Un profesor me hizo ir a su oficina, allí me sentí mareado, dos horas después no recordaba nada y me dolía la cabeza. Me llevó a mi casa y me dijo que me daría un regalo especial.
No entendí nada, fui a mi habitación y sonó el teléfono, al verlo me vi desnudo chupándole el huevo a un hombre y un mensaje que decía: abre tu e-mail.
El mail había sido enviado por mi profesor. En el e-mail decía: Ven a esta dirección ahora o enviaré estas fotos a todos tus contactos. A continuación me veía besandome con un desconocido, levantando mi cola hacia su pene erecto, chupandole el sexo.
Acudí a la cita muy asustado y humillado. Tenía una molestia en el ano y pensé que había sido violado, pues había fotos en las que el desconocido había deslizado sus dedos en mi ano.
Al llegar el profesor me abrió la puerta y ordenó: Desnúdate. Vacilé y me dijo: Si no haces lo que te digo enviaré todas las fotos a tus amigos y familia.
Me desvestí avergonzado y el me llevó frente a un espejo y dijo: Mira que hermosa te ves toda depilada. No había notado que me habían depilado completamente. Javier, a partir de hoy te llamaré Jenny, dijo. Tomó un tarro y puso algo muy baboso en mi ano. Vi que se desnudaba y le rogue que me dejara, pero el no escuchó, se paró tras de mi y me ordenó que me viera en el espejo. Puso su glande en mi ano y empezó a empujarlo hacia dentro.
Me tuve que parar en puntillas y el doblo un poco sus piernas y siguió empujando. Sentí como aquel miembro se iba hundiendo en mi ano. Estaba muy asustado y no se porque mi pene se erectó. Mira Jenny, mira cuanto te gusta. Comenzó a dolerme y retrocedio. El empujaba con fuerza y lo hundía lentamente. Volvió a dolerme y retrocedió de nuevo. Siguió empujando y di un chillido, sentí que me había desgarrado por dentro, y su pene se hundió hasta la base. Me sentí completamente lleno, completo, sometido.
El comenzó a cogerme y el dolor cedió y yo empecé a eyacular, veía el esperma saliendo y de pronto explotó un orgasmo increible. No pude reprimir mi placer y grité ruidosamente de gozo. Además sus embates prolongaron mi orgasmo. Quedé desfallecido y temblando, poco después sentí como eyaculaba dentro de mi.
Al acabar beso mi cuello y orejas diciendome: Jenny, mi Jenny, tienes el trasero más rico y apretadito que haya gozado en mi vida. Salió de mi cuerpo y me besó con pasión largo rato. Luego me condujo a la ducha y allí di placer a un hombre oralmente por primera vez en mi vida.
El Profesor luego me hizo cabalgar sobre su virilidad y darle placer con mis movimientos.
Tres horas después salí de su casa. Vestía un jean strech de mujer y dejajo llevaba un hilo dental. En el tren me miraban y yo me sentía avergonzado. En la mañana recibí un video en el que se veía el momento en que había perdido mi virilidad y me decía. Ven a casa, vamos a la playa, viste lo que te llevaste anoche.
En el tren dos negros me dijeron cosas sucias, le conté al profesor y el rio diciendome: “Jenny, quien no querría cogerse a una hembrita bella como tu”. Me llevó al baño y me maquilló muy bien, pintó mis uñas, y me puso un hilo dental de traje de baño, partimos deteniendonos en la carretera, donde me hizo bajar con el. Muchos hombres me miraban y lo noté.
Al llegar a la casa de playa me hizo el amor con lujuria y me llevó luego a tomar Sol. Muchos hombres me miraban y el profe me dijo: Te vez hermosa, debes dejar crecer tu pelo y hacerte una cola, las putas usan mucho colas de caballo en su cabello. Durante dos años fui la hembra del profesor, quien se esmeró en feminizarme. Me ofreció sexualmente a muchos hombres por dinero. Ejercía un dominio absoluto sobre mi.
Al dejarme no pude volver a ser un hombre y ahora soy un homosexual pasivo, tengo un novio que dice que me ama y quiere casarse conmigo. Ese fue el regalo que me dió mi profesor