relato-gay-en-la-playa

Hola, tengo 18 años, soy de Cuba y me haré llamar Isaac para proteger mi identidad.

Antes de empezar quiero aclarar que de toda una vida he tenido más atracción por los chicos. Bueno, pos os cuento que mi historia empezó en septiembre del año 2018, cuando tenía 16 años, estaba en una casa en la playa por una semana para celebrar los 15 años de un primo (pero él no es importante, así que no daré más detalles).

Frente a la casa donde estaba con mi familia había un centro turístico, pero la mayoría de hospedados eran cubanos al igual que yo. El balcón de la casa daba justamente con la piscina del lugar que era grande, y debido a que en la casa donde estaba no había alberca ya habíamos hablado con un empleado del centro para tener acceso a la piscina.

El primer día transcurrió normal, la pasé bien pero no vi ningún chico de mi interés y así por 2 días consecutivos. Ya al cuarto día, saliendo de la zona del mar veo a un chico trigueño, alto, y de ojos color miel, él no traía pullover lo que dejaba al descubierto sus apetitosos pectorales, su abdomen marcado y unos brazos no exageradamente fuertes, pero buen que le sentaban.

Traía como única pieza de vestir un short de baño muy corto que dejaba mucho qué desear y con esas piernas torneadas, literalmente morí, pero no llegué a pensar que fuera gay así que solo me limité a seguirlo con la mirada mientras él se dirigía al centro turístico que, como ya dije, me quedaba justo en frente de la casa y a donde iba cuando no tenía ganas del agua salada del mar.

Esa misma noche hubo un Pool Party, yo esperaba encontrarlo ahí, eran casi las 10:00 pm y nada, no lo veía.

Debido a la cerveza ya tenía buenas ganas de ir al baño y cuando llegué toqué fuerte la puerta, y como nadie respondió intenté abrir pero traía seguro puesto, me quedé esperando a ver que pasaba, tal vez respondió pero no escuché nada por la música tan alta.

Unos instantes después de eso veo que sea abre la puerta y para mi sorpresa era él, el chico de la playa, me quedé paralizado totalmente, él salió y me dijo –pasa, bonito.

Entré al baño e intenté terminar lo antes posible para no perderlo de vista. Cuando salí me puse a bailar, no es que sea de los mejores pero mi perreo sí es intenso y mientras lo hacía ya veía como ese chico me miraba, o tal vez era idea mía (pero ya verán que no).

Así pasó toda la noche y siguió la música, la bebida y aquel chico seguía mirandome. Cerca de las 4:00am el DJ anonuncia que era la última canción de la noche, entonces fue cuando vi al chico dirigirse hacia mi, me cogió de la mano y me llevó hasta donde su habitación, yo sin decir nada, sólo le seguí.

Antes de abrir la puerta se me quedó mirando y me plantó el mejor beso que me habían dado hasta entonces, nos quedamos mirando y el preguntó mi nombre, le dije –Me llamo Isaac, ¿y tú eres?

— Matthew — respondió.

Una vez dentro de la habitación nos despojamos de nuestras ropas mojadas, y me volvió a besar hasta llegar a su cama, ahí de un pequeño empujón me aventó y quedó boca arriba.

Él tenía una poya normal, unos 20 centímetros, para mi estaba bien, es una polla que estaba muy apetitosa, entonces le cogí por el cuello para darle un leve beso y de ahí seguí bajando por su pecho, su sabroso abdomen y hasta llegar a mi tesoro, su fabulosa polla, lamí todo ese mástil, sin siquiera rozar su glande, eso lo traía como loco, y estuvimos así por unos minutos hasta que me agarró la cabeza y me hizo tragarme toda esa sabrosa polla.

La verdad su sabor era exquisito, después empezó con unas suaves embestidas, literal me follaba la boca.

Luego de un tiempo en eso, mi hizo ponerme a cuatro patas para lamerme el culo, eso me prende demasiado, y el lo hacía con extrema precisión, no aguantaba más y le dije que quería sentirlo dentro de mi, él no puso reparos y me tumbó boca arriba para metérmela frente a frente mientras nos besábamos, sentí con entró su glande, era gruesa su polla, pero a pesar de ello no sentí dolor, solo un inmenso placer.

Mas seguía moviéndose lentamente hasta que entró completa, todos sus 20 centímetros dentro de mí, yo estaba en el cielo, gemía sin cesar. Así estuvimos un tiempo así hasta que él se quitó y se acostó para que yo le cabalgase, yo no dudé ni un segundo en incorporarme.

Me subí de frente a el y empecé con un sube y baja bastante rítmico mientras acariciaba sus pectorales, fui subiendo la intensidad del movimiento y el me ayudaba con sus manos en mis caderas, lo tenía gimiendo, me dijo que no podía más que me iba echar toda la leche dentro, que quería que fuera de él y que el era totalmente mío,.

Después de eso nos dimos un baño y nos acostamos ambos sin ropa en su cama, pero la noche no acabó ahí, a la mañana siguiente cuando desperté me preguntó si me gustaba la leche porque eso era lo que tenía de desayuno (en un tono picarón).

Obviamente yo asentí con la cabeza y él dijo

— Bienvenido sea, cómete toda mi polla, ahí está tu desayuno.

Eso me puso a mil y no dudé en comerme todo aquello, soy todo un vicioso cuando de pollas se trata. Succionaba sus huevos depilados perfectamente, le daba pequeñas mordidas que lo hacían jadear, me la metí completa hasta la garganta, lamí su glande y succioné suavemente, todo eso hasta que me dijo «Ya no puedo más».

Fueron 1, 2, 3 y 4 estallidos de semen los que inundaron mi boca, era toda una delicia, me me hizo señas para que le diera un beso y compartir su leche entre nuestras bocas.

Cuando terminamos me pasó todo a la mia, yo solo le miré y tragué «mi rico desayuno»; él sonrió y me dijo –Vicioso.

Me puse un short de playa que me prestó porque mi ropa estaba mojada, me acompañó hasta la puerta, nos besamos y me dio una nalgada seguido de la frase «Nos vemos luego en la playa, vicioso».

Ya podeis imaginaros todo lo que pasó durante el resto de la semana, actualmente sigo teniendo contacto con él.

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