Relatos eróticos gay en español
Camine en seguida me detiene uno que venía asia ellos espera tu predicas la palabra de señor verdad respondí si ven lee unas páginas a nuestra casa Caminamos hacia ella entrando estaba todo desordenado ropa trastes sucios calzones tranquilo no te va a pasar nada lee …
Me bajo el shorts me levanto con sus brazos de ambas piernas y me cargo el estando de pie me subió a su pecho y me tenía bien abierto por mis piernas a los costados de los brazos yo ansioso por lo que iba a pasar
Esto pasó en una ocasión que todos en casa se fueron a trabajar muy temprano, como de costumbre. Yo iba a la universidad, pero desperté un poco enfermo y mis papás accedieron a que me quedara en casa a descansar.
La fórmula siempre es la misma: las cervezas, la falda. El mensaje clave para saber que queremos vernos es: ¿Qué onda Doc, cuándo mi chequeo mensual?.. Y siempre termino lleno de su leche, bañados en sudor. Desde hace ya 4 años.
Siempre le traje ganas, y por mi físico dificilmente me voltearía a ver… hasta que me pidió que le regalara unos boletos y por fin lo pude tener.
Después de varios años, nuestras pláticas se volvieron más intensas y poco insinuantes, ya había coqueteo por ambas partes y ese jugueteo me encantaba.
Mi nombre es yoni, soy maestro actualmente en una comunidad, tengo 22 años y esto que les voy a contar sucedió hace unos meses antes de que pasara todo esto del covid. Empezaré por contarles que tengo un alumnito que Leer más
Ya caliente se quitó la cobija veía como pasa la luz dentro del camión cómo se retorcía de placer y mis labios le succionan hasta la última más gota de leche.
Paso el tiempo y Zeus ya no cabía en mi cama así que se empezaba a acostar a lo largo de mí, a la derecha en ese entonces se acostaba Arriba de las cobijas muy grande que lo abrazaba parecía un hermano menor.
Me dio las buenas noches y me dio la espalda. Le consteste que igual. Me di la vuelta y apague la luz. Nos quedamos en posicion fetal con nuestros culos pegados. Ante esta situacion mi polla estaba a punto de estallar y con un susurro de dije “Manolo, te quiero mucho”.