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Mi mejor amigo y la cogida que me dio

Toda mi infancia y pubertad la crecí en una unidad habitacional algo grande; un bonito lugar que asemejaba a un pueblo pues muchos se conocían y de alguna manera generas amistades de toda la vida y hasta conoces a sus familias. Y pues yo tenía un grupo de amigos con el que me reunía en las tardes después de la escuela y vacaciones y así… aunque hacíamos todo tipo de actividades como ir al cine, jugar videojuegos, patinar, etc, principalmente jugábamos futbol. De entre todos ellos, mi mejor amigo era Jonathan, ya que éramos de la edad y hacíamos de todo juntos. 

En fin, me llamo Nestor; y era un puberto cuando aconteció lo aquí contado. Ya había tenido novias y aunque no había tenido nada de nada con algún chico, me estaba entrando cierta curiosidad. 

En un puente por días festivo Jonathan tendría casa sola y aunque quiso que entre varios amigos armáramos alguna fiesta, tuvo la “mala suerte” que todos saldrían o estarían ocupados dicho fin. A lo q sólo yo estaba disponible así que entre ambos planeamos un fin semana de compas. 

Conseguimos ir a una fiesta el viernes con su novia y amigas suyas. Acabamos como a las 2 am, pasamos a dejar a su chica a su casa y nos fuimos a casa de John. Nos quedamos en su cuarto; en su cama para ser más precisos, donde ya había dormido miles de veces antes desde nuestra infancia. 

A la mañana siguiente desperté dándole la espalda, pero él tenía su brazo sobre mí y estaba, ciertamente más cerca de lo acostumbrado. Vaya eso era nuevo, pero se sentía… creo que bien, era cálido y podía sentir su aroma, el aroma de mi amigo, que siempre había diferenciado, pero hoy me era más gustoso que de costumbre. 

No sabía si moverme, era extraño, pues me decía que no quería despertarlo o tal vez era que estaba demasiado cómodo. Eso me puso algo inquieto. Y decidí hacer lo que haría un amigo… le tome el brazo para acercarlo a mí y lo mordí. 

-Ah, no mames…- despertó retirando su brazo y se empezó a reír. 
-wey, ya es más de medio día, aliméntame. 
-ja, ja, ja, estás bien pendejo. En la cocina hay frootloops y jamón.
Wow, ¿siempre tuvo esa sonrisa?
-ja, ja, ja, no mames, ¿y qué se supone que haga con eso?
-yo qué sé, ¿rollitos de jamón con frootloops?
-no digas mamadas- dije mientras reímos. 

Hablamos un rato sobre la fiesta anterior, y nos metimos a bañar (por separado, claro). El día pasó tan genial como muchos días anteriormente; salimos a “desayunar” barbacoa, vimos un partido de fútbol y jugamos videojuegos hasta la madrugada. Incluso, hasta cenamos rollitos de jamón con frootloops XD. 

Llegó la hora de dormir; me prestó un short, que es con lo único que dormíamos por el calor. Ya había familiaridad, y no era nada extraño. Igual nos acomodamos dándonos la espalda.

Aun así, justo esa noche no podía dormir, andaba inquieto. Él lo notó y preguntó:
-¿por qué no duermes?
-no lo sé, insomnio, creo. ¿Y tú?
-creo no ando tan cómodo. Tal vez si…
Sentí como se giró, y colocó su brazo sobre mí. 
-¿te molesta? – preguntó.
-no, no, para nada. 

Nos quedamos callados un rato, pude sentir su respiración, de nuevo su aroma y ahora hasta el palpitar de su corazón, que creo al igual que el mío, iba acelerando. 

Le tomé el brazo y comencé a jugar con sus vellitos. 

-no me vayas a morder ¿eh?
Reí un poco -no, no… yo solo… yo… creo que estoy muy cómodo. 

Pasó su otro brazo entre mi cuello y la almohada para abrazarme y pegar su nariz a mi nuca. Eso me puso la piel de gallina, y saqué un suspiro. No sabía q estaba pasando, o sea si sabía, pero no entendía. 

Colocó su pierna por sobre la mía, y mientras sus fuertes pero suaves manos acariciaban mi pecho y abdomen, yo empecé a acariciar su pierna y sentí como su piel reaccionaba a mi roce. En definitiva, su corazón estaba acelerado al igual q el mío. 

Subí mi mano por su pierna por instinto, buscando poder sentir aquello que guarda su entrepierna… wooooow, lo sentí por arriba del short, estaba duro. Nunca lo había visualizado ni imaginado de esa manera; pero ahora lo deseaba. Metí mi mano a través del short y bóxer hasta tocar su piel; estaba rígido, cálido, palpitante; de manera natural lo empecé a sobar, lo sentía erecto y jugué con su pielecita hasta destapar el glande y así sentir su precum. Gozaba al masturbar a mi amigo y sus gemidos me indicaban que estaba igual que yo. 

Mientras, él bajaba la mano por mi cadera y cintura, para con su pulgar, despojarme poco a poco de ese short que marcaba un límite. A esa sensación se le sumó un nuevo éxtasis, pues me empezó a besar la nuca; primero con delicadeza y en muy poco tiempo, subió su intensidad hasta sentir su pasión expresándose en mi cuello con su lengua. 

Me giré un poco para quedar de pecho a la cama y con una mano él acariciaba mi espalda y bajaba hasta mis nalgas. Nunca pensé que eso fuera tan excitante. 

Del cuello, siguió besándome hasta casi llegar a mis labios… giré mi rostro quedando algo contorsionado, y con la poca luz que entraba por la ventana, lo miré a los ojos, me miró a los ojos…
-Nes… Nestor. 
-John…
Nos besamos… estaba besando por primera vez a un chico, estaba besando por primera vez a mi amigo, estaba besando a ese chico con el que he vivido más aventuras que nadie, estaba besando a Jonathan. 

Su lengua revoloteó a su antojo dentro de mi boca, su saliva me llenaba y satisfacía mi ser, y aunque no quería dejar de besarlo, sus labios volvieron a mi cuello, y mi cara a la almohada. La pasión era tal que cuando con sus dos manos jaló mi cadera a su pelvis, me di cuenta de que estaba ya sin ropa. Wow, ¿en qué momento se quitó el short?

Me besaba la espalda, y acariciaba mi cuerpo; mis nalgas, mis piernas y mi cabello con una pasión indescriptible. Por momentos me volteaba a besarlo, pues también quería besar y tocar su cuerpo desnudo; su cuerpo marcado, su erecto pene, tan duro como mi deseo por él… cuando de nuevo me volteó para darle la espalda. 

Su sueve prepucio, sus vellos púbicos, sus huevos… su pene entero tocaba mis nalgas siendo lo más cálido, excitante, e inquietante que había sentido nunca. Y así empezó a frotarse entre mis nalgas de manera sensual, por lo que sabía que esto iba a pasar…

Hizo un primer intento de entrar en mí pero me causó mucho dolor y grité un poco. 

– ¿quieres que me detenga? – me dijo con una genuina y linda preocupación. 
-está bien, solo necesitamos paciencia. 
-no quiero lastimarte, y…
-sigue, por favor. – le interrumpí. 

Intentamos algunas pocas veces sin éxito, hasta que dijo -tengo una idea- y se levantó en dirección al baño. Y yo aproveché para colocarme una almohada debajo de la pelvis para levantar mi trasero. Al regresar al cuarto, vi que traía crema; y él al verme, sólo exclamó un “pfff”, con un rostro morboso que me hizo sonrojar. 

Me puso crema entre mis nalgas, y se puso un poco en su pene. 

Primero, entró la cabeza… wooooow, fue doloroso, pero súper excitante; él se hundía más y más en mí, y mis paredes anales cubrían poco a poco la perfecta verga de mí amigo, eso provocaba en mí más y más placer. Al entrar todo, se quedó quieto. 

– ¿estás bien, qué sientes? – me preguntó 
-se siente… raro, pero creo que bastante bien, quédate así un rato. 

Estando él dentro mío, fue extasiante, nos estuvimos besando y empecé a sentir como lentamente meneaba de sus caderas. Sentirlo como serruchaba mi ano me dejaba la mente en blanco, todo era placer puro. Atrás y adelante, atrás y adelante, una y otra y otra vez; mi ano se había acostumbrado y se amoldaba a Jonathan, a su deliciosa hombría y deseo.

No podría decir cuanto duramos así, pues mi tiempo se detuvo, y mis 5 sentidos sólo sentían deseo, placer, lujuria, y otros sentimientos que no sé si se pueden expresar. Sólo recuerdo que en algún momento aceleró sus embestidas, y me besaba con más pasión, justo cuando dijo con un susurro pegado a mi oído ”oh Nestor”, mi ano sintió su verga hincharse repetidas veces… sabía lo que era, disfruté lo que significaba, pues me estaba llenando con su ser. Tenía la leche paterna de Jonathan recorriendo mi interior; eso me hizo explotar a chorros sobre su almohada. 

Quedó cansado sobre mí mientras sacaba una risa juguetona y eso me hizo reír de la misma manera. 

Mientras él seguía sobre mí, lo sentía dentro aún, pero ahora, con mi mente más despejaba; me di cuenta de que tenía dentro a John, a años de aventuras, partidas de fútbol callejero, de risas, de llantos, de tardes y noches de videojuegos, de caídas y bromas, etc. No sabía que seguía, y a decir verdad, me daba angustia. 

Me basaba el cuello, el cachete y mis labios, mientras reíamos juguetonamente, y esperábamos que su miembro se saliera por sí solo. 

Después, solo atine a limpiarme el semen que quedó atrapado en mi abdomen con la misma almohada q ya había profanado y aventarla al suelo. Y así nos quedamos desnudos, abrazados y dormidos. 

A la mañana siguiente nos sonreímos al levantarnos, bajamos a desayunar y estuvimos bromeando como si nada hubiera pasado, sin sacar el tema a la conversación. Me despedí de él con un choque de manos y puñito (como había sido siempre), y me dirigí a mi casa. 

Querido lector: me gustaría decirte que esta es una historia de amor, pero…

Después de eso él se distanció. No estoy seguro si su novia sospechaba algo o sólo la usaba de pretexto; pues seguíamos viéndonos cuando nos juntábamos varios amigos, pero si se presentaba la oportunidad de quedarnos solos, él decía que su novia andaba molestando que quería verlo. 

Después se mudó y de plano lo perdí por completo. Solo llegaba saber de él por lo que me llegaban a contar otras personas o llegaba a ver en redes sociales. 

No sé qué decir; pues no puedo decir que me duele que no sintiera lo que yo sentí por él, porque ni yo sé lo que sentía, pero lo que sí me dolió, es haber perdido a mi mejor amigo.

error: ¡Hey! Jálatela, no te los lleves.