Y así nos encontramos los dos durmiendo en la misma cama sólo en ropa interior. Parece mentira que aquel niño que conocí cuando mi hermano se casó con su madre, sea todo un hombre; él tenía en ese entonces 4 y yo 8, nos llevamos 4 años, nos volvimos muy amigos, y terminamos nuestra infancia normal como cualquier niño.

Ya en la adolescencia él se volvió muy deportivo y jugaba mucho fútbol y logró un cuerpo y unas piernas deliciosas sin hablar de su culo, en cambio yo todo lo contrario muy flaco y apático al deporte, eso sí los dos altos 1.82 de promedio, el moreno y yo muy blanco, crecimos como mejores amigos, pero sin estar pendientes de nuestras preferencias sexuales, él a mí me tenía hipnotizado con su cuerpo de Dios griego que había logrado, su pecho, brazos, abdomen, piernas y glúteos tan bien marcados, su cara ni se diga, cara cuadrada rasgos muy masculinos, labios carnosos y una mirada muy penetrante, todo de él me encantaba.

Yo súper flaco, sin carne ni para una empana, y de cara no muy agraciado, lo único atractivo en mí es mi pene, 19cm bien grueso y derecho hasta la punta, y lamentablemente no es una cualidad que se todo el mundo vea. Así llegó su cumpleaños 18, se celebró nuestra casa, es decir en la casa de mis padres en donde yo vivía, después de la celebración el se quedó a dormir como muchas otras veces.

No era la primera vez que dormíamos juntos en la misma cama, pero sí había pasado un tiempo desde la última vez, diría unos 3 años.

Entramos a mi habitación y entro yo primero al baño, para prepararme a dormir y al salir lo encuentro parado frente a la cama solo en bóxer, ajustados en ese hermoso cuerpo dejando notar un pene enorme y delicioso debajo; me quedé frío y tuve que disimular mis nervios mientras que él entró al baño. Fue que aproveché para quitarme mi ropa y quedar en bóxer también pues pensé: es mi oportunidad de tan siquiera tener un roce de piernas.

Soy honesto, de verdad no pensé nada más, con eso me conformaba, al salir nos quedamos viéndonos por unos segundos, y el me dice, tío que de tiempo que no dormíamos juntos, a medida que uno crece las responsabilidades absorben nuestro tiempo, extrañaba estar contigo, y se echó a reír y me miró con esos ojos penetrantes, me desarmó, y yo le dije, también extrañaba mucho compartir contigo, nos acostamos y estuvimos conversando por largo tiempo, hasta que el sueño me venció y no recuerdo más nada.

Más adentrada la noche me despierta algo duro empujando mi culo, me despierto y oh sorpresa, era mi sobrino totalmente desnudo rozando su pene en mi culo por encima de mi bóxer; él al darse cuenta que me desperté se asustó se separó de mi y se paró de la cama, cabe decir que mi cuarto nunca quedaba totalmente oscuro siempre dejaba prendida la lámpara de noche no me gusta la oscuridad.

Me dice «tío perdón no sé qué me pasó, no vayas a pensar mal» pero yo estaba con la boca abierta literalmente al ver ese hombre tan bello desnudo frente de mí y al ver ese huevo enorme totalmente parado en sus 18cm, grueso, moreno y ligeramente hacia arriba.

Me levanté de cama y le dije — No te preocupes no pensaré mal— mientras me acercaba hacia él — de hecho siempre soñé con éste momento. Él me pregunta — ¿en serio? — Le dije — sí, desde hace mucho tiempo — a lo que él respondió — tío no sé qué me pasa contigo, no había dormido más contigo porque también sentía cosas por ti, me gustas y mucho.

Ya para ese momento estaba frente a él, lo agarre por el cuello y nos fundimos en un beso apasionado como si el mundo se fuera acabar, nos abrazábamos muy fuerte como si quisiéramos ser uno para siempre, le empiezo a besar cuello, mientras siento su aliento fuerte y entrecortado sobre mí.

Fui bajando hasta sus axilas que olí y besé con loca pasión, seguí bajando hasta su pecho, hasta su abdomen y luego llegué a su pelvis con ese bello púbico no muy largo como el bello de su pecho, agarré su pene con mi mano derecha y le pasé la lengua desde la base de las bolas hasta la punta de su pene, para luego comerme ese pedazo de carne como un loco hambriento, me lo metía todo en mi garganta hasta que mis lágrimas brotaban, el me agarró por el cuello y me cogió mi boca con ese hermoso pene, probé cada parte de su masculinidad embriagado con su olor a macho que me volvía loco.

Él me levantó me besó como un loco, me tiró a la cama, me quitó el bóxer y mi pene saltó de su cárcel, lo agarró con su mano y me lo empezó a mamar como nadie lo había hecho, se lo comía todo hasta ahogarse con él, me besó mis bolas para luego abrirse paso a mi culo que estaba hambriento por él.

Debo decir que nadie me había mamado el culo hasta ese entonces ni me habían cogido tampoco, mis encuentros con otros hombres hasta ese momento fueron sólo de sexo oral, pero eso es para otra historia, claro si ésta gusta.
Después de un rato de estar mamando mi culo, me dice tío quiero culiarte, a lo que le respondí hazme tuyo pero con cuidado soy virgen y tienes el huevo muy grande.

Me colocó lubricante, y empezó a meterme el huevo lentamente, al entrar la cabeza sentí un dolor insoportable, grité sin poder aguantar, él se asustó y me dijo lo saco y yo le dije no, déjalo así un rato, así hizo, poco a poco iba abriéndose paso, sentía mi culo arder con cada paso de su huevo, hasta que entró todo, me sentía lleno y con algo de dolor, poco a poco me iba culiando, y el dolor iba desapareciendo, sentía algo tan rico, una sensación que jamás había experimentado, me empezó a coger fuerte, pero cuando llegaba hasta el fondo me dolía, le hice cambiar de posición.

Él se acostó y yo me subí encima de él, al tener yo el control me sentí mejor, me lo metí todo poco a poco, y al tenerlo todo dentro de mí, me empecé a menear como un loco, Dios mío sentí la gloria, sentía como su enorme huevo estimulaba mi próstata y parecía que me iba a orinar, lo cabalgué como un loco, y sin tocarme acabé en su abdomen, y luego el acabó dentro de mí, me tiré encima de él con su huevo dentro todavía y nos besamos, hasta que su huevo se salió y con el toda la rica leche que me echó.

LO MÁS RECIENTE

Me agarró la cara, me llamó por mi nombre y me dijo desde hoy soy tuyo, y le respondí, y yo de ti, dormimos abrazados toda la noche, bañados de nuestras leche.

Así amanecí con su pecho como mi almohada, y mis piernas sobre él abrazándolo como mi más preciado tesoro, con nuestras leche ya secas en nuestra piel, y mi culo adolorido después de recibir semejante pene, pero aún con dolor me sentía lleno, me sentía completo, como si ser penetrado era lo que hacía falta en mi existencia, no imaginaba el placer que ser culiado podría ofrecer, desde ese momento podría decir que me volví adicto al placer anal.

El estaba aún dormido, lo observé mientras el dormía mientras acariciaba su pecho lleno de bellos cortos, que afortunado en tener ese macho junto a mí, tan bello, tan hombre me volvía loco, no podía creer que un hombre con ese físico hubiera querido estar conmigo.

Me levanté despacio para no despertarlo, entré al baño para asearme, entré en la ducha, al caer el agua en mi culo me ardió enormemente y al enjabonarme pude sentir mi culo abierto pero pidiendo más huevo, no podía creer que a pesar del dolor quisiera más huevo.

Estaba de espaldas a la puerta del baño, como el baño estaba en mi habitación la puerta la dejé abierta, lo próximo que sentí fue su mano tocando mi espalda, me asustaste le dije, no te sentí entrar, el entró conmigo en la ducha y me abrazó por detrás y empezó a besar mi cuello y oreja derecha, y luego me dice al oído, gracias mi amor por la noche más espectacular que he vivido, a lo que respondí, soy tuyo papi, eres mi macho y todo yo te pertenezco, me siguió besando mi cuello, mientras me tenía abrazado, que rico se siente cuando un macho te tiene abrazado en sus brazos fuertes y te besa tan tiernamente, podría estar así para toda mi vida pensaba.

Ya él estaba súper cachúo, y restregaba su huevo entre mis nalgas, pero me dolía demasiado el ojo de mi culo, me volteo y le digo, mi amor por más que quiero me culeés fuerte y rico no puedo me has roto todo, y él me agarra por el cuello y me dice «qué rico, mi bebé, saber que te rompí tu rico culo, saber que fui tu primer macho, perdón por romperte».

Yo le dije «no te disculpes si me encantó, mi culo es tuyo pero por ahora está fuera de servicio», y me besó rico, su lengua recorrió cada parte de mi boca mientras nos abrazábamos bajo el agua de la regadera, nos terminamos de bañar, nos secamos y le dije ahora te voy a dar el desayuno, mi culo está fuera de servicio pero mi boca no.

Se acostó en la cama, y yo de rodilla en el piso le empecé a mamar es huevo tan delicioso que desbordaba líquido pre seminal, me encanta ese líquido transparente y salidito, me metía ese huevo hasta el fondo de mi garganta hasta sentirme ahogado y botaba mucha saliva espesa que lubricaba todo y caía hasta el ojo de su culo, él me agarraba del cuello y culeaba mi boca una y otra vez, hasta ahogarme con su enorme huevo.

Yo mamaba hasta sus bolas, le pasaba la lengua una y otra vez perdido en darle placer a mi macho, luego empecé a chuparle ese culo, rico y delicioso culo, sentía como apretaba y aflojaba el ojo de su culo una y otra vez en cada pasada y metida le lengua y escucharlo gemir me ponía a mil, con mi mano derecha le estaba masturbando su delicioso huevo.

Dios mío que delicia, lo recuerdo como si hubiera sido ayer, su olor, su calor, las contracciones de sus caderas y su huevo palpitante, le empecé a meter el dedo índice, y el me dice con cuidado mi amor, si me quieres coger te dejo pero no es mi deseo, le respondí no quiero cogerte solo quiero darte placer eso para mí es suficiente, y me dijo mi bebé me vuelves loco, hazme lo que tu quieras.

Seguí con mi dedo, en un suave mete y saca, podía sentir como su ano iba cediendo y su cuerpo poco a poco pedía más, le metí dos dedos, y sus gemidos eran más fuertes, sentir sus caderas moverse, su ano contraerse y sentir el calor de su culo en mis dedos, me tenía loco de placer, con mis dedos en su culo, le empecé a mamar de nuevo el huevo, y el se volvió loco.

Entonces me agarró de mi cuello y me dijo «bebé, voy a acabar, lo quiero en tu boca» y le dije «dámelo todo papi», sin sacar mis dedos de su culo acabó en mi boca, sentir su cuerpo y su culo contraerse con cada lechazo me encantó, debo de confesar que no me gustó el sabor de la leche ni la textura, era un sabor nuevo y extraño para mí, la lengua se me durmió, pero al escuchar su voz diciéndome «que rico bebé me encanta», me comí toda su leche hasta la que cayó en su abdomen, le pasé la lengua hasta dejarlo limpio, y sólo ver cómo lo disfrutó y su cara de placer al ver cómo me comía su leche, cambié de opinión y me encantó la leche, más allá del sabor, yo estaba allí para complacer a mi hombre y darle lo que él quisiera, desde ese día me volví adicto a la leche.

Luego el me levantó y me besó, y compartimos la leche, y él me dice, sabe raro la leche pero me encanta, no lo podía creer, el me acuesta y me empieza a mamar el huevo, Dios mío que delicia, se lo metía todo, aunque tanto tiempo cachúo no duré mucho, y le dije: papi voy a acabar, y me dijo: dámela bebé, y acabé en su boca, se la comió toda, el se levantó, se acostó sobre mí y nos besamos tiernamente, que delicioso sentir a mi hombre sobre mi besándome.

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