecto inmediato en mí, mi excitación se incrementó hasta límites desconocidos, Oscar mi mejor amigo me estaba tratando como a una zorra, como a una puta, como a su puta, y me gustaba ese rol.

-Si Oscar, fóllame, quiero ser tu puta, quiero que me folles como un perro folla a su perra, quiero que me des por el culo, que me lo partas y me llenes, quiero que te corras dentro de mi quiero tu leche en mi culo.

Oscar me hizo desfilar delante de él mientras se masturbaba, cada vez que me acercaba aprovechaba para apretar mi verga por encima del tanga, para darme pellizcos en el culo y darme nalgadas hasta que mis cachetes quedaron doloridos, mientras que profería todo tipo de insultos y obscenidades: puta, perra, zorra, como me gustaría que te viese tu esposa follando conmigo ….

Oscar no aguantó más me tiró contra la cama y separando el hilo del tanga comenzo a comerme el ano, yo gemía y jadeaba como una buena perrita. Oscar me echó lubricante en el ano e introdujo uno de sus dedos en mi esfínter. Di un grito, me duele dije.

-Calla perra contestó Oscar, vas a disfrutar de tu macho como nunca lo has hecho.

Hasta tres dedos de Oscar se introdujeron en mi ano dilatándolo, mis nalgas se movían al ritmo de sus dedos y muy pronto mi dolor fue sustituido por placer.

-¿Gime mi zorrita?, ¿te gusta cabrón?.

-Si por favor dame duro, fóllame ya contesté.

-Suplica puerca, dijo mi mejor amigo.

-Fóllame mi macho, lo suplico lo necesito, contesté.

De repente algo invadió mis entrañas, Oscar introdujo el vibrador de su esposa en mi ano. Me taladró, me dolía pero el placer era superior. Oscar accionó el aparato incrementando poco a poco, de forma maquiavélica, su potencia hasta el máximo. Me corrí sin tocarme con el vibrador dentro de mi culo. Oscar se rió a grandes carcajadas y dijo:

-Te has corrido zorra, ahora vas a tener tu castigo perra asquerosa.

Oscar sacó el vibrador de mi culo y de un solo golpe me introdujo su enorme verga en mi culo. Llegó hasta mis entrañas, mucho más hondo que el vibrador y empezó a embestirme como un loco insultándome y humillándome. Su polla entraba y salía de mi culo con total facilidad. Con una de sus manos me apretó mis testículos con mucha fuerza.

-¿Dónde quieres que me corra cerda?, dijo mi mejor amigo.

-Córrete dentro quiero sentir tu leche dentro de mí, quiero que te corras dentro de tu perra.

Al oir mis palabras Oscar incrementó el ritmo de sus emebestidas, de repente tuvo una especie de espasmo, se arqueó y comenzó a correrse dentro de mí, note como unos cinco o seis trallazos de leche en mi culo.

-Me corro zorra me corro dentro de ti cabrón de mierda, dijo calléndose encima mío.

Estuvimos un rato en esa posición, Oscar mi mejor amigo encima mío, yo completamente empalado por su verga. Noté como su enorme pollón perdía su erección y finalmente Oscar me descabalgó.

Su leche salía de mi culo manchando mis huevos y mis muslos. Oscar cogió con su mano su abundante corrida e hizo que me la comiese como una buena perra. También me hizo limpiar con mi propia boca aquella verga que tanto placer me había proporcionado, todo ello mientras me daba pollazos contra mi cara y me humillaba diciéndome lo perra y zorra que soy.

Cuando nuestras esposas no están receptivas, Oscar y yo nos buscamos cualquier escusa y follamos como perros en un hotelito que conocemos.

Un saludo y disculpar la extensión del relato

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