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Mi padrastro, el mecánico

Hola quiero contar este relato que me sucedió cuando tenía pocos años; yo vivo en el estado de Chiapas, México y resulta que mi mamá se había enamorado de un tipo menor que ella como 6 años menos, tendría 24 años a quien llamaremos Gil.

Gil era mecánico y tenía un taller con sus hermano; resulta que dormíamos todos en un mismo cuarto, mi mamá y Gil en su cama yo y mi hermana en otra así que oía cuando cogian y él bufaba como toro, además que podía oír sus huevos chocar y yo ya sabía que me gustaban los vatos, era caliente desde morro, por lo que me acuerdo que olía sus trusas a escondidas y me encantaba ese olor a macho, además lo veía bañarse sin pudor ya que él siempre fue muy machito.

Un día teníamos que cuidar a un familiar enfermo y nos turnamos yo y él una noche pues nos quedamos y como que veía algo tomado así lo vi con su sport y una truza gris que traía; él por respeto se dormía sentado en una silla y yo en la cama pero me dio lastima y le dije que se acostara conmigo
yo me había puesto una tanga y como siempre he sido nalgon me quedaba bien entonces él fue a acostarse conmigo y apagamos la luz pero yo estaba deseoso de macho.

Entonces empezó mi plan le dije “Gil, no puedo dormir… tengo miedo” entonces él me abrazó y se quedó dormido a mi lado, por lo que yo sentía su cuerpo caliente de hombre alto pegadito al mío. Así empecé a bajar mi manita poco a poco y empecé a acariciar su miembro encima del sport. Confieso que estaba al 100 mi corazón pero me encantaba lo que vivía. Por el movimiento de mi mano sentí como fue creciendo esa cosa de toro que se cargaba y en eso sentí como que abrió las piernas para estar más cómodo y me baje poco a poco a mamarsela.

Ahí cuando la olí olía a hombre a sudor pero limpio y se la chupé en eso veo que despierta y me dice “chamaco pendejo, qué haces?” Lo que me asustó y dije “nada, solo tenía curiosidad” y me hice la víctima. Ahí me dijo “¿qué querías saber?” E inocentemente le dije que quería saber si me iba a crecer mi pene como el de él y me explicó que aun no pero que ya iba ser pronto y le dije “puedo tocartela” me dijo “va pero no le digas a tu mamá” entonces me bajé como perro en celo y se la mamá mientras él lo gozaba y me decía “que rico putito… la mamas mejor que tu mamá” y al tiempo me empezó a desear y jadeba discretamente.

El cabrón ya muy prendido me decía que si la quería adentro le dije que si, por lo que me puso de perrito, escupió en mi agujerito y comenzó a dilatarme con el índice de sus dedos. Estaba yo que moría de placer. Estaba en el mayor punto de excitación que mi corta vida me permitía en aquel momento. Quería sentirlo dentro de mi, quería que me rellenara de su leche y su carne, pero para mí mala suerte, en eso tocó alguien y era su hermano Hugo, de 18 años, que lo había corrido su mamá de casa porque estaba pedo.

Cuando Gil lo recibió le dijo “no hay problema, quédate con mi hijastro y conmigo y aquí nos acomodamos” entonces yo un niño me sentía deseada y quería mamar más verga si o si entonces como alas 4 am oí como alguien se bajaba la truza por el elástico y veo que es Hugo se estaba masturbando en eso muevo mi mano disimuladamente y lo rozo en su pierna y él se calmó entonces subí más mi mano y pude sentirla estaba erecta muy rica y entonces lo empeze a masturbar yo mientras él estaba en la gloria luego después les cuento como los dos me comieron en el taller de carros.

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