Caminaba por una calle oscura, un auto se detuvo y 4 hombres armados me hicieron subir en el. Tenía 17 años y venía de casa de un amigo. Los hombres me tuvieron con la cabeza baja todo el tiempo.

El que funjía de jefe vió mis documentos y dijo: «Nos equivocamos, este no es a quien buscamos». Rogué que me dejaran y este dijo: «Ya veremos». Me llevaron a un galpón en un área industrial, allí me ordenaron desnudarme. El Jefe, me miró y tomándome por los hombros me hizo girar y dijo: !Qué nalgas tan lindas tienes! y ordenó que me ataran a la cama.

Comprendí lo que quería y empecé a luchar, pero aquellos hombres eran mucho más altos y fuertes que yo. Me ataron los brazos y piernas a las esquinas de la cama y quedé indefenso. Uno de ellos colocó unas almoadas bajo mi vientre y mi cola quedó totalmente expuesta. Los hombres salieron y el jefe empezó a lubricarme con vaselina, dilatandome sin apuro con sus dedos.

Yo rogaba y suplicaba que me dejara. Finalmente se montó sobre mi y me dijo que mirara al espejo junto a la cama. Dime que vez, dijo. Miré y vi mi cuerpo blanco y desnudo, con mi cola levantada, y aquel enorme y musculoso hombre negro, con su pene totalmente erecto acercandose a mi trasero. No, no, por favor, es muy grande, vas a hacerme mucho daño, dije, pero el no escuchó.

Me dio una fuerte nalgada y me dijo que me castraría si no describía lo que veía y sentía. Describí mi cuerpo indefenso, su oscuro y musculoso cuerpo, su enorme pene, lo que sentía. Hablé hasta que lo empujó profundamente, entonces dí un fuerte gemido y sentí como aquel pene llenaba todas mis entrañas. Me dolía mucho, pero sus embates calmarón mi dolor.

El empezó a cogerme con lujuria, jadeando ruidosamente, mientras yo lloraba de humillación y verguenza. Al acabar empezó a besarme el cuello y la espalda y me dijo: Mi vida, te vas a enamorar de mi, me gustas mucho. Poco después me poseía por segunda vez. Esa noche me hizo suyo dos veces más y me obligó a satisfacerlo oralmente y beberme todo su semen. Me beso con ternura y me dijo que llamara a casa y dijera que todo estaba bien.

Estuve secuestrado varios meses, Johan me hacía el amor cada noche y era el único contacto humano que tenía y terminé enamorandome de el y satisfaciendolo sexualmente en todo. Luego de 5 meses me dejó ir, pero cada fin de semana regresaba con el, y empecé a afeminarme para gustarle más. Johan fue mi pareja por 6 años, y un día simplemente desapareció. Nunca supe nada más de él.

He tenído sexo con mujeres, pero Johan me enseño a disfrutar a un macho y ser su hembrita, y eso me gusta mucho. Hace poco en un pueblo de la costa conocí a un negro enorme y muy bien dotado, resultó ser muy tierno, y lujurioso y me convertí abiertamente en su mujer. Pero nunca podré olvidar a mi primer hombre, el hombre que cambió mi vida para siempre

¡Comenta! (No es necesario registrarse, solo escribe el comentario y da ENVIAR)