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Aprendiendo junto a mi primo

Hola, me presento, soy Gabriel. Claramente los nombres no son los reales para las personas involucradas. Actualmente tengo 24 años y todo esto comenzó cuando solo tenia 10. Por cuestiones de trabajo mi tío tuvo que pedirle ayuda a mi mamá para cuidar a su hijo, Sebastian, mientras él trabajaba pues era padre soltero, así que prácticamente mi primo y yo crecimos juntos.

Él es una año menor que yo, en ese entonces teniendo 13 años, físicamente yo siempre he sido más alto que él, y en ese entonces yo era un niño gordo, con tetas y cola grande; Sebastián en cambio siempre fue delgado. Nuestros juegos siempre fueron inocentes pero en algún punto, no se porque, curiosidad tal vez, comenzamos a besarnos.

Era algo divertido que justificabamos diciendo que era para que cuando conociéramos a nuestras mujeres, pudieramos hacerlo bien, así que todos los días practicábamos encerrados en mi habitación aprovechando la poca atención que mi mamá nos podía.

Sé que nunca podré hablar por él pero por mi parte los besos comenzaban a gustarme mucho y posteriormente pasamos a más, a jugar al doctor, a la mama y al papá o cualquier cosa que involucrara a una pareja, yo siempre tomando el papel de la mujer.

Recuerdo amar el besarlo por todas partes, en la boca, en el cuello, su pecho y estómago, amaba chupar sus manos y pies, aunque nunca nos tocábamos la verga del otro, solo los chocábamos y frotábamos. Cuando descubrimos lo que era masturbarse me encantó la sensación y fue el detonante de la primera vez que toque e incluso probé su verga.

Aquella tarde propuse jugar a que estábamos en el cine y yo quería tomar palomitas encontrándome con su pene, solo se lo sobaba hasta que él propuso que en el juego, con la oscuridad del cine y al no poder tomar palomitas, decidiera bajar directamente mi cabeza para intentar comerlas. Claramente acepté y de inmediato introduci su pequeño pene en mi boca, lo disfruté tanto aunque en ese momento ninguno de los dos sacar semen.

Así como no recuerdo como iniciamos con estos juegos tampoco recuerdo como acabo, solo de un momento a otro los dos perdimos interés y quedó en el olvido. Claro que yo aprendí a amar el cuerpo masculino, sobretodo sus vergas. Tengo más relatos de mi vida sexual y como fue incrementando solo esperen mi próximo relato. Yo soy Gabriel, el angel de rizos rubios.

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