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El morrito que me ligué en el aeropuerto

La semana pasada tuve que viajar a EU por trabajo, me regresé el domingo en el último vuelo de Dallas a Mty. En la sala de abordar conocí a Javier, un chavo de 22 años. Alto, delgado y de barba, muy guapo, de cabello rizado y vestido con pantalones rotos de las rodillas, camiseta negra y chaqueta de mezquilla. Platicamos brevemente del formato de Covid que uno tiene que llenar cuando viene de regreso.
Se sentó al lado mío y platicamos durante el vuelo.

Cuando aterrizamos caminé a toda prisa hasta la sala de recoger equipaje al baño. Unos pasos atrás de mi entró él y tomo el lugar a mi lado. Terminé y mientras me acomodaba la ropa di un ligero paso hacia atrás para poder verlo. Supongo que se dio cuenta por que se giro levemente y me dejó ver su verga flácida mientras terminaba de orinar, terminó y la sacudió con su mano contraria como dejándome ver todo el evento. Se la guardo y cuando volteo a verme sonrió detrás del cubrebocas y me guiño el ojo.


Mientras esperaba por mi equipaje llegando a Monterrey, él se despidió y salió con su mochila al hombro. Yo todavía tarde casi 30 minutos en recoger mi maleta y pasar por la aduana. Luego, mientras salía por el frente del aeropuerto lo vi parado esperando que lo recogieran. Llovía un poco fuerte y me quedé esperando. Se acercó y preguntó si esperaba a alguien, le dije que tenía mi auto en el estacionamiento y él me dijo que esperaba al uber pero por la lluvia venía muy lento.

Le di un raid y nos tardamos un buen rato por que se vino la lluvia bastante fuerte. En algún momento del camino me tuve que orillar y pararme porque la lluvia no dejaba ver nada. Mientras platicábamos se jalaba el paquete y se lo acomodaba en los jeans ajustados. Le dije de broma que se bajara los jeans para su comodidad y para mi sorpresa lo tomó literal.

Se bajó el pantalón primero a medio muslo, se acomodó el paquete duro en el boxer y luego se bajó el pantalón a los tobillos y abrió las piernas. Mientras se apretaba el paquete me dijo que si quería podía tocar. Le agarré la erección y cerró los ojos, mientras se la apretaba y movía con mi mano por encima del boxer gemía muy leve.

Le dije que se la podía mamar si quería y sin decir nada se bajó los boxers a los tobillos dejando libre una verga dura, circuncidada y ni muy gruesa ni muy delgada de unos 19 centímetros.
Ahí mismo, solo me fije por todos lados que no hubiera autos o patrullas cerca y me incline hacia él y comencé a mamársela. Olía a sudor pero leve, muy rico y aproveché el momento. Se la mamé despacio pero tragándomela toda hasta la garganta. No duró mucho, un par de minutos y comenzó a decir «me vengo, me vengo» y seguí mamando hasta que sentí sus espasmos y el chorro de leche caliente en la boca. Me lo tragué todo. Luego me levanté y me di cuenta que ya llovía muy ligeramente, así que seguimos el camino. El se subió el boxer y se acomodó el pantalón sin abrocharselo.

Vive en la zona poniente, San Jerónimo, no muy lejos de mi casa. Cuando llegamos él venía hablando por teléfono y cuando colgó me invitó a pasar a su depa, me dijo que su rommie no estaba y tardaría en llegar. Así que subimos y una vez en el depa comenzamos a fajar y besarnos.

Besa super delicioso el chavo, y su cuerpo es un deleite para el faje. Delgado y marcado, velludo, de nalguitas duras y redondas. Ahí en la sala nos tumbamos en la alfombra, nos quitamos la ropa y me dio la mejor cogida en meses. Me la mamó, me mamó el culito, hicimos un 69, me puso en cuatro y me la metió. Me cogió duro y delicioso, luego me puso boca arriba y con las piernas al hombro me siguió cogiendo super rico. Luego me puso de lado, luego boca abajo y así me tenía chupandome la oreja cuando me dijo me voy a venir y le pedi que se viniera adentro, así que me llenó con toda su leche.
Luego le pedí que se sentara en mi cara, le meti la lengua al culito y lo gozaba casi igual que yo.

Luego se bajó y comenzó a mamarmela. La excitación fue mucha, me vine en su boca y se los tragó todos. Fui al baño a enjuagarme y me invitó a la regadera. Nos bañamos juntos y nos fajamos nuevamente. Como ya estaba duro me bajé a mamarsela con garganta profunda y luego de unos minutos me puso de pie, me dio la vuelta y me la metió hasta adentro. En menos de dos minutos se estaba viniendo en mi culo otra vez.

Nos terminamos de bañar y en medio de besos y faje nos tuvimos que despedir por que yo tenía que llegar a casa. Quedamos de vernos nuevamente, espero sea pronto que ando duro todo el día pensando en lo que haremos cuando nos veamos

error: ¡Hey! Jálatela, no te los lleves.