¿Qué tal? Soy de Guanajuato en México tengo 30 años, soy blanco, ni guapo ni feo, pero mi verga de 20 cm y mis huevos me los chulean micho. Tenía 21 años y me resistía a aceptar que me excitaban los culos de hombres hasta que pasó lo siguiente.

En ese tiempo trabajaba en la agricultura y por un tiempo escaseo el trabajo, para esto un amigo que trabajaba con un sacerdote me dijo que el cura con el que trabajaba necesitaba que le revisaran una computadora era algo sobre un antivirus, yo sabía un poco del tema y dado qué necesitaba dinero acepté la oferta, aunque eso de trabajar con un padrecito no me encantaba.

Aquel primer día llegué algo tarde pues en esa hora me citaron (cabe señalar que el lugar quedaba lejos de mi casa y no tenía auto, por lo tanto me debí quedar a dormir), me presenté, el cura era joven, blanco, la verdad estaba guapo y de buen cuerpo y se le notaba algo afeminado. Para entonces yo creía que los curas no cojian.

Tal y como lo había advertido, por la misma reparación y lo tardado qué era aquella jornada se me hizo noche, yo no pude con lo de la computadora, llegó el curo y me dijo: «ya deja eso, ven vamos a tomarnos unas cervezas». Accedí pues por lo mismo que no le supe bien a lo de la compu ya me había estresado y me dolía la cabeza, además qué la caminata me había dejado muy cansado; tal vez fue por eso que me puse borracho muy rápido, pero ni por la cabeza me pasaba que podría ocurrir algo.

Entre la plática con el padrecigo me comentó que tenía un golpe en una pierna y que le dolía mucho. Era algo tarde, yo estaba borracho y cansado, así que sin malicia le pregunté dónde dormiría y él me contestó que si quería podría dormir con él; yo le dije que no, ambos reímos pues creí que era una broma.

Quité mi bóxer y me puse un short, me quité la camiseta y me dispuse a dormir cuando escucho entre sueños una voz del cuarto continuo que me dice: ven, me duele la pierna. Salí del cuarto ahí estaba, en calzones con el culo parado, me dice: por favor poneme esa pomada (señaló al buró), yo espantado tomé la pomada y se la comencé a frotar. Pasaron como 5 minutos y se volteó, dejando ver su verga parada, lo que provocó que se parara la mía casi en automático, me asusté y le dije que me iba.

Antes que yo pudiera irme, él notó el bulto qué traía colgando bajo el short así que rápidamente él se estiró, me la agarró, me bajó el short y la comenzó a mamar, la mamaba muy rico, hacía algo con la lengua cuando la pasaba entre mis huevos que me volvía loco.

Poco después se volteó y me dijo «métela ya, me tienes calientísimo hijo de tu puta madre». No me pregunten por qué pero el oírlo maldecir me calentó muchísimo más de lo que ya estaba y accedí a penetrarlo ahí mismo, en la casa parroquial.

Pendejamente se la quise meter en seco, pues solo tenía experiencia con mujeres y sus vaginas lubricaban, así que creí que el culo también lo haría. El me dijo que esperara y me dio una loción corporal como tipo crema qué tenia en un cajón del buró. Al parecer el padrecito ya estaba preparado y muy curtido en eso de meter chavos a su casa.  na

No me importó más y entonces lo voltie para que me quedara de perrito, dándome la espalda. Fue entonces cuando pude ver sus nalgas las cuales eran blancas y redondas, carnosas y tenía poco bello, la verdad estaba rico, nada muy diferente a las viejas. Yo me puse loción y se la intenté clavar, cuando entró la cabeza se quitó y me dijo: «espera espera, me duele, métela despacio no me han metido una de ese tamaño antes».

Y así lo hice, se la dejé ir despacio, gemía mucho más que una putita, tardó en acostumbrarse pero cuando ya lo tenía bien ensartado se la dejé ir con todo, me prendió un chingo tener a un señor cura ahí ensartado. Yo lo bombeaba como si lo quisiera partir en dos, violentamente, y vaya que casi lo partí en dos. Por lo mismo de la calentura no aguante mucho cuando le llené el culo de leche.

Me salí apenas terminé de venirme y le empezó a escurrir la leche, me asusté porque salió algo de sangre. El muy puto de inmediato se volteó hacia mi y se puso a chuparme la verga, sin asco en que estuviera llena de sangre, mecos y no dudo que hasta de su propia mierda. Obviamente yo, con la cabeza toda sencible por la venida, solo me retorcía de placer. Mientras hacia eso (en cuatro patas frente a mi) se jaló su verga pequeña de menos de 10 cms, pero muy potente, pues sus chorros embarraron toda la cama. Fue hasta ese momento qué soltó mi verga qué ya casi estaba dormida y flácida y toda roja por la actividad.

Luego de eso puse mi short y me fui a mi cuarto, mientras él se acostaba y me mandaba besos según él sexys. Ya en mi cuarto me dormí deliciosamente (alcohol y sexo). Ya al día siguiente me pagó, me fui y no lo volví a pesar de que me buscó mucho, pero ese día acepté que me gustaba más el culo de macho que el de hembra.

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