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¡Me cogieron! Primero mi perro, luego mi chofer.

Paso el tiempo y Zeus ya no cabía en mi cama así que se empezaba a acostar a lo largo de mí, a la derecha en ese entonces se acostaba Arriba de las cobijas muy grande que lo abrazaba parecía un hermano menor.

Me convertí en la perra de mi jardinero

«te trataré cómo a una perra» dijo jalándome de la cabeza y aventándome entre unos arbustos. Ahí, revolcándome entre tierra y las hojas secas que había barrido, me puso en cuatro dándome nalgadas mientras me «educaba», como él decía. En esa pose me dio un beso negro y posteriormente introdujo sus dedos.

error: ¡Hey! Jálatela, no te los lleves.