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Pasando el rato con mi rommate

Me llamo Martin tengo 20 años hace apenas unos meses que me he independizado. Vivo con un compañero de uni en un pisito de alquiler en la ciudad donde estudio. El tiene mi misma edad se llama José y es deportista y tiene un muy buen fisico. Situados ya explicarare brevemente nuestra experiencia.

Todo comenzo mas o menos al mes de convivencia una noche de viernes que no fuimos ninguno de los dos al pueblo para quedarnos a estudiar. Decidimos comprar unas pizzas y acompañarlas con unas cuantas cervezas. Luego de cenar nos fuimos al sofa a ver televison y a seguir bebiendo comodamente. Haciendo zaping pasamos por un canal donde daban porno y nos quedamos viendolo al principio nos reiamos y criticabamos el poco argumento de lanpeli pero poco a poco nos fuimos excitando…

En un momento me dijo «oye no te asustes pero yo ando bien caliente porque no me la jalé anoche así que con tu permiso pero me la jalaré» y así sin más se sacó su verga ya muy parada y empezó a menearsela sin pudo delante mío, con su short a las rodillas, la playera levantada, su brazo izquierdo tras su cabeza (dejando que su conejo se marcara) y la derecha moviendo de arriba a abajo el pellejo de su verga, que en cada movimiento se endurecía más y le volví más roja la cabecita que ya brillaba de líquido pre seminal.

A su lado, yo no podia apartar mi mirada de aquella escena y él notó que le daba mas importancia a su pene que a la peli… entonces me miró cachondamente, pero yo traté de disimular girando la cabeza y mirando a la pantalla de la tele pero ya era muy tarde, él estaba cachondo y algo tomado y sin vacilar me dijo «ya me di cuenta que te gusta ver cómo me pajeo, te gusta mi verga?” Y yo igual de cachondo que él le dije “si, está grande y creo que todo esto me está prendiendo mucho”. Él se rio y creo que hasta se sonrojó. Siguió jalando su verga pero ahora hacía caras de excitación, se mordía los labios, ponía cara de cachondo como si él fuera el protagonista de la película.

Luego se enderezó y terminó de sacarse la playera. Era lampiño, de tez a perlada y sin vellos más que los que le rodeaban el palo que seguía jalándose. Entonces se detuvo, llevó ambas manos atrás de su nuca como dejando todo eso a mi antojo y me dijo “ahora continúa tú, porfa». Yo no sabía qué hacer, dudé un poco y él lo notó, así que me agarró mi mano y la puso sobre su verga que estaba a reventar. Comencé a jalarle el pedazo aquel como a mí mismo me gustaba. Fui incrementando la velocidad y me fui celentando mucho. Ya estábamos en plena confianza así que no intenté ni si quiera quitarla y sentir aquel trozo de carne entre mis manos me hizo estremecer.

La película estaba ya con el bato cogiendo a las morras y justo cuando en la tele la rubia tetona se bajaba del morro para inclinarse a chuparla, yo seguí sus paso y casi sin darme cuenta me abalancé metiéndomelo todo en la boca de una sola bocanada. Wow!!! que sensación más hermosa. Me ahogaba con el miembro de mi compañero de depa mientras él arqueaba la espalda como tratando que su verga me llegará hasta el tope de mi garganta.

Ahí comenzó a gemir, pues mi boca ya le daba una gran mamada mientras en mi short mi verga estaba igual de caliente y a punto de reventar. Miraba a reojo como disfrutaba, como hacía caras, se seguía mordiendo los labios y luego me volteaba a ver con aprobación a lo que le hacía. Estábamos súper calientes los dos. Luego le levantó la cabeza y llevó mi boca a su boca. Estaba delicioso aquel beso lleno de la saliva que minutos antes su verga había provocado en mi boca. Nos besábamos como desesperados de comernos mutuamente. Así estuvimos un rato, intercalando besos con manoseadas, en una de las cuales metió su mano a mi short y recorrió mis nalgas con sus grandes manos.

Fue despues de un buen tiempo saboreando que me dijo «amigo, por favor, quiero tu culo, quiero comérmelo completo. Me dejas?» no le dije palabra solo me levanté de su lado y me baje los shorts y el boxer para dejar al aire mis nalgas lampiñas y blancas, redondas y algo grandes; entonces me apoyé en la mesa en perrito y me abri las nalgas para que hiciera con ellas lo que él quisiera. Mi verga goteaba de excitación y el se acercó y me lo dilato con su lengüita y dedos haciiendome gemir de placer. Era mi primer beso negro y podía sentir como mi interior se abría en cada intento que su lengua hacía por perforarme.

La posición era perfecta no solo para que me comiera el culo sino para que sus manos se intercalaran entre darme nalgadas, apretarme los huevos o jalarme la verga que ante esas muestras de hombría y violencia lejos de bajarse estaba a reventar. Esa noche quería sentir lo que no había sentido y mis gemidos eran la señal que él usaba para comprobar que me fascinaba lo que me estaba haciendo.

Así estuvo hasta que los gemidos fueron gritos de dolor cuando metió todo su pedazo hasta el fondo y me empezó a bombear. Su ritmo era delicioso, la velocidad ideal con la que me cogia era delicioso y me pene estaba por venirse solo. Sentía como me chorreaba un poco de sangre pero poco a poco fui relajándome y pude disfrutar como loco o como loca que era realmente como me sentía. Entonces sentí como si verga se hacía más grande y su esperma comenzaba a salir y eso me hizo correrme a mi también terminando ambos exhaustos otra vez sentados en el sillón. Desde entonces no paramos de follar.

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