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El doctor me curó mi malestar: culo reseco

Pues hace tiempo fui a consultar cerca de donde está mi trabajo, era un doctor joven de unos 28 años, no muy alto, blanco, y simpatico, nada feo. Me dio tratamiento para la infecciónd de garganta y todo bien, pasaron unas dos semanas y en uno de esos días de calentura me animé a ir de nuevo al consultorio.

No había nadie, me pasó a su consultorio y me empezó a preguntar cual era el problema. Le dije que un dolor en el bajo vientre asi que me pidió que recostara, me revisó y me pidió bajarme un poco el pantalón pero yo de caliente me lo baje a las rodillas con todo y calzones. La traía bien parada y mojada; no se sorprendió y se sonrió cuando le dije «Mire lo que provoca doc».

No sé si en plan médico o cachondo me revisó los testículos y la verga como para darme algo de gusto. Luego le dije que sentía muy reseco en las nalgas y me dijo que me acostara boca abajo. Me revisaba las nalgas y la raya preguntándome donde era la molestia. Y le dije que sentía el culito muy reseco, tanto que hasta me dolía. Así que se puso un guante y con algo de gel comenzó a tocarme el culito preguntando «¿Aquí?» y yo le decía «Si, un poco mas adentro» y así hasta que tenía todo su dedo adentro, yo nada mas paraba la colita «Si, doc. Ahí mero es la molestia. Cuando lo saca siento un vacío que me duele y muy reseco doc, muy reseco.».

«Creo que ya se lo que tiene» me dijo. Me tomó la mano y se la puso en el bulto. «Hay que aplicarle un tratamiento de crema, adentro» y mientras decía eso me seguía dedeando, yo creo que ya con dos dedos y yo le apretaba la verga que se sentía grande.

Ya luego me bajé de la camilla, le bajé los pantalones y se la mamé como si no hubiera mañana. La tenía grande y gorda, blanca como baso de leche, deliciosa. Luego me puso inclinado, me abrió la nalgas y me comenzó a lamer el culito. Me metía toda la lengua y me jalaba la verga.

Ya luego de un rato me puso en cuatro encima de una bata, se quitó el pantalón y el calzón y me la metió hasta el fondo. Que rico. Lo malo fue que no duró mucho, unos 5 minutos y se vino a chorros, un chingo.
En lo que se limpiaba le comencé a agarrar las nalgas y le pregunté si le gustaba que se la metieran. Me dijo que no mucho, que era mas activo pero lo convencí cuando le dije que probara mi beso negro.

Así que se inclinó sobre el escritorio, le abrí las nalgas y le di el mejor beso negro de la vida. Luego de un rato tenía el hoyo tan abierto que se le iban tres dedos y no se quejaba. Sin decirme nada le acerqué la verga y se le fue yendo despacio hasta adentro, me lo comencé a coger delicioso. Apretaba y se sentía calientito y mojado. Cuando le pregunté donde los quería me dijo que adentro y pues le di gusto al doc.

Me pasó su celular y a partir de la siguiente semana nos veíamos en su consultorio si no había mucho tiempo, en su casa o en un motel. Le comenzó a agarrar el gusto a ser pasivo y se convirtió en una putita deliciosa. En el motel o en su casa, para cuando yo entraba ya estaba en cuatro con el culo al aire esperando la cogida. Y ya cogido y lechereado su culito se cambiaba el rol y me hacía su putita con ese pitote tan delicioso. Luego por cuestión de trabajo lo dejé de ver

error: ¡Hey! Jálatela, no te los lleves.