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Un quinteto muy rico

Soy de la Ciudad de México, físicamente soy lo que se llama gordibueno, con unas nalgas muy ricas. Esto pasó cuando tenía 23 años. En el metro de la ciudad se practica el cruising y ahí conocí a Marcos, un hombre corpulento, moreno y no muy alto, pero con unas manos y brazos enormes. Ese día me me empezó a tocar el trasero y arrimar su enorme verga, solo tuve oportunidad de mamarsela un poco, platicamos, me dijo que era de ascendencia árabe e intercambiamos números para vernos después.

El día que nos vimos era sábado y me citó en el metro Coyoacán, me dijo que iríamos a una clínica donde un amigo suyo trabajaba como vigilante y que por ser fin de semana la clínica estaba cerrada, a la estación del metro llegaron otros dos de sus amigos, me dijo que seríamos 5 y que si me animaba? yo acepté. En el camino Marcos no deja de besarme y tocarme el trasero. Al llegar a la clínica pasamos a la caseta de vigilancia. El vigilante era un hombre delgado, muy alto, los otros dos amigos eran bastante promedio, uno muy peludo y blanco y el otro moreno y calvo, todos arriba de los 40 incluido Marcos.

Al entrar los dos amigos empezaron a fajar entre ellos y Marcos me empezó a besar, el vigilante se unió a la otra pareja y Marcos y yo seguimos con el cachondeo, sentía su verga súper parada. Se la saqué y empecé a mamar, estaba riquísima, era muy gorda, yo estaba en lo mío cuando el vigilante me levantó y me hizo mamarles la verga a los otros dos y después el premio fue la suya, era una verga de unos 22 cm y muy gruesa. Me pusieron inclinado en un escritorio y el calvo me bajó los pantalones y el bóxer y me empezó a comer el culo.

Marcos estaba muy caliente y fue el primero en cogerme, me la metió a pelo, yo estaba gozando como una perra, mientras Marcos me cogia como loco, los otros se besaban y masturbaban entre ellos. Marcos se vino algo rápido por la calentura y me dejó la leche en el culo, en eso vi que el calvo se estaba cogiendo al peludo y el vigilante me empezó a coger, era una delicia, después de un rato se salió y le dijo al clavo que me cogiera, el vigilante me puso su verga en la boca mientras el calvo me daba verga, después de un rato se vino y en eso me empezó a coger el peludo, quien se movía riquísimo, al poco rato también se vino y Marcos me volvió a coger de una manera muy salvaje, deje de chupársela al vigilante para gritar de placer. Marcos me volvió a inundar de semen.

En eso el vigilante les dijo que si querían podían irse a limpiar a una regadera que estaba al final del pasillo, que él todavía se iba a tardar conmigo. Cuando los demás salieron de la caseta el vigilante me empezó a besar a meter los dedos en el culo, me puso súper caliente, me dijo que se la mamara y obedecí, tenía la verga durísima, en eso me levantó, él se recostó en el suelo y me dijo que lo cabalgara.

Era risiquismo sentir su vergota hasta el fondo, yo me la enterraba todo lo que podía, eso le gustó mucho y los dos gemíamos como locos. En eso se levantó y me puso de perrito, me dijo “ahora si viene los bueno” y me la empezó a meter durísimo, yo estaba loco de placer, estuvo así un buen rato cogiendome y nalguendome, pensé que estaba por venirse, pero no lo hizo, me recostó en el piso, me abrió las piernas y las puso sobre sus hombros y me dejó ir la verga, se movía muy rico, me besaba, me mordía el cuello y de repente vino lo que tanto deseaba, me empezó a preñar y en ese momento solo le di dos jaladas a mi verga y me empecé a venir junto con el. Ese fue el comienzo de mi amistad con el vigilante y Marcos. Próximamente les contaré más.

error: ¡Hey! Jálatela, no te los lleves.