Relatos eróticos gay en español
Hola!! Soy Metatron mido 1.76 actualmente tengo 39 años moreno claro Soy de la ciudad de México, mi historia comienza en el año 2012 yo tenía 29, Alberto tenía 21 bueno al grano, Alberto me pidió que le prestará dinero Leer más
Dos semanas estuve pensando cómo vengar a mi hermana y ya tenía el plan. Le pagué a unos cuates malandros para que me ayudaran y las cosas fueron así.
Era un fin de semana como cualquiera. La rutina indicaba que saldríamos a tomar con los amigos y en el lugar estaríamos morboseando con otros chicos, esto nos haría calentarnos mucho para al llegar a casa coger durísimo.
Yo tenía que aprovechar esa oportunidad ya que no había nadie en ese momento y pues mano a la obra, le desabroché el cinturón y le baje el cierre del pantalón y tenía un boxer azul. Lo comencé a tocar por encima y sentí como algo grande y blando me saludaba.
Se veía flácida y en los movimientos que hacía alcanzaba a ver qué flácida se veía como un poco más de 10 cm, me perdí en cómo se le marcaba y se dio cuenta y me dijo “en que estás tan concentrado viéndome?”
Como a eso de las 2 de la madrugada nuestras respectivas esposas se fueron a dormir y solo no quedamos mi concuño y yo; él ya esta muy tomado y estábamos conversando cuando salió el tema de que le habíamos arruinado la noche porque por fin, después de una semana sin nada de sexo, hoy podría cogerse a mi cuñada. Yo le pregunté el por qué no habían tenido sexo.
De nuevo se acuesta a mi lado y está vez fue él quien pegó su cuerpo totalmente al mío, yo estaba que estallaba cuando me dice que ese frío lo ponía bien cachondo y que desde que había nacido el bebé mi prima no quería tener relaciones, a lo cual le pregunté que cómo se ponía y él se baja su short y me dice, “así” y me muestra una verga totalmente erecta, blanca, recta, con mucho pelo, como de 18 cms, con una cabeza grande y rosada.
Él me dice «tápate wey, que asco» y empezó el juego de arrimarle el pene mientras que él me decía que ya me cambiara y en ese juego le agarró el paquete y para mi sorpresa detecté que ya lo tenía duro.
Su calzón blanco está a reventar, un pequeño trozo de su pene sin circuncidar está saliendo por el resorte. «Estoy muy caliente», me dice mientras que yo le quito la ropa y le empiezo a chupar el pene, muy suave aunque siento que no va a durar mucho.
Mis fantasías se estaban cumpliendo y mi cuñado estaba ahí conmigo. Me confesó que me había visto varias veces desnudo mientras me bañaba, por una ventana del baño que daba hacia el patio.