Todo ocurrio un par de años atras durante el mes de agosto. En ese momento yo estaba muy deprimido porque habia terminado hace poco con mi novia de toda la vida.
Asistia a la universidad donde conocia a mucha gente. Tenia un profesor muy joven y atractivo que hacia clases de ingles. Yo sabia que el era gay, y no tenia ningun prejuicio sobre eso.
Un dia en su clase me noto muy cabisbajo. Me pregunto que me sucedia y yo le conte lo de mi ruptura sentimental. Empezamos a charlar sobre el tema y me decia que pronto lo superaria.
LO MÁS RECIENTE
Aprovechando que estábamos solos me animó a que probara nuevas experiencias, que mucha gente lo hacia para superar estas cosas. Me dijo que el podía consolarme, que si yo quería el podía hacerme olvidarla. Le dije que le agradecía por su preocupación, pero que yo era
heterosexual. Me dijo que si cambiaba de opinión, el estaría ahí.
Al acostarme esa noche empece a pensar lo que me había dicho. Empece a imaginarme como sería hacerlo con un hombre. Al principio sentí que estaba mal lo que pensaba, pero poco a poco empezó a excitarme la idea, y descubrí que me causaba gran placer. Esa noche me masturbe como hace mucho tiempo no lo hacia.
Al otro día lo vi. Él me saludo, pero nada mas. No me atrevía a aceptar su propuesta, no quería que pensara que era tan puto. Estaba esperando que el me dijera algo. No paso nada durante todo el mes. Estaba desesperado. En lo único que pensaba era en entregarme completamente a él, que hiciera conmigo lo que quisiera.
Quería ser su mujer, que me penetrara con toda su verga, por la boca y por el culo. Queria probar su leche y tragarmela toda.
Ya habia perdido las esperanzas de que me dijera algo. Asi que decidi tomar la iniciativa. Me acerque a el y le dije que si podíamos hablar despus de clases. Él me pregunto de que quería hablar. Yo le dije que sobre lo que habíamos conversado hace un tiempo.
Por la expresión de su rostro me di cuenta que el habia adivinado mis intenciones.
Nos encontramos a las 6 de la tarde en un cafe cercano a la universidad. Empezamos a hablar. Le pregunte si aun estaba en pie la propuesta que me habia hecho. El me respondió afirmativamente mientras su cara irradiaba felicidad. Yo le sonrei levemente.
Despues de un rato de charla nos fuimos a un motel cercano que el conocia.
Al llegar a la habitacion me recoste en la cama. El sentia mi nerviosismo asi que me siguio y empezo a besarme la boca. Sus dulces besos lograron tranquilizarme.
Luego de unos minutos me levante de la cama, mientras el aun recostado me miraba con deseo. Me acerque nuevamente el y empece a quitarle los pantalones. Al quedar en ropa interior note su gran paquete.
Mi corazon estaba latiendo a mil por segundo. Le quite la ropa interior y su increíble masculinidad quedo expuesta ante mi. No lo podia creer. Era tan bello lo que estaba viendo que solo atine a besarle el pene y las bolas con suavidad.
Después de ese primer contacto sentía que iba a explotar. Me mete ese gran ejemplar a mi boca y lo empece a mamar como si fuera la ultima vez que lo haría. Su cara de placer me dio gran alegría porque indicaba que estaba haciendo bien el trabajo.
Paso un rato hasta que finalmente termino en mi boca. Aun sin tragarme esa exquisita y tibia leche, me acerque a el para besarlo y compartir ese suave manjar.
Sus besos me tenian loco. Le decia que yo era su puta y que podia
hacer conmigo todo lo que quisiera. Despues de un rato, estando ambos desnudos, me pidio que me volteara y que levantara la cola, a lo yo cual accedi de inmediato. Con su lengua empezo a mamarme el ano, con lo cual yo me sentia en las nubes.
Empeso a penetrarme con sus dedos, preparando mi culito virgen para acoger esa grande y gruesa verga que poseia. Estaba impaciente y solo queria que me la metiera. Con mi ano lubricado con su saliva empeso lentamente a meterme la cabeza su miembro.
Mi felicidad era inmensa, todo lo que había soñado desde un mes atrás se estaba haciendo realidad. Estaba tan excitado que empece a eyacular, mientras el con su vaivén metía y sacaba su pene de mi dilatada colita. Todo era una fiesta. No amamos con pasión y ternura hasta bien entrada la noche.
Después de esa primera vez lo hicimos en numerosas ocaciones, pero esas son otras historias.