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En los baños de la biblioteca

Me empece a excitar por lo que decían los recados de pronto oigo que alguien entra a el baño de a lado pero no le tome importancia.

Engañando a su mujer… con otro casado

Abrió su bragueta y su excitada verga grande, con su cabeza roja y brillante salió como si tuviese vida propia. Francisco lo miraba con ojos admirados y su mano no pudo resistir la tentación y tímidamente pasó los dedos…

Mi padre, mi amante

Comenzó por meter un dedo, eso me puso como loco, me termine de desnudar e intente seguir con mi trabajo, pero mi padre me tomo de las axilas y me atrajo hacia el…

La curiosidad, convirtió al hetero

Me sorprende al ir entrando por la parte de abajo, que rica sensación… Ir sintiendo que entraba y empieza a rozar mis bellos de las piernas con su boca, siento sus labios ir besando, lamiendo los pies, piernas…

Encuentro en cine porno gay

Como la posición en la que estábamos era poco confortable, me ofreció que fuéramos atrás de todo para que estuviéramos más cómodos, a lo que contesté que sí.

Comprando caricias en la alameda CDMX

Es un día normal, tú empiezas a caminar rumbo a la Alameda a ese lugar tan bonito, lleno de arboles y fuentes, pero tú no la visitas por eso sino por sus demás atractivos que tiene, de pronto te detienes ahí, junto a la fuente principal.

Se me insinuó el vigilante

Ya eran muchas veces la insinuación, o era mi imaginación o el vigilante de la unidad daba entrada para algo mas, cada vez que entraba o salía en el auto me saludaba o se sobaba la verga por encima de su uniforme negro de vigilante.

Cruising con un cholito en el centro comercial

Entro un chavo como de 27 años, vestía tipo cholo , con una bermuda grande y tenis así como sudadera muy holgada y una gorra de béisbol, era corpulento o así lo aparentaba por su vestimenta, moreno claro de facciones atractivas y varoniles y barba de candado, paso por detrás de mi y se dirigió a los privados yo lo seguía con el rabillo del ojo y al ver que iba a entrar a uno de los sanitarios no evite el voltear para poder apreciar mas detenidamente que haría.

Con el agente de la procuraduría

Eran las once de la noche, yo me encontraba en la zona rosa del la ciudad de México, un lugar muy bonito y propicio para los amores rápidos y candentes.

¡Me urgía dar las nalgas!

Respondió a mi lengua enseguida. Me la metía hasta el fondo, sintiéndola en lo más profundo de mi garganta, la sacaba para centrarme en el glande, gordo y sabroso, aún con restos de orina que lo hacían más apetecible.

error: ¡Hey! Jálatela, no te los lleves.