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El video que todo me cambió

El vídeo
Soy un hombre heterosexual, o eso creía, hasta ahora. Me había separado de mi esposa y estaba un tanto bajo de ánimo.
Tengo 52 años y la verdad es que, desde hacía mucho solo había estado con ella. En este momento tampoco quería buscar a ninguna otra, ya que había sufrido mucho.
Una noche, en la que no sabía que hacer, entre en una página de Internet y me puse a ver vídeos eróticos, pero me aburrí enseguida, cuando había decidido salir de allí, vi que había un apartado de porno gay y decidí entrar en él. Comencé a pasar vídeos hasta que descubrí uno que me llamó la atención, era un chico joven, alto delgado con un hombre de mi edad, se encontraban desnudos en la playa. El hombre maduro, casualmente tenía un físico similar al mío. Estaban sobre una toalla, el hombre maduro comenzó a lamer el cuerpo de su compañero, su lengua bajaba por su cuello, su pecho, su torso hasta llegar a su polla, el maduro pasaba su lengua por ella, al joven se le escapó un gemido, y la metía en su boca y la chupaba. Sus labios subían y bajaban y aquella polla crecía y crecía, como la cara de placer del joven.
Aquello, no sabía muy bien porque, me estaba excitando, tenía mucho calor, tuve que quitarme la camiseta, mientras aquel maduro seguía chupando esa polla con ganas. Finalmente, el maduro se detuvo, la polla del joven estaba enorme y dura como una piedra, lo que hizo que el maduro se sentara sobre ella y la introdujera dentro de su culo, profiriendo un enorme grito de placer. Antes de comenzar a cabalgarla con fuerza.
Aquello elevó mi temperatura todavía más, tuve quitarme el pantalón y quedarme desnudo y comencé a acariciar mi polla que terminó de ponerse dura enseguida.
¿Qué me pasaba? Imaginaba que yo era aquel maduro y que la polla de ese chico estaba dentro de mí, me encantaba la sensación, sentía tanto placer. Yo era quien cabalgaba esa polla tan grande, quien subía y bajaba, mientras él sujetaba mis caderas y apretaba mis nalgas. Hacía tiempo que no sentía tanto placer y quería más. Hasta que mi cuerpo comenzó a temblar, mis manos movían mi polla cada vez más rápido hasta que terminó explotando y salió un enorme chorro, acompañado de mis gritos y gemidos. Me quedé tan bien, tan relajado…
El vídeo había terminado hace un rato, yo no vi el final porque imaginé que era el protagonista. Y había disfrutado como un loco.
¿Había sido algo puntual? Tenía que averiguarlo. 
La noche siguiente volví a probar con otro vídeo similar. De nuevo me sucedió algo muy parecido. Otra vez un jovencito, guapo, musuloso y un hombre maduro muy parecido a mí. los 2 juntos, desnudos y abrazados en una cama. Y, como la noche anterior, me veía a mí mismo en el lugar del madurito. Y me excitaba. Lamía su pecho, su torso, mientras mi mano acariciaba su polla. Pronto llegaba mi boca allí y comenzaba a lamerla suave antes de introducirla dentro. El chico gemía. Yo comenzaba a chuparla con voracidad, me encantaba notar como se ponía dura en mi boca, su sabor, todo. Subía y bajaba sin parar, hasta que el chico me hizo detenerme, quería penetrarme, cosa que yo deseaba con locura. Me colocó a 4 patas, abrió con dulzura mis nalgas e introdujó su polla despacio y suavemente, lo que provocó una sensación de placer dentro de mi cuerpo, sensación que se iba incrementando con cada una de sus embestidas mientras sus manos sujetaban con fuerza mis nalgas. No podía evitar gemir sin parar. Y,de nuevo, mientras veía el vídeo e imaginaba que era el protagonista, me masturbaba apasionadamente, hasta volver a tener otro fuerte orgasmo.
No sé si debo volver a ver vídeos así.

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